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La marcha fifí



RAYMUNDO GONZÁLEZ SALDAÑA


Martes 07 de Mayo de 2019 8:01 am


NO puede haber otras características que le haga más daño a un político y servidor público, que la soberbia y la arrogancia. Las decenas de marchas que se realizaron este domingo pasado en por lo menos 20 estados del país, no pueden ser desestimadas bajo ningún argumento. Los mexicanos que no están de acuerdo con la forma de hacer política por parte del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, y de cómo está conduciendo al país, se organizaron de manera pacífica para manifestarse con este propósito, a lo largo y ancho del país.

Sobresalió, obviamente, la marcha del silencio realizada en la Ciudad de México, donde miles de ciudadanos colmaron el Ángel de la Independencia para caminar de forma ordenada y pacífica hasta el Monumento de la Revolución. Lo mismo pasó en Guadalajara, León, Guanajuato, Aguascalientes, Mérida, Cuernavaca, Querétaro y muchas ciudades más.

Considero, amigo lector, que el número de participantes en estas marchas no debe ser un dato significativo, y en este caso pasa a segundo término. No importa si fueron 500, 2 mil o 70 mil personas las que se manifestaron. Lo trascendental y realmente importante es que la ciudadanía se organizó libremente, sin líderes de por medio, ni partidos políticos. Por primera vez en la historia reciente de México, en estas marchas, no hubo ni pintas ni vandalismo, ni saqueo a comercios ni aparadores rotos, ni gente golpeada ni policías agredidos. No se detectaron acarreados, ni tortas y refrescos a cambio de la asistencia de la gente.

Los valientes mexicanos que se atrevieron a mostrar su inconformidad ante la forma de hacer política del Presidente de México, lo hicieron por convicción. La consigna “AMLO, así no”, significa mucho y encierra un gran mensaje. La gente no está de acuerdo en cómo el presidente López Obrador está dividiendo a los mexicanos con sus mensajes de odio y enfrentamiento. Esta manifestación es una especie de calificación que un sector de la sociedad le pone al Presidente en sus primeros 5 meses de gestión.

Lo mejor que le puede pasar a México y a su Presidente es que éste realmente tenga la capacidad, la inteligencia y la humildad de leer e interpretar en su justa dimensión, este contundente mensaje ciudadano. Sería lamentable que el presidente López Obrador tome una actitud de envalentonada soberbia y desestime el hecho, tal como ya lo hicieron vía Twitter algunos de sus colaboradores, como el secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú. La gente que se manifestó, en su inmensa mayoría, no pedía la renuncia de AMLO (considero que no hay lugar para ello), sólo le exige que rectifique su proceder y la forma de dirigirse a algún sector de la sociedad, que muestre respeto a los que no son sus fieles seguidores y que no sea tan visceral en sus mensajes, que incitan al odio y la confrontación, sólo eso.

Sin embargo, el Presidente en su mañanera de ayer, lunes, ya dio un mal mensaje. Si bien aceptó que es un derecho legítimo de los mexicanos a manifestarse, también dijo que la gente que marchó es la que no acepta que su gobierno combata a la corrupción y que no está de acuerdo en que en este sexenio de izquierda se apoye solidariamente a los desprotegidos. No es por ser pesimista, pero con esta declaración, puedo presagiar que el Presidente no entendió la importancia de esta gran manifestación.

Algo más a destacar es el papel casi nulo que juegan los partidos opositores. Si bien ya sabemos que Morena ha sido una aplanadora, tampoco le vemos muchas ganas tanto a los dirigentes como a los legisladores del PAN y el PRD por dar la pelea. Ojalá me equivoque en esta personal apreciación, pero a México le urge que en las Cámaras legislativas se genere un contrapeso para todas las ocurrencias y decisiones autoritarias y erróneas del señor Presidente. Para no ir tan lejos, aquí en Colima, la gente no sabe quiénes son los dirigentes del PAN y del PRD, y ya esperamos que se hagan notar.


*Ex dirigente y actual consejero estatal del PAN