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Rusia



LOURDES CARRILLO BERNAL


Sábado 16 de Marzo de 2019 7:38 am


LA visita del Rey de Arabia Saudita a Rusia es histórica y tendrá amplias repercusiones no sólo entre los dos países, sino en el mundo entero. La nueva realidad se impuso desde que el monarca bajó de su costoso avión y al averiarse su escalerilla eléctrica, tuvo que bajar dificultosamente, escalón por escalón.

Arabia Saudita no tuvo relaciones diplomáticas con Moscú sino hasta la caída de la Unión Soviética en 1991, pero por su cercanía con Estados Unidos, Rusia lo había mirado con desconfianza. Desde hace 5 años, la relación ha cambiado y se han firmado grandes acuerdos en términos comerciales y de alcance político. Pero ahora tiene un fin especial además de “romper el hielo” e inicia una relación más clara, de más confianza y un posicionamiento histórico de amplias repercusiones. El reacomodo geopolítico, geoeconómico y el poder del petróleo en el mundo.

Hasta hace menos de 3 años era impensable que Rusia cooperara con la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y Arabia Saudita es el principal exportador de petróleo del mundo, por tanto, la reunión de los dos principales países exportadores puede redibujar el esquema de aliados de Medio Oriente, porque el acuerdo firmado el pasado fin de semana por el ruso Vladimir Putin y el rey saudita, ampara no sólo cuestiones de energía y petróleo, por una cifra cercana a los mil millones de dólares, también un trato de comercio de armas cercano a los ¡tres millones de dólares!, incluyendo la más alta tecnología en armas y baterías antimisiles.

El monarca saudita de 81 años, que viajó a Rusia con una comitiva de mil personas, declaró: “Nuestro ánimo es fortalecer las relaciones entre ambos países en los deseos comunes de paz y seguridad y en el desarrollo de la economía mundial”. Lo cierto es que tanto Rusia como Arabia Saudita han sufrido mucho con la baja de precio del barril de petróleo y se necesitan mutuamente para estabilizar los precios, opinan expertos. Con estos acuerdos, Rusia prácticamente copreside la OPEP. Sin duda es un triunfo más de Vladimir Putin, ya que Rusia ha sufrido las sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea tras la anexión de Crimea en 2014.

Arabia Saudita liderea el asedio contra Yemen desde hace 2 años que ha dejado 12 mil civiles muertos y millones de desplazados. Entre los puntos conflictivos de la nueva relación Rusia-AS, los separa su interés en Siria. Y la relación de AS con Estados Unidos, su principal aliado. Aunque sea calificada la reunión como una más para que Riad diversifique sus alianzas, de economía y militares, lo cierto es un certero golpe al magnate estadounidense que habita la Casa Blanca, más ahora que Rusia e Irán advirtieron: “responderemos con fuerza”, al ataque cruel de Estados Unidos a Siria esta semana.

La visita y los acuerdos del pasado fin de semana entre el presidente ruso Vladimir Putin y el rey de AS los especialistas lo exhiben como el símbolo de su éxito en la intervención rusa en Siria, en términos de revivir la influencia rusa en Medio Oriente.

Mientras, Donald Trump, “El KKK que habita la Casa Blanca (Nicolás Maduro dixit)” y quiere apoderarse de Venezuela, fracasó en su sabotaje tecnológico y de energía eléctrica que soportó el pueblo bolivariano. Ahora, India desafía fuertes presiones de EU con el envío de generosa ayuda a Venezuela. Hasta en el Senado, Trump fracasó con mayoría de su partido, rechazan su “urgencia nacional” para erigir el muro. Con Cuba, donde aplica un criminal bloqueo desde 1962, amplía la lista de empresas cubanas con las que prohíbe negociar en una renovada ofensiva contra Cuba y Venezuela. Su lacayo Guaidó y la oposición venezolana se suicidó.

Trump solicitó aumento al gasto de defensa (750 mil millones de dólares) y reducción a programas sociales en el presupuesto para 2020. Reduce aportación a la Agencia de Protección Ambiental, buscando no impidan el fracking que mantiene su poderío petrolero, más ahora que se unen las dos más grandes: Arabia Saudita y Rusia.


*Ex presidenta de la ACPE