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Letras y números



JOSÉ ÁNGEL BRAMBILA LEAL

¿Cómo reaccionará?


Lunes 06 de Mayo de 2019 7:41 am


TAL vez tenga claro cuál es el deporte más popular en México, pero desde hace un buen rato que ha venido cobrando mucha popularidad el sabroso pasatiempo que tiene qué ver con la especulación política, el sospechosismo y, sobre todo, el hacer polvo el prestigio, poco o mucho, de los personajes que están en el gobierno. Y lo peligroso es que cada vez nos hacemos más tendenciosos en la práctica de ese hobby, con el peligro de caer en el fanatismo.

Independientemente de que el presidente Andrés Manuel tiene sus seguidores (aunque no en la misma proporción que cuando ganó las elecciones donde fue electo presidente), cada vez es más común caer en los chistes y descalificaciones que desde hace 50 años se le aplican al Presidente en turno, con toda la irreverencia que nos caracteriza a los mexicanos, pero que sirven para descargar las tensiones que produce la frustración o el desencanto.

Dicen que cuando Díaz Ordaz hacía su campaña presidencial, llegó a Tehuacán, Puebla, y vio una barda que decía: Tehuacán con Díaz Ordaz. El candidato volteó con uno de sus acompañantes y le dice: “Chin, eso ha de saber a madres”. Estaba Echeverría escarbando en la base de un árbol y sus ayudantes le preguntan sobre lo que hace, y don Luis responde: “Estoy buscando la raíz cuadrada”. Si bien es cierto que el chiste político es cruel, porque trata de destruir la imagen del político, también es verdad que esos chistes sirven para descargar las frustraciones de un pueblo cansado de los personajes que en el poder se despachan con la cuchara grande. 

Ningún Presidente se ha escapado de los chistes y apuntes de su pueblo, y ninguno desconoce lo que sobre su persona se dice. Y aunque hay algunos que los toman hasta con sentido del humor y de hecho tienen a alguien cercano que le cuenta dichos chistes y juntos ríen de ellos, hay otros que hasta buscan saber cuál es la fuente de donde surgió la burla o chascarrillo que lo señala, buscando ajustar cuentas con tal creador. 

¿Cómo reaccionará nuestro actual mandatario cuando empiece a escuchar las bromas que sobre el presidente se deslicen? En tan sólo 4 domingos se llevarán a cabo las primeras elecciones desde que el fenómeno López Obradorista carcomió hasta las entrañas el sistema político mexicano, el pasado 2 de julio. Los escenarios son Baja California y Puebla, y no se observan indicios de que el triunfo le pueda ser arrebatado al partido que tiene en el poder al Presidente de México. Sin embargo, es impensable que los resultados sean tan amplios como los que obtuvo Andrés Manuel en los sufragios donde fue electo.

A partir de ahí la percepción victoriosa que se ha mantenido durante un año empezará a manifestarse a la baja. Es lo más normal del mundo y nada habrá que la haga diferente, y aunque los números dicen que Morena obtendrá las 2 gubernaturas, los porcentajes serán muy diferentes a los que se manejaban cuando Andrés Manuel inició su mandato. Es probable que ahí empiecen a cuestionar al Presidente sobre las acciones que ha llevado a cabo y el cómo incidieron en los resultados de tales elecciones. ¿Cómo reaccionará el Mandatario?

Durante muchos años es él quien ha hecho los mejores chistes de sus antecesores. Ahora le toca estar del lado de los que eran las víctimas de los ocurrentes. Ojalá y no pierda esa sonrisa socarrona y esa chispa de picardía que se le ve en los ojos. A fin de cuentas son sólo chistes; pero eso sí, chistes crueles que atacan sin misericordia a todos los políticos.

Esperando que nadie se sienta ofendido, cuento el siguiente chascarrillo. Cuando en 1994, Zedillo, Cuauhtémoc y Diego Fernández eran los candidatos presidenciales, los tres iban en un avión que perdía altura y necesitaban perder peso para salvarse. Zedillo pesaba 70 kilos, Cárdenas 78 y Diego sólo 68. ¿Quién creen que sobrevivió?... México, pues ninguno se salvó. De ese tamaño es el ingenio mexicano.  

PD: ¿Gusta opinar? Lo espero en Las Mentadas… 


jbrambilaleal@yahoo.com.mx