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El temor a la diferencia



ROSA EVELIA VILLARRUEL FIGUEROA


Viernes 17 de Mayo de 2019 7:47 am


EL 17 de mayo de 1990, la Organización Mundial de la Salud (OMS) eliminó de la lista de trastornos mentales la homosexualidad, sin embargo, la criminalización y rechazo a esta práctica sexual continuó su curso, por lo que la comunidad gay decidió retomar esta misma fecha para denunciar públicamente la homofobia y todo tipo de discriminación de que son objeto todas las personas con una orientación sexual diferente a la heteronormada por la sociedad y la Iglesia, incluyéndose, en 2015, la bifobia.

Curiosamente fue en Estados Unidos, siendo un país de contrastes, donde se usó por primera vez el término homofobia para referirse al fenómeno que estaba ya haciendo estragos en una buena parte de la población, aunque fue hasta los años 80 que ya aparece en los diccionarios de lenguas, extendiéndose a todo el mundo.

Las expresiones de machismo, sexismo, racismo y homofobia, siguen permeando la vida cotidiana de toda aquella persona que se niega a aceptar que en una sociedad plural cabe todo tipo de orientación sexual, sin importar raza, color o religión; además de que la lucha por erradicar estas prácticas no es nueva, pues se inscriben en todos los movimientos sociales que han cobijado la vida de los pueblos y las sociedades marginadas.

Uno de los principales enemigos de estas acciones homofóbicas es la ignorancia; existe un desgano generalizado por informarse más allá de lo que el sistema de creencias les dicta a cada quien, o ciegamente se siguen los preceptos religiosos aprendidos, a sabiendas de que en el seno de las órdenes religiosas existe una gran cantidad de personas con esta orientación, la cerrazón se impone, porque información real y científica sobre otras visiones más avanzadas y con criterios diferentes están en libros u otros medios igualmente confiables.

Aún con todas las acciones que cotidianamente se emprenden para erradicar la homofobia, a algunos espacios públicos o privados de formación académica, básica o superior, se les dificulta implementar programas que promuevan la no discriminación, basada, obviamente, en principios de humanismo, donde tanto maestros como alumnos y alumnas se concienticen respecto a las consecuencias sociales que estas prácticas generan.

Este tipo de luchas por la no discriminación deberían estar presentes todos los días y en todos los espacios, iniciando por el hogar, desde donde los más chiquitines de la casa aprendan el valor de la aceptación, pues me atrevo a asegurar que no hay familia, en ninguna parte del mundo, donde no exista una persona con una orientación diferente a la socialmente aceptada. Esto coadyuvaría enormemente a allanar la brecha de la discriminación instalándose sobre ella la aceptación.

A los actos extremos de homofobia se les llama crímenes de odio, y se preguntarán, ¿por qué de odio? Por la dificultad tan grande que concurre en comprender que exista la diferencia. Pensamientos como: “te odio porque no piensas como yo”; “porque haces cosas que trastocan mis creencias”; “porque no tengo la capacidad de comprenderte o porque en el fondo soy como tú, pero no me atrevo a aceptarlo”.

El miedo, siendo un sentimiento primario que debería servir de protección ante peligros latentes de sobrevivencia, se traspola y trasciende al nivel de paralizarnos y llevar a los seres humanos a actos de barbarie. Por eso es tan importante el conocimiento, nos da poder y comprensión ante los fenómenos sociales y personales que escapan a nuestra forma lineal de vida.

Nuestra Constitución, en su artículo 1, es clara cuando dice: “Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas”. Sólo la alianza entre todas las personas hará valer este derecho a la diferencia, y otros igualmente importantes.


*Ex secretaria de Mujeres de Morena Colima