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GLENDA LIBIER MADRIGAL TRUJILLO

¿Y los partidos?


Viernes 24 de Mayo de 2019 7:43 am


PRONTO estaremos a 11 meses de distancia de la contienda electoral del 1 de julio de 2018, la cual modificó, de manera radical, la geografía político-partidaria en el país, y muy particularmente en Colima, donde, de buenas a primeras, un partido hasta antes de ese momento inexistente en cargos de representación popular, se instaló como mayoría en el Congreso del Estado, ganó dos de los municipios más importantes y se apersonó en todas las posiciones federales de mayoría.

Tras su incursión, en 2011, en el ámbito público nacional como movimiento político y social, Morena obtuvo su registro oficial como partido político en 2014, y cuatro años después cumplió su objetivo esencial: llevar a Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de la República. Un logro que incluso rebasó ampliamente las expectativas de los principales liderazgos del morenismo, al arrastrar hacia el triunfo a cientos de candidatos que, en su gran mayoría, jamás pensaron que podían ganar un cargo de elección popular, como sucedió en alcaldías y distritos federales y locales. 

Pero así como pegó de fuerte, para su beneficio, en el morenismo, el llamado tsunami lopezobradorista prácticamente desapareció del mapa nacional y local a los partidos que en un santiamén convirtió en oposición. En la historia moderna de real competencia político-electoral en México, jamás, como ahora, se había advertido el sepulcral silencio que reina en los otrora poderosos Partido Revolucionario Institucional y Partido Acción Nacional, en ese orden de importancia y trascendencia en la vida pública del país.

A nivel nacional, poco, muy poco se les ve actuar a los opositores de Morena. Apenas algunas veces dicen o hacen algo en el Poder Legislativo, pero de ahí en más, están desaparecidos. Es comprensible que la dirigencia del tricolor esté ocupada en sus quehaceres domésticos para sacar adelante el delicado proceso interno que dará vida a una nueva composición en su Comité Ejecutivo Nacional. Lo increíble es que dedique todo el tiempo a eso, desde hace casi un año.  

El Partido Acción Nacional está tan alejado de la vida política y de los problemas sociales de México, que sus principales figuras sobrevivientes se asoman a la opinión pública para hablar más del conflicto en Venezuela, que de alguna situación que importe e involucre directamente a los mexicanos.

El PRD, a duras penas existe. Y del resto de partidos políticos, ni hablar, excepto Movimiento Ciudadano, que logra tener mejor vida por la actividad cotidiana del gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro.

Es desolador el panorama político nacional. Lo es, porque la inacción de los institutos partidarios más representativos –luego del que gobierna el país– están demostrando que no tienen algo, aunque sea un poco, qué aportar a la vida pública de México ni a la sociedad, y eso no es bueno para una democracia basada en el pluripartidismo, como es la nuestra.

En el ámbito estatal, la situación no es mejor. Como que a los dirigentes partidarios les da miedo asomar la cabeza al sol. Asuntos van y vienen en el ámbito público local, pero no han merecido la opinión de quienes están al frente del PRI, del PAN o de MC, partido éste último que en la entidad tiene dos de los principales municipios, pero que en la tarea partidaria pareciera que no tuviera nada.  

¿A qué se dedican las dirigencias partidarias de Colima? ¿Estarán preparando nuevos cuadros para la contienda electoral que viene? ¿Estarán analizando –todavía– qué les sucedió en la elección de 2018 que prácticamente quedaron en la lona? ¿Estarán discutiendo cómo hacerle para sobrevivir financieramente de aquí a la próxima campaña? ¿O simplemente les da flojera ocuparse de asuntos que consideran que son responsabilidad de otros? ¡Cuánto misterio!

A un mes y una semana de cumplirse el primer año de la jornada electoral de 2018, ahí están, bien guardados y resguardados, los partidos políticos que a partir de entonces se convirtieron en oposición.