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A propósito…



FERNANDO MORENO PEÑA

Dos Bocas


Sábado 18 de Mayo de 2019 7:26 am


LA refinería de Dos Bocas, programada para construirse en Tabasco, es uno de los cuatro grandes proyectos de la 4T y, al igual que los otros, ha sido seriamente cuestionada, por varias razones.

En primer término, porque se considera un proyecto no viable, por su elevado costo, por el lugar donde se pretende construir, porque no es la inversión que Pemex requiere, porque el dinero debería invertirse en exploración y producción petrolera; y segundo, porque la Iniciativa Privada y extranjera han rechazado invertir en dicho proyecto, lo cual implica destinar recursos públicos a un proyecto no viable ni prioritario.

Con todo y la opinión de expertos y del empresariado mexicano, la refinería de Dos Bocas fue sometida a un proceso de licitación restringida por invitación a cuatro empresas internacionales, con el argumento, ante los cuestionamientos por la forma de licitarla, de que en México no había empresas con experiencia suficiente para tan importante obra.

El 22 de marzo, el presidente Andrés Manuel López Obrador expresó: “Estas cuatro grandes empresas que estamos convocando, recientemente han hecho refinerías; cada una de ellas ha hecho más de 100 refinerías, hay una de ellas que ha construido más de 200 refinerías en el mundo, no hay la experiencia suficiente en las empresas mexicanas”.

Así se justificó la invitación a las cuatro empresas extranjeras, que una vez que se dieron a conocer sus nombres, los periodistas y expertos acreditaron que las cuatro empresas estaban cuestionadas a nivel mundial porque habían incurrido en actos de corrupción en las refinerías que habían construido; no obstante, el Gobierno Federal dijo que no habría marcha atrás, pues eran las mejores del mundo, las que más sabían, las de mayor experiencia y llegó a decir que: “estamos en las mejores manos”.

Pero, después, la realidad se impuso, el 9 de mayo, el Presidente anunció que la licitación se había declarado desierta: “Se pasaron de los 8 mil millones de dólares (y también) en el tiempo de construcción, y nosotros no vamos a hacer ninguna obra que no podamos terminar durante el sexenio”. “Se va a construir la refinería con la coordinación, administración y supervisión de Pemex y de la Secretaría de Energía... Vamos a que nos cueste 160 mil millones de pesos en 3 años, no más, para que salga en tiempo y con este presupuesto necesitamos hacerla nosotros de manera directa, con el apoyo de los técnicos y de los trabajadores mexicanos, a los que llamo a participar”. De todo esto dio cuenta el diario defeño El Universal.

Así, el proyecto de la refinería de Dos Bocas despertó más alertas entre expertos, calificadoras e inversionistas y además, se ratificó el distintivo de la Cuarta Transformación: el Gobierno Federal será el constructor, e ingenieros militares construirán el nuevo Aeropuerto de Santa Lucía; Fonatur y no la SCT, construirá el Tren Maya, y para rematar, ingenieros petroleros sin experiencia en la construcción de refinerías, desmentirán los cálculos de los que sí saben y se echarán a cuestas la construcción, en el tiempo y con el presupuesto definidos por el Presidente de la República.

El Gobierno Federal toma la decisión de que Pemex y la Secretaría de Energía construyan la refinería de Dos Bocas, porque las empresas convocadas estimaron que el costo de dicha refinería rebasa los 8 mil millones de dólares presupuestados (160 mil millones de pesos) y que costaría entre 10 mil y 12 mil millones de pesos y que tardaría más de 5 años en construirse; o sea, que en 2024, cuando concluya López Obrador su gobierno, la refinería no estaría terminada.

El Presidente se comprometió a que la refinería no costará más de 8 mil millones de dólares y que estará terminada en 2022, y rubricó su afirmación con el “me canso ganso”.

REACCIONES EN CONTRA

El sector empresarial manifestó su desacuerdo por la decisión del Gobierno Federal de que sea Pemex quien construya la refinería de Dos Bocas, en Tabasco.

José Manuel López Campos, presidente de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo, comentó que la cancelación de proyectos de infraestructura y la licitación desierta pueden “incidir en la incertidumbre de los inversionistas de largo plazo”.

Para Gustavo de Hoyos, quien preside la Confederación Patronal de la República Mexicana, el gobierno debe hacer un alto en el camino y reconsiderar los riesgos de esta decisión para Pemex, para las finanzas públicas y para México.

