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SERGIO BRICEÑO GONZÁLEZ

La celada


Martes 19 de Marzo de 2019 7:45 am


ME llama la atención que durante la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a Manzanillo, el gobernador Ignacio Peralta Sánchez haya dicho, en entrevista radiofónica posterior con Carmen Aristegui, que qué hubiera pasado si al Ejecutivo federal se le hubiesen manifestado algunas madres de familia a quienes no cayó bien la decisión presidencial de suspender el financiamiento a las guarderías.

Y me llama la atención porque tiene que ver con lo dicho días después por la delegada especial del Gobierno Federal, Indira Vizcaíno, cuando se refirió a que tenían información sobre presuntos intentos de abuchear a López Obrador en el evento porteño, en un acto cuya plataforma estaría integrada por gente de la CNOP. Con ello, pese a la evidente injerencia de un organismo táctico de espionaje gubernamental, quedó al descubierto más bien un plan de parte de instancias locales contra la visita presidencial y no al contrario.

Circularon muchos videos, en uno de los cuales un antropólogo mira a la cámara y lanza una retahíla de cuestionamientos al gobierno de Peralta Sánchez, incluso retando al camarógrafo, quien después subió el segmento a la página de un importante periódico de circulación nacional, provocándolo con repetidas invitaciones a no dejar de grabarlo. “Fílmale, fílmale”, le decía.

Así es que con todo y lo lamentable que pudo ser la revelación de Vizcaíno en cuanto a las labores del otrora Cisen, esto sirvió para destapar otra cloaca. El priismo había implementado una estrategia de abucheo contra López Obrador que después el mandatario Peralta Sánchez intentó revirar, sin mucho éxito, pues él terminó siendo víctima de lo que finalmente denunció: una supuesta orquestación de rechiflas e insultos en su contra, cuando también ellos mismos, los priistas, tenían preparada otra andanada, quizás la primera, la original.

Es reprobable que se use a la Agencia Nacional de Inteligencia para prever conductas antipresidenciales en actos encabezados por Andrés Manuel, pero también lo es llamarse a ofendido cuando por debajo de la mesa se cocinan agresiones igualmente reprochables. Si la CNOP y el propio PRI tenían ya prevista la celada, ¿entonces para qué se sataniza la que a últimas cuentas ocurrió? Nadie puede decir que estuvo bien la mansalva de imprecaciones contra Peralta Sánchez, pero en una situación de igualdad de circunstancias, es difícil darle la razón a cualesquiera de las dos partes.


DUDAS GUBERNAMENTALES


Cambiando de tema, dudo, y mi duda es razonable, que esos 39 países a los que el gobernador Ignacio Peralta prometió que exportarían los productores colimenses sea realidad. Y lo dudo por una cuestión muy sencilla: muchos de ellos ya exportan a esa u otra cantidad de Naciones sin que el gobierno estatal los ayude.

Los actuales son tiempos de globalización, en los que difícilmente podrían sobrevivir en un mercado de alta competitividad aquellas empresas rezagadas en aspectos tan importantes como la exportación. Si dichos productores estuviesen esperando a que el Gobernador los ayudara con esto, en poco tiempo estarían fuera de combate, no tendrían estándares de crecimiento y ni siquiera contarían con una estrategia de expansión acorde con la modernidad.

Eso de que tenga que ir por fuerza un Mandatario a “promover” a su entidad en el extranjero suena a sexenio pasado, cuando por puro gusto, Mario Anguiano iba un día sí y otro también a Estados Unidos, incluso sin visa, como quedó evidenciado en alguna nota publicada en estas mismas páginas. ¿Para qué entonces perder el tiempo en eso, habiendo temas de mayor urgencia y que requieren la plena atención del Mandatario estatal?

Por conductas de este tipo, de tono paternalista, Nacho está dejando la impresión de que realiza más viajes al extranjero y a la Ciudad de México de los que debiera. Así lo denunció Francisco Rodríguez, diputado que de hecho se metió a investigar hasta descubrir que Peralta Sánchez informaba de los días de su salida a la capital del país mas no de su regreso, por lo que podríamos estar hablando de ausencias mayores al 30 por ciento de sus días de gestión. Algo sin duda grave, para un Gobernador que llegó al cargo prometiendo transparencia y trabajo a favor de los colimenses.