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Gotita oceánica



RAÚL PÉREZ OSORIO


Martes 14 de Mayo de 2019 8:02 am


MUCHAS veces, las minucias o pequeñas cosas como queramos llamarlas, desencadenan acontecimientos que a veces no damos crédito por las consecuencias desmesuradas. Miles de veces hemos sabido cómo los grandes incendios se inician con lanzar, por descuido o con intención, una colilla de cigarro o un insignificante cerillo, y el fuego puede llegar a consumir miles de hectáreas.

Existen infinidad de ejemplos de lo antes mencionado, por ejemplo, aquel cuento que narra cómo una gotita de miel desencadenó el exterminio de dos pueblos. Un hombre le vendió miel a un comerciante que vendía aceite, cuando ya habían convenido en el precio, el aceitero le pidió al mielero que vaciara la miel en un recipiente, sin embargo, en ese proceso se le cayó una gota de miel, y las moscas, cuando casi todavía no caía al suelo, llegaron a comérsela. Un pájaro que por ahí estaba se lanzó sobre las moscas y se las tragó, el aceitero tenía un gato, que al ver al pájaro, de un zarpazo lo mató, pero cuando se disponía a comérselo, el perro que llevaba el mielero, que se andaba muriendo de hambre, se lanzó sobre el gato y lo mató.

El aceitero le reclamó al mielero y le pidió que le pagara el gato, el mielero se negó; discutieron acaloradamente, y el mielero, como era cazador, le quitó la vida al aceitero. Después de cometido el delito, el mielero se fue a su pueblo, cuando se supo la noticia todos los pobladores de donde era el aceitero se armaron con lo que pudieron, fueron a buscar al presunto asesino, pero los pueblerinos al saber que venían por el mielero también se armaron, desatando la trifulca, exterminándose los dos pueblitos por una gotita de miel. Si esto sucediera en nuestro país, sería un país fantasma.

Hace aproximadamente 10 años, de entre los miles de muertos que se han regado a lo largo y ancho de nuestro país, un caso ha vuelto a ocupar los medios de comunicación, y es el caso de la señora de Wallace. Como toda madre ante la desaparición de su hijo, tiene todo el derecho de lanzarse con todas sus fuerzas contra todo aquel que sea responsable. El hecho es que desde un principio aparecieron muchas suspicacias sobre la muerte o desaparición de su hijo Hugo Alberto Wallace Miranda. Se ha comprobado que la señora Isabel ha mentido de diferentes formas, cuando se encontró el lugar donde supuestamente lo asesinaron no hubo ninguna huella de dicho suceso, pero 6 meses después, hacen una inspección judicial y aparece una gota de sangre en ese departamento, pero de acuerdo con los datos extraídos de la gota de sangre, el joven no es hijo del señor Wallace y su padre biológico es otra persona, aquí tenemos, pues, las consecuencias que las gotitas traen.

Otro aspecto que parece de suma importancia, es el que trae entre manos el fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, quien está totalmente decidido a meterse en el mar de la corrupción de la empresa petrolera Odebrecht y corruptora de prácticamente todo el Continente Americano. Si se aclara la desmedida corrupción en el que participó el gobierno mexicano anterior, el actual gobierno sentará un precedente que contribuirá a desterrar, de una vez y por todas, la corrupción que ha mantenido tambaleante a nuestro país.

Otra gotita que cae en el vaso donde debe haber justicia es la de los aspirantes a jueces en materia civil y familiar, cuyos nombres son Ana Rosa Hernández Flores, Cindy Lizeth Mendoza Torres y Érick Daniel Juárez, pues hay quienes consideran que subyacen algunas anomalías que deben aclararse. Algunos argumentan que aprobaron el examen de conocimiento al que fueron convocados, tal y como la convocatoria lo especificaba, por lo tanto, se presentaron al llamado examen de caso práctico, que se realizaría el 4 de mayo del año en curso a las 8:30 de la mañana en el módulo de cómputo de la Universidad de Colima, pero el jurado no se presentó, lo cual deja en una situación confusa a los aspirantes a jueces, quienes fundamentados en las convocatorias, han cumplido puntualmente con todos los requisitos para sus aspiraciones a concurso de oposición a Jueces de Primera Instancia en la Materia Civil y Familiar, convocada por el Pleno del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Colima.