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Nacho, rumbo al 21



ARNOLDO VIZCAÍNO RODRÍGUEZ


Martes 19 de Marzo de 2019 7:46 am


EL actuar frívolo, desparpajado, indolente, sin preocupación, sin compromiso del Gobernador, sólo se puede entender si se comparte el concepto de que a Nacho le gusta ser Gobernador pero no le interesa gobernar, y no interesándole gobernar, poco le importa la suerte de los infelices que nos ha tocado vivir en la Ínsula Barataria, que lo es de su responsabilidad pero que trata con tanto desprecio.

Qué lejos están aquellos tiempos en que la ciudadanía colimense se fracturó entre quienes querían que gobernara un Jorge Luis temerario, inestable e impredecible, y un Ignacio Peralta machacón, jurando y perjurando que si él gobernaba, viviríamos ¡felices, seguros! No cabe duda que el PRI, en su larga existencia –a punto de concluir, afortunadamente– tuvo de dulce, de chile y de manteca: gobernantes eficaces, como Griselda Álvarez; bonachones, como Pablo Silva, Carlos de la Madrid o Gustavo Vázquez; largos, como Fernando Moreno, Silverio Cavazos o Mario Anguiano; y la rara especie, cuyo único espécimen es Nacho Peralta, que parece apropiarse de características de todos, pero que carece de algo que ninguno careció: de interés por gobernar, y en esa medida desprecia a sus gobernados o, por lo menos, no le interesa su suerte; a él le interesa y le gusta ser gobernador, más bien que le digan Gobernador, que cuando llegue a una convención, a la puesta en escena de una obra teatral o a visitar una exposición, muchos lo reconozcan y llamen Gobernador; que en los corrillos a su paso alcance a oír cuando digan: “mira, él es el Gobernador de Colima”.

Nacho tiene claro, y también todos los ciudadanos, que el PRI desaparecerá el primer domingo de julio de 2021; pero también tiene claro que él también desaparecerá del estado de los colimenses, meses después. Sus paisanos ya no lo volveremos a ver después del 1 de noviembre de aquél año, porque él no es, o por lo menos no se siente, uno de los nuestros; volverá solo que la ley, la justicia aplicada por el nuevo gobierno, lo traiga para que explique cosas que de su comportamiento aprendió de sus antecesores largos.

Nacho tendrá suerte en el 21, su coartada será casi perfecta, dirá que perdió y desapareció su partido (que no parece su partido) porque fue avasalladora la ola lopezobradorista, aunque muchos, incluido él, estemos convencidos que con pejismo o sin pejismo, el PRI perderá esa próxima elección, pues el pueblo terminará exhausto e indignado con todo lo que representó aquello de que “¡vivirás feliz, seguro!”.

Los ciudadanos debemos estar alertas porque Nacho, sabedor de que el PRI nada tiene qué hacer en el 21, buscará como desesperado que su sucesor, no siendo de su partido, sea alguien que no cuestione sus barbaridades cometidas y que a la mafia del poder de su partido (él incluido) le permitan conservar los privilegios que actualmente ostentan. No hace mucho dieron una prueba de lo que son capaces de hacer, cuando cachondearon y se llevaron de piquete de ombligo con Mario Delgado, quien se dejó que lo besuquearan esos diablos.


APARTE


1.- Vean cuán expertos son en el arte de echar tierra; ya casi logran que a los colimenses se les olvide, o por lo menos deje de importarles, que se aplique la ley en el caso del bacanal de sangre en que participaron, entre otros, el ex secretario de Turismo.


*Presidente de Productores Unidos por Colima, A.C.