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De tapete



RAYMUNDO GONZÁLEZ SALDAÑA


Martes 11 de Junio de 2019 7:14 am


EN la reciente semana, el Gobierno de la República, encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, vivió uno de sus peores episodios en materia de política exterior. Por si usted no se enteró, permítame platicarle, amigo lector, que la mano blanda que desde un inicio mostró el gobierno de México con respecto al ingreso a nuestro país y el tránsito por nuestro territorio de miles de migrantes centroamericanos, que buscan el sueño americano, incrementaba, cada día que pasaba, la molestia del Presidente de los Estados Unidos.

Es que ya eran interminables las caravanas de hondