Cargando



En Solfa



HÉCTOR SÁNCHEZ DE LA MADRID

Si grazna como pato


Miércoles 20 de Marzo de 2019 7:45 am


MUCHOS analistas han escrito que el modelo de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador se asemeja al que emplearon sus antecesores del viejo PRI de la mitad del siglo pasado, sin embargo, aun pareciéndose en algunos aspectos, en otros los ha rebasado considerablemente, sin saber nadie por ahora cómo y cuándo terminará el régimen lopezobradorista.

Está claro que en el caso que comento, el alumno ha superado a sus maestros, pues de lo que recuerdo y he leído acerca de los gobiernos presidenciales priistas de esa época, ninguno de ellos ha sumado en tan poco tiempo los excesos de poder que ha cometido el político tabasqueño, atropellando los límites legales, políticos y económicos sin el menor asomo de respeto.

Lo que más llama la atención de lo que ha venido sucediendo en tan sólo 110 días, son el incumplimiento de las promesas reiteradas de López Obrador de borrar del sistema priista el ejercicio abusivo del poder, en el que se practicaban el autoritarismo, el mayoriteo, el amiguismo, los contratos públicos de compra directos y la manipulación de los otros dos Poderes, el Legislativo y el Judicial.

También sorprende el incremento desproporcionado de la preferencia ciudadana, que le aplaude a diario las contradicciones de lo que durante más de 2 décadas criticó el hoy Presidente y en tan breve lapso ha hecho lo mismo. El compromiso incumplido mayor es el referente al combate a la corrupción de los regímenes priistas y panistas, al cual hasta ayer no lo ha tocado ni con el pétalo de una rosa.

Todo eso y más se ha llevado a cabo en el escaso tiempo que tiene Andrés Manuel en la Presidencia de la República, a quien le urgía reformar la Constitución federal para que en las elecciones intermedias apareciera su nombre en las boletas y la ciudadanía pudiera votar en 2021 a favor o en contra de la revocación del mandato constitucional, aunque su objetivo es otro, muy diferente, dirigido a 2024.

Se equivocan quienes dicen que su finalidad es apoyar y darles fuerza a los candidatos de Morena en los comicios de 2021, lo cual siendo verdad, es una meta secundaria, ya que el propósito primario es dejar preparado el escenario perfecto para los comicios del 2 de junio de 2024, que es el de poner a disposición de los electores la reelección presidencial, hoy en día prohibida por la Carta Magna.

Claro, un año antes, en 2023, se someterá a consulta popular, ya legalizada por las Cámaras Legislativas y la mayoría de los Congresos locales, y puesta en práctica varias veces, si la población aprueba que se ponga a votación la continuidad del régimen de Andrés Manuel, en ese tiempo fortalecido por sus políticas populistas y asistencialistas, a la cual la mayoría dirigida contestará que sí.

El viernes anterior, López Obrador, con su tono jocoso y sonrisa burlona acostumbrados, en el Salón de la Tesorería de Palacio Nacional, donde imparte su conferencia mañanera, dijo que el lunes siguiente (antier) firmaría el siguiente compromiso: “Que no soy un ambicioso vulgar, que voy a servir, si lo decide el pueblo, 6 años, y que a finales de 2024 termino mi mandato. Atentamente: ‘ya saben quién’”.

Llegó el día anunciado y cambió de parecer, porque el 18 de marzo se conmemora la Expropiación Petrolera realizada en 1938 por el presidente Lázaro Cárdenas del Río, motivo por el cual difería la promesa contraída. Ayer, en el mismo lugar y hora, Andrés Manuel leyó la carta en la que se compromete a respetar la Constitución y lo que ahí establece en cuanto al “Sufragio efectivo, no reelección”, firmándola después.

Sin embargo, están claras dos premisas, la primera es la volubilidad del carácter de López Obrador que cambia de parecer de la noche a la mañana, de acuerdo a sus intereses personales y políticos; la segunda es el uso de la supuesta voluntad del pueblo para tomar sus decisiones, después de dirigirlo hacia el rumbo que fija y quiere, sin importarle leyes, contratos y compromisos, vamos ni la gente misma.

Por todo lo referido, muchos periodistas y ciudadanos creemos que el presidente Andrés Manuel López Obrador intentará reelegirse en 2024, ya que desde que asumió el poder comenzó a preparar las condiciones sociales, políticas y legales para consumar lo que sería una dictadura sin fecha de caducidad. Nadie puede asegurar si podrá o no lograr su cometido, pero si un ave grazna como pato, camina como pato y huele a pato, es que se trata de un pato.