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Despacho político



ARMANDO MARTÍNEZ DE LA ROSA

Sal y salud


Viernes 10 de Mayo de 2019 7:49 am


1.- Se convirtió en mito que un bajo consumo de sal era indispensable para reducir la presión arterial. Dietas de vegetales sin ese condimento lo comprobaron, según quienes sostenían esa hipótesis. Dejaron de lado que los vegetales son bajos en fructosa (azúcar natural que abunda en las frutas) y que, se sabría posteriormente, el endulzante es el verdadero causante de la presión sanguínea alta.

La sal natural es indispensable para la salud, si se ingieren dos cucharaditas al día en total, exponen médicos expertos. Como el cuerpo no puede producir por sí mismo ni el cloro ni el sodio, que son los elementos químicos que componen la molécula de la sal natural (cloruro de sodio) se debe ingerir en la alimentación, igual que hacen otros seres vivos.

Ingerido sin exceso, este condimento mantiene en niveles adecuados la presión arterial y la de los fluidos corporales, permite a las células cumplir sus funciones de asimilar nutrientes y enviar los desechos fuera de ellas; es componente esencial del plasma sanguíneo y aumenta la cantidad de ciertas células del cerebro, contribuye a la solidez de los huesos, mantiene el agua en las células, es necesario para evitar inflamaciones, digerir proteínas y suprime el acné, entre otros muchos beneficios más.

2.- Un experimento más o menos reciente, demostró que entre las personas sujetas a investigación científica, de un grupo de bajo consumo de sal, murieron 50; del segmento de consumo medio, fallecieron 24; y del de alta ingesta, fenecieron 10.

“¡El riesgo de padecer enfermedades cardíacas fue 56 % mayor en el grupo con bajo consumo de sal en comparación con el grupo que consumió más sal! Algunos estudios han demostrado un beneficio modesto de la restricción de sal entre algunas personas con presión arterial alta, pero la evidencia no se extiende al resto de la población”, sostiene el doctor Joseph Mercola en www.mercola.com (28/abril/2019).

Sin embargo, la sal fue convertida en el villano favorito de la medicina, cuando el verdadero delincuente sanitario estaba en la alta fructosa que se añade a muchos alimentos y bebidas procesadas.

3.- Se debe distinguir entre el consumo de sal natural y las sales procesadas ocultas en alimentos enlatados y en carnes igualmente procesadas industrialmente como los jamones, las salchichas y otros embutidos de amplio consumo popular. La sal con que se conservan y otros aditivos se ocultan al consumidor en los supermercados y la industria, cuyos contenedores plásticos o de metal portan información en letra pequeña y con datos sin mayor referencia clara.

Comer con regularidad o frecuencia esos alimentos procesados, no sólo aumenta riesgos de hipertensión y accidentes cardiovasculares –advierten investigadores médicos–, sino que incrementan la probabilidad de “derrames” cerebrales y la aparición de tumores cancerígenos.

4.- En Colima, tenemos la suerte de disponer de una sal natural de primera calidad mundial, la de Cuyutlán. Tradición de siglos, la extracción de sal de mar proviene de la época anterior a la Conquista. Durante el virreinato se utilizó en la alimentación y para conservar alimentos en tiempos en que no había refrigeradores, y sobre todo en los procesos de obtención de plata de las minas del virreinato.

Aun mejor. Se produce en Colima, también en aquellas centenarias salinas, la Flor de Sal, un condimento con menor cantidad de sodio que puede ser consumido por personas bajo tratamiento médico, siempre en las dosis que los doctores recomienden.

Otra ventaja de la sal de Cuyutlán: es barata. Salvo a los turistas que la compran mucho más cara a la vera del camino, en empaques atractivos por artesanales y rústicos, para ellos acaso exóticos, para los consumidores colimenses, en cambio, el privilegio resulta barato, unos cuatro o cinco pesos el kilo.

5.- Con una calidad del nivel de las famosas sales naturales como la del Himalaya, la de Hawai y de la costa francesa, la nuestra se produce con métodos artesanales que implican un cuidado esmerado y, sobre todo, la ausencia de elementos químicos ajenos que la degraden o perviertan.

Este proceso y sus resultados son parte de la cultura colimense. Los esmerados salineros deben ser reconocidos por los habitantes de Colima, sobre todo consumiendo la sal natural que es un privilegio gastronómico.


MAR DE FONDO


** “Yo pasé por los viejos puentes/ Todo allí comenzó después/ Una canción del tiempo ido/ habla de un herido doncel/ de un traje que fue desceñido/ y de un desangrado clavel/ Del castillo de un duque loco/ de los negros cisnes de un rey/ de la pradera donde canta/ la eterna novia del ayer/ Yo bebí el canto de las glorias/ falsas como una helada miel/ El Loira arrastra mis recuerdos/ con el ejército francés/ con las armas ya disparadas/ y el llanto sin borrar también/ Oh abandonada oh Francia mía!/ yo los viejos puentes pasé”. (Louis Aragon, francés, 1897-1982. Los viejos puentes.)