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Apuntes



MARIO CÁRDENAS DELGADO (ACPE)

Honestidad mesiánica


Jueves 18 de Abril de 2019 7:57 am


AL opinar sobre el perfil deseable de los políticos y servidores públicos, la generalidad de ciudadanos considera la honestidad como primera cualidad, lo que es entendible, porque en la historia negra de la política hay muchos individuos inmorales que se han servido del poder para hacer negocios y amasar fortunas que ni en sueños habrían imaginado, de no haber tenido la oportunidad de incursionar en esta lucrativa actividad. De hecho, el hartazgo de la sociedad por la deshonestidad de los funcionarios y políticos fue determinante para la estrepitosa derrota del PRI y el PAN, fundamentalmente.

Pero la deshonestidad no consiste sólo en el uso de recursos públicos para el usufructo personal, pago de favores o compra de conciencias, esta actitud se manifiesta también en la mentira, el incumplimiento de promesas, la opacidad, la irresponsabilidad, el dispendio, la incongruencia entre el decir y hacer, la hipocresía, la injusticia, la inmoralidad, la soberbia, la venalidad, la vileza y en fin, la corrupción en todas sus manifestaciones, por eso pegó tanto la promesa de no robar, no mentir y no traicionar que utilizó Andrés Manuel López Obrador durante su campaña.

El Presidente asegura que sigue en lo dicho, pero habrá que ver si las tres premisas pasan la prueba del ácido, tanto por parte de él como de sus funcionarios, de los gobernantes y representantes populares postulados por su coalición. Yo considero que no, porque estos últimos traicionan su palabra al negarse a reducirse el sueldo, como prometieron en campaña, además de que algunos integrantes de la nueva mafia del poder se dan vida de fifí, lo que choca con el credo de austeridad que predica el Mesías tabasqueño, que también tiene lo suyo, como el autoritarismo y la supuesta ignorancia que lo impulsó a vetar la reforma educativa con un memorándum ilegal.

“El pueblo está enterado de todo”, dice en estos y otros casos el filósofo popular, epigramista y periodista David Martínez Mora, y tiene razón, porque en Colima somos muy comunicativos, virtud de ello, nos enteramos de la vida, obra y milagros de nuestras figuras públicas; por ejemplo, si al amparo del poder gubernamental realizaron negocios ilícitos que les han permitido amasar cuantiosas fortunas, adquirir ostentosos bienes muebles e inmuebles y darse vida de jeques árabes, incluido el harem, e incluso si presuntamente lavan dinero o tienen nexos con narcos.

Sobre la honestidad, comento que según Wikipedia esta es una cualidad humana que consiste en comportarse y expresarse con coherencia y sinceridad, de acuerdo con los valores de verdad y justicia; mientras que para la Asociación de Valores para Vivir, con honestidad no hay hipocresía ni artificialidad que creen confusión y desconfianza en las mentes y en las vidas de los demás. La honestidad conduce a una vida de integridad, porque nuestro interior y exterior es reflejo el uno del otro (www.livingvalues.net).

Habrá que ver si los paladines de la justicia, la verdad, la decencia, la legalidad y la honestidad que supuestamente encabezan la Cuarta Transformación nacional, pueden tirar la primera piedra a los corruptos del PRI, el PAN, el PRD, o les sucede como los hipócritas que, según el evangelio de San Juan, pretendían lapidar a una adúltera, pero resultó que eran tan o más pecadores que ella.

En este tenor, el Portal de la Familia (http://www.lafamilia.info/decalogos-de-valores/decalogo-de-la-honestidad) publicó hace varios años este Decálogo de la honestidad que ilustra el tema que abordamos hoy, en honor del Mesías (el sí) que predicó con el ejemplo y sin que se le cansara el ganso, los valores que deberíamos seguir, si nos decimos cristianos. Juzgue usted.

1.- La persona íntegra vive lo que predica y habla lo que piensa.

2.- La honestidad consiste en decir toda la verdad a quien corresponde y de modo oportuno.

3.- La persona íntegra es, además, auténtica. Hay coherencia entre lo que hace y lo que debe hacer, de acuerdo con sus principios. 

4.- La persona que miente se hace un daño a sí misma. La mentira es autodestructiva, siempre se paga.

5.- Mentir para dañar a alguien, robar al pobre o hacer fracasar a alguien, son injusticias.

6.- Ser justo es dar a cada uno lo suyo, lo que le corresponde: salario, derechos, reconocimiento, gratitud.

7.- La falta de integridad se quiere justificar diciendo que todos actúan así (estás oyendo, Andrés Manuel), o que es la única forma de salir adelante.

8.- Ser honesto es ser transparente; es necesario desprenderse de las máscaras que el ser humano se pone para defenderse, para ocultar sus inseguridades o miedos. El recelo, la agresividad, las apariencias son algunas de éstas.

9.- La falta de honestidad y veracidad es para aparentar una imagen que no corresponde con la realidad.

10.- Preocuparse excesivamente por el qué dirán, aparte de mostrar inseguridad en uno mismo, denota falta de sencillez, como también justificarse o excusarse de todo.

De acuerdo con lo expuesto, ¿qué funcionarios y políticos considera que son honestos y por tanto merecen gobernarnos o representarnos en un Congreso? Por otra parte, sugiero que, como acto de contrición, este Jueves Santo hagamos un examen de conciencia para valorar qué tan honestos somos: ¿mesiánicos o hipócritas? La respuesta la tenemos cada uno.


apuntesmario@hotmail.com