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Tiempo fuera



HÉCTOR SÁNCHEZ DE LA MADRID

Cambiaron paradigmas


Miércoles 15 de Mayo de 2019 7:43 am


HACE menos de 80 años, 1942, el mundo empezó a cambiar con la primera computadora digital inventada por el ingeniero electrónico estadounidense, John Vincent Atanassoff, que vino a superarse en 1947 con la invención del transistor, al igual que con la creación de los chips, microchips y circuitos integrados, a principios de los años 60, que permitieron la disminución del tamaño de los también llamados ordenadores, por el científico Maurice Perret, así como el considerable aumento de su potencia.

En 1962, el ARPA (Advanced Research Projects Agency) desarrolló un programa de investigación computacional dirigido por John Licklider, científico del MIT (Massachusetts Institute of Technology), para 7 años más tarde, en 1969, crear ARPANET (Advanced Research Projects Agency Network), que al unirse a NSFNET (National Science Foundation’s Network) formaron lo que hoy conocemos como INTERNET (Interconnected Networks), que es una red que conecta a otras redes y dispositivos para compartir información.

Es hasta 1973 que el ingeniero eléctrico norteamericano, Martin Cooper, en una calle de New York realiza la primera llamada telefónica desde un prototipo de celular, que había conceptualizado desde niño y con el apoyo de un equipo de la empresa Motorola lograron fabricar el primer teléfono móvil, el cual pesaba más de 2 kilos y medía más de 30 centímetros. 46 años después, más de la mitad de los habitantes de la Tierra cuentan con un celular que sirve para comunicarse no sólo por audio y video, sino por infinidad de redes sociales, Facebook y Twitter las más importantes, además de convertirse en una radio o televisión portátil, navegador de internet o cámara fotográfica, entre otras funciones.

Los tres inventos tecnológicos, la computadora, el internet y el celular, sentaron las bases para que arrancara una carrera ilimitada hacia la modernidad que ni Leonardo da Vinci o Julio Verne imaginaron siquiera, creando las condiciones para adelantar el futuro en tan sólo 7 décadas, como no lo había realizado el ser humano desde los vestigios más antiguos que datan de las culturas de Mesopotamia, hace 9 mil años, aunque últimamente algunos investigadores aseguran que la civilización de China tiene mil años más que las precitadas.

El avance exponencial que ha provocado la computadora en nuestra vida ha sido impresionante, al facilitar y acelerar los estudios técnicos y las operaciones matemáticas de prácticamente todo lo que nos rodea, perfeccionando los aparatos que ya teníamos, como descubriendo nuevas máquinas con funciones que rebasan las películas de ficción de hace pocos años o lustros. Lo insólito es que los ordenadores sirven también para adelantar el desarrollo de ellos mismos, sin que nada los frene ni detenga.

En esa marcha vertiginosa que emprendió la computadora hace 77 años, el internet y el celular coadyuvan con ella como instrumentos de información y de comunicación para la creación de otros aparatos en menor tiempo y trabajo posibles. El uso de los tres sistemas, diferentes entre sí, sin embargo se entrelazan para desempeñar sus servicios de forma coordinada y eficaz.

La red informática es empleada por los usuarios de la computadora y el celular para transmitir la información de los propios avances tecnológicos y con ello acelerar la carrera infinita de la tecnología, sin que nadie conozca hasta dónde llegará y qué tanto nos hará dependientes de las máquinas electrónicas, pero sobre todo, cuánto más nos cambiará todavía nuestras costumbres y formas de vida.

El celular es un instrumento maravilloso, que nos permite comunicarnos con nuestros familiares y amigos, hacer más fácil nuestras tareas y también para distraernos y divertirnos, pero también nos esclaviza y nos vuelve adictos, nos aísla de las familias y los amigos en reuniones o fiestas al tener a la mano la posibilidad de emplear las diversas funciones que nos proporciona.

No todo es positivo, entonces, con el desarrollo tecnológico, más aún por el mal uso que se les da a las tres herramientas mencionadas para desinformar, calumniar y difamar a través de las redes sociales, sin que autoridad alguna regule su ámbito y sancione a quien dañe y perjudique la honra y el prestigio de los afectados, debido al anonimato y la dificultad de identificar al autor y más todavía de que la autoridad correspondiente enjuicie y castigue al responsable.

Es impresionante cómo la computadora, el internet y el celular cambiaron innumerables paradigmas que nos heredaron nuestros antecesores y de las que creamos nosotros mismos, de muchas costumbres y conceptos de quienes nacimos alrededor de la mitad del Siglo pasado y hasta 2 ó 3 décadas después. Lo triste es que no volverán esos tiempos y más todavía que aquellos eran mejores que los de ahora.