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La guerra perdida



CHRISTIAN GALINDO


Sábado 25 de Mayo de 2019 8:06 am


LA hispanización de Estados Unidos que se ha venido dando a lo largo de los años, ha transformado la idea de Nación que tuvieron los conquistadores anglosajones siglos atrás, con más de 30 millones de habitantes de origen hispano, de los cuales 20 millones son de origen mexicano; la realidad de Estados Unidos de América es muy distinta al tipo de país que busca convertir el todavía presidente Donald Trump. 

La presencia de tantos millones de hispanos en ese país ha evolucionado el modus vivendi diario que, por mencionar un ejemplo, ser bilingüe es un negocio importante, cientos de estudiantes desde los primeros grados buscan aprender español, motivados por sus padres, que saben que al volverse profesionistas habrá un mercado más allá que el anglosajón al cual atender.

El insaciable apetito por la comida mexicana es otro caso de éxito, tan sólo en 2017 más de 233 millones de estadounidenses utilizaron ingredientes o productos mexicanos como parte de su alimentación, según datos recopilados por la firma de análisis Statista. El continuo aumento de la población hispana en Estados Unidos, liderado por los mexicanos, ha permitido que el gusto por la comida mexicana se haya expandido de una manera sorprendente a lo largo y ancho del país. 

Era claro que se tenía prevista la inminencia de un Estados Unidos bilingüe, en donde además del inglés, se hablara francés, como en Canadá, o incluso alemán, sin embargo, en ningún momento pasó por la cabeza de los representantes del poder que el español como lengua y los hispanos como raza representarían, por un lado, la segunda lengua más hablada, y por otro, la segunda raza con mayor población después de los blancos, a pesar de no existir un censo que categorice a los hispanos en Estados Unidos, cuando se pregunta por raza u origen. 

Ante esto, es indudable que la guerra en contra de los hispanos es un asunto de recelo, porque, evidentemente, los hispanos se han adueñado prácticamente de Estados Unidos, porque los hispanos están –les guste o no a los simpatizantes de Donald Trump– en todos lados: los puedes encontrar desde podando yardas en las colonias ricas de Los Ángeles, como West Hollywood, hasta en la Cámara de Representantes, como es el caso de la millenial de origen hispano, Alexandria Ocasio-Cortez, quien a su corta edad, es una de las embajadoras de todas aquellas voces que desde el Capitolio en Washington D.C., intentan achicar. 

El proceso de hispanización en Estados Unidos es una bola de nieve en caída libre, que incluso, ningún arma nuclear podría detener en este momento. Algunos estados, como California, Oregon y Washington, están adecuados al bilingüismo, son “estados santuarios”, en donde los hispanos, legalizados o no, reciben el mismo trato que como si fueran blancos. No hay diferencia. Hay respeto y existen derechos. Aunque haya un Presidente en contra de los migrantes que llegan desde la frontera sur, el país avanza en algunos estados hacia la aceptación y normalización de sus derechos, porque finalmente “con papeles o sin papeles” seguimos siendo humanos. 

Ya pasó el tiempo de las membresías, los países deben pensarse en bloques regionales, y no seguirse viendo como Estados-Nación, que eso quedó atrás, en el Siglo XIX. Es tiempo de visualizarse en el marco de los mecanismos de cooperación, de otra manera, los países que no vayan hacia ese sentido, estarán evidentemente en el lado equívoco de la historia. 

DE PASADITA

Cierto es que cuando los gobiernos toman buenas decisiones, éstas deben reconocerse, principalmente para que sepamos qué se está haciendo bien y cómo podemos contribuir en ello, en este caso, es importante reconocer la buena visión del gobernador Ignacio Peralta, que desde los inicios de su administración, ha tomado en cuenta a los jóvenes colimenses, como nunca antes se había visto. Es el caso de Jesús Dueñas, quien fue nombrado recientemente director general del Instituto de la Discapacidad y a quien le deseo mucho éxito, pero sobre todo, mucha fuerza y visión para apoyar desde el Instituto de la Discapacidad, a quienes más necesitan. 


Twitter: @christiangdo