Hizo “un llamado al Presidente [Andrés Manuel López Obrador] para que se deje atrás la política de ‘me canso ganso’, y que en lugar de ello, haya una reflexión profunda, con argumentos, con racionalidad.

“Se está anunciando que el Ejército hace aeropuertos, que Fonatur hace trenes, y ahora, que Pemex hace refinerías”.

El presidente de Coparmex añadió que no descarta que a futuro se vean funcionarios beneficiados por las obras de infraestructura, porque la falta de experiencia genera espacios de ineficiencia y corrupción.

La analista Maricarmen Cortés, del periódico Excélsior, publicó lo siguiente: “Porque Pemex no tiene hoy una empresa constructora, porque agravará las ya de por sí deterioradas finanzas de Pemex y por el riesgo que implica no sólo una baja en la calificación de Pemex, sino también en la deuda soberana por el cumplimiento de la meta de finanzas públicas sanas.

“El presupuesto para Dos Bocas ya contemplado este año es de 50 mil millones de pesos, pero tendrá que elevarse si realmente se pretende terminarlo en los 3 años, lo que indudablemente complicará el manejo de las finanzas”.

La calificadora Moody’s señala que el hecho de que Pemex construya y la Sener supervise, elevará el riesgo de sobregiros y retrasos y habrá más presión en las finanzas de Pemex y gubernamentales; sin embargo, la secretaria de Energía, Rocío Nahle, insiste en que Pemex sí tiene la capacidad para construir la refinería y desestima la opinión de las calificadoras.

El analista económico, David Páramo, afirma: “Primer error. Los combustibles fósiles están de salida y la refinación es una especie en extinción. La obsesión petrolera en la 4T va en contrasentido de la lógica y las recomendaciones de sentido común.

“Segundo error: Inversionistas internacionales, organismos financieros internacionales, calificadoras de valores, Banxico y, en general, todos los expertos de los sectores energéticos y financieros consideran que la construcción de Dos Bocas es un gravísimo error”.

El capricho llegó al extremo con el anuncio de que Dos Bocas será construida por Pemex y la Secretaría de Energía mediante un equipo coordinado por Rocío Nahle.

Las empresas que fueron invitadas a la licitación cerrada reiteraron el mensaje fuerte y claro: Dos Bocas es una utopía, un unicornio blanco. Dejaron claro que la obra no podrá concluirse este sexenio y que tendrá un costo superior a los 8 mil millones de dólares.

Especialistas advirtieron que Pemex y la Secretaría de Energía no tienen la capacidad técnica ni económica para llevar a cabo la construcción de la refinería Dos Bocas, en Tabasco.

Pablo Medina, vicepresidente de Welligence Energy Analytics, dijo que la decisión de poner sobre Pemex este peso, tendrá graves efectos, como peores calificaciones y dejar de lado proyectos rentables, como la exploración y producción.

Miriam Grunstein, fundadora de Brilliant Energy Consulting, aseguró que ni Pemex ni Sener son constructoras, y no tienen ni la experiencia ni los recursos para llevar a cabo el proyecto, por lo que se verán obligadas a contratar asesorías que aumentan el costo final.

El consultor de Grupo Caravia y Asociados. Ramsés Pech, dijo que el gobierno debe considerar la posibilidad de construir una refinería de menor capacidad, es decir, no de 340 mil barriles por día, sino de al menos 100 mil, a fin de reducir costos y tiempos de edificación.

CitiBanamex calificó como una nueva equivocación del gobierno la decisión de que la Secretaría de Energía y Pemex estén a cargo de construir la refinería de Dos Bocas: “El que se declarara desierta nos confirma que han sido equivocados los estimados de tiempo y costo por parte del gobierno, a la vez que también lo es distraer la atención de Pemex para la construcción, sobre todo dado los graves problemas que ya debe atender”.

La secretaria de Energía, Rocío Nahle, dio respuesta: “Las calificadoras no pueden bajar o subir [la nota] de acuerdo a intereses políticos. Las calificadoras deben ser muy responsables y serias, y nosotros apelamos a eso”.

El presidente Andrés Manuel, afirmó que si el presidente Lázaro Cárdenas pudo después de la expropiación petrolera, el gobierno de la 4T también va a poder, comparando la hazaña de la construcción de esta refinería, con la expropiación petrolera.

Y además afirmó: “no será una refinería patito”.

Quizás sí... ¡gansito!