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De ayer y de ahora



ROGELIO PORTILLO CEBALLOS

Viajero multilingüe


Domingo 05 de Mayo de 2019 8:02 am


AUNQUE domines el idioma inglés, hablar o conocer lo básico de otra lengua es importante cuando viajas por países con diferentes idiomas. Les comentaré algunas anécdotas y hechos al respecto.

“¿Dónde está la salida de este museo?”, me preguntó mi madre en una ocasión cuando recorríamos en Nápoles el Museo Nazionale, allá por 1980. “Yo no sé cómo se dice ‘salida’ en italiano, hay que preguntarle a Miguel Ángel, que ya domina el idioma”, le contesté a mi madre. Mi hermano Miguel Ángel alcanzó a oír la pregunta y contestó: “Donde vean escrita la palabra uscita es la salida, ya que es lo que significa”.

Este hecho me llevó a pensar en que cuando uno viaja al extranjero existe la necesidad de dominar varios términos o palabras de diferentes idiomas, sobre todo si se atraviesa por países de lenguas diversas. Palabras tales como “entrada”, “salida”, “llegadas”, “partidas” o “salidas”, “prohibido”, “peligro”, etcétera. Resulta indispensable conocerlas cuando se encuentra uno en aeropuertos, terminales de tren, metro, museos. Aunque está muy desarrollada la señalización con símbolos internacionales, por ejemplo, las letras WC y las figuras masculina o femenina refiriendo a los sanitarios, también existen múltiples circunstancias en donde conviene conocer los términos correspondientes en cada idioma. Esta necesidad aumenta cuando uno viaja por su cuenta y riesgo, sin andar en recorridos guiados o tours predeterminados.

¿Cómo adivinar que algo está prohibido si no conocemos su término en otro idioma? Así, recuerdo que en un tren italiano, mi hermano nos advirtió lo que en una ventanilla decía: E pericolosissimo sporgersi (es peligrosísimo asomarse); en otra decía: Vietatisimo sporgersi (prohibidísimo asomarse). En italiano, la palabra vietato quiere decir prohibido; su equivalente en inglés es forbidden; en francés, interdit; y en alemán, verboten.

Hay que considerar cuando uno viaja, por otro lado, que algunos nombres de ciudades –digamos europeas– no se escriben igual en un idioma que en otro. Así, al ver por la carretera el letrero de Geneve, ¿a qué ciudad estamos llegando? ¿A Génova o a Ginebra? O cuando vemos a lo lejos con grandes letras Firenze, ¿a dónde llegamos? ¿O si vemos Brugge?, ¿Torino?, ¿Kobenhavn?

“Vengan, vamos a ver a qué horas llegan las corridas de los trenes que vienen de Nápoles a Roma”, comentó mi hermano Miguel Ángel, al tiempo que veíamos la sección de llegadas localizando el término Arrivi; en francés, si mal no recuerdo sería Arrivee; en inglés, Arrivals.

Volviendo al término “salida”, refieren que un turista mexicano en Italia había observado en distintos sitios la palabra uscita (que quiere decir “salida”, pero el turista no sabía su significado) y le dijo a sus acompañantes: “Vamos a visitar la ciudad de uscita, ha de ser muy bonita, en todos lados la anuncian”.

Sin duda, los viajes ilustran, ya que aparte de conocer historias, tradiciones, costumbres, arquitectura y arte, también se incrementa el conocimiento de las lenguas, sobre todo de las expresiones más usuales para comunicarse en diversos pueblos.

Aún en el mismo idioma, hay expresiones que tienen un significado especial o diferente en dos países. Recuerdo en un tren español, en el carro comedor, le dije al mesero español: “¿Me regala, por favor, un limón?”, él me contestó: “Joba (de jorobar), aquí no es lugar de regalos”. Seguramente en mi mente llevaba los millares de limones baratos y cercanos de Tecomán en Colima, pero en Europa su precio es muy caro.

Estimados lectores, tengamos claros aunque sea solamente los términos de “entrada” y “salida” en español: entree y sortie, en francés; entrance y exit, en inglés; entrata y uscita, en italiano; eingang y ausgang, en alemán. Así podremos entrar y salir de cualquier lugar. Y con esto, amables lectores, me despido: ¡Adiós, good-bye, arrivederci, au revoir, auf wiedersehen!