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A capela



RAÚL PÉREZ OSORIO


Martes 07 de Mayo de 2019 8:00 am


SE dice a capela cuando alguien canta sin la necesidad de instrumento musical. Para las personas que jamás pensaron que pudieron estar en la oposición política, es natural que su mentalidad haya sufrido un cambio por esa real situación. Estas mismas personas, en algún momento llegaron a pensar que era una vergüenza salir a la calle cuando de motivos justos se trataba, esas clases sociales, de manera política y económica vivían en la comodidad, abundancia y rodeados de privilegios; consideraban indigno andar en las calles implorando el reclamo de un derecho o denunciando alguna injusticia.

Así es la historia de la humanidad. A la oposición se le consideraba resentida por la pobreza y marginalidad. Hoy, una nueva oposición está contra el Gobierno Federal, por lo que cabe hacer algunas precisiones y marcar algunas diferencias.

Lo que sucedió el 1 de julio del año pasado tiene una larga historia, y mencionar todos los hechos sería interminable. Hoy, por voluntad del pueblo, los que eran oposición están en el poder, pero esta oposición exigió justicia en todos los terrenos: calles, ciudades, campos, clases, parques y todo lo hacía a capela; es decir, se atenía a sus propios recursos; los medios económicos y de comunicación eran nulos prácticamente, y es esa parte la que nunca debe olvidar el individuo y la sociedad, es decir, la dignidad y la justicia, sea de la condición cultural o económica que sea.

Cuando alguna persona pedía justicia y pertenecía a la banda partidaria priista –como el caso de Colosio– era asesinada, porque tocar a un grupo en sus intereses políticos y económicos era una especie de deslealtad a las reglas de la corrupción.

Anda circulando un documento firmado por varios intelectuales, periodistas de los llamados “orgánicos del gobierno”, es decir, que de alguna u otra forma han estado al servicio del poder político que ya se fue. Enrique Krauze, considerado en algún tiempo un sobresaliente historiador y que en su momento calificó al actual Presidente como un “Mesías tropical”, ha caído muy bajo, y espero que no llegue al grado del Herodoto de pacotilla.

Hoy, la oposición tiene medios de comunicación a su entero servicio. Grupos poderosos del pillaje como los que se roban el petróleo, empresarios que tenían a su servicio el poder político, privilegiados con sueldos escandalosos, empresas periodísticas que jamás vieron defecto o injusticia de los gobiernos en turno, porque los pecados cometidos por los poderosos se pagaban con dinero y –como el tiempo de las bulas– se iban derechito al cielo. Se colmaba de dinero a medios de comunicación venales, además, hoy se dan el lujo hasta de amenazar a AMLO por parte de esos grupos.

Otro asunto importante sucedido en días recientes relacionado a la remoción del magistrado del Supremo Tribunal de Justicia en el Estado de Colima, Mario de la Madrid Andrade, efectivamente, no se está cuestionando la preparación o la honorabilidad del mencionado, sino el procedimiento mediante el cual se le otorgó dicho cargo.

Para corregir esa anomalía, José Villalvazo Martínez, con una justa petición de amparo y protección de la justicia federal, misma que le fue concedida, se determina que sea removido de su cargo Mario de la Madrid. José Villalvazo, con fundamentos legales, solicitó la protección de la justicia federal, argumentando que este tipo de nombramientos deben ser abiertos y transparentes, en condiciones laborales de igualdad, ya que la justicia es un tema muy sensible en el país.

Si existe vicio o ilegalidad en el proceso para la designación de personas que van a ocupar cargos tan delicados para la sociedad, justo es desde un principio ajustarse a lo que la ley establece, o en su caso, adecuarla a las necesidades según las circunstancias.

Desde mi punto de vista, José Villalvazo está contribuyendo y dando el ejemplo de que nadie debe de aparecer sumiso, cuando de reclamar un derecho se trata.