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Cuando no te ocupan



ARNOLDO VIZCAÍNO RODRÍGUEZ


Martes 21 de Mayo de 2019 7:40 am


EMPIEZO por agradecer a los cientos de amigos y amigas que el miércoles y jueves de la semana pasada, me buscaron a mí o a mi hija Indira, para preguntar sobre mi estado de salud, después del accidente automovilístico que sufrí la noche del 14 de mayo, en la autopista cerca de Manzanillo. También para ofrecer disculpas a las 187 personas a quienes no pude devolver sus llamadas porque me hice bolas con el congestionamiento que sufrió mi tamagochi.

Paso a platicar de la buena nueva sobre lo providencial de que nada nos pasara a quienes participamos en dicho percance, Francisco Solórzano, quien venía de copiloto; su hijo del mismo nombre, quien viajaba en la parte superior; y el que esto escribe (conductor). Eran las 8:40 de la noche y veníamos de una reunión de trabajo celebrada con la Presidenta Municipal de Manzanillo. Delante de nosotros circulaban dos traíleres, ambos con doble remolque y a baja velocidad (70-75 kilómetros por hora). Resolví rebasarlos, por lo que tomé el carril de la izquierda, casi llegaba a la altura de la cabina del primer tráiler, cuando su conductor, sin verme, decidió lo mismo, rebasar al tráiler que iba adelante, por lo que intempestivamente invadió mi carril. Ante la inminente y brutal embestida, instintivamente traté de frenar y pegarme cuanto pude al muro central de la autopista, acciones que resultaron insuficientes, pues el tráiler nos arrolló, sobre todo con el segundo remolque, presionando el vehiculó contra el muro y arrastrándonos.

Todo fue muy rápido, en la cabeza de los tres hubo la convicción de que moriríamos, no se veía cómo evitar que ello no sucediera. Pasó el tsunami y reaccionamos rápido; Francisco hijo, que viajaba atrás, salió de inmediato y le pedí que corriera para desviar los vehículos, pues quedamos prácticamente adheridos al muro, con el altísimo riesgo de que otro vehículo llegara y se impactara con nosotros. Francisco Solórzano y yo quedamos apresados, pues ambas puertas se habían trabado; como pude, también brinqué hacia atrás y logré salir, rescatando minutos después al abogado.

Antes de hablar a los teléfonos de emergencia, lo primero que hicimos fue cerciorarnos de que no hubiéramos sufrido golpes fatales, lo que afortunadamente así fue. Quienes vieron el estado en que quedó el vehículo no entendían cómo fue posible que hubiéramos sobrevivido, pero más, fue tan extraordinario el acontecimiento, que ninguno de los tres sufrimos el más mínimo raspón, vaya, ni siquiera alguna pequeña cortada, a pesar de quedar llenos de vidrios y fierros retorcidos. Ante ello no nos quedó duda de la existencia de fuerzas superiores que nos protegen; esto es, estamos bien agarrados arriba. Los tres dimos gracias a Dios y, a través de este medio, en nombre de los tres, damos gracias a todos quienes se preocuparon por nuestro estado de salud. No cabe duda, no nos ocupaban.


APARTE


1.- Una de cal Honrar, honra, decía José Martí. Por eso en este espacio, en el mismo que he formulado severas críticas al desempeño del Gobernador, hoy le hago un reconocimiento, porque por fin, el día 13 de los corrientes, cumplió su compromiso adquirido con Productores Unidos por Colima y un grupo de maestras en reunión de trabajo celebrada aproximadamente un año, ocasión en que se comprometió, a propuesta nuestra y de más de 300 psicólogas que trabajan por contratos o interinatos en diversas escuelas atendiendo a problemas de aprendizaje y conducta de alumnos de educación primaria, en la creación de por lo menos 10 primeras plazas de base que les dieran estabilidad laboral a igual número de profesionales. Gracias, Gobernador, por honrar ese compromiso, la expectativa es que debemos ir por más en la creencia que se seguirá contando con su apoyo. En nada nos preocupa que algunos liderzuelos sindicales, que nada hicieron jamás por las compañeras psicólogas, hoy se quieran adornar diciendo que ellos hicieron la gestión. A mí me dan pena por ser tan inútiles, tan mediocres y corrientes. Inservibles manos en las que está el Sindicato de maestros.


*Presidente de Productores Unidos por Colima, A.C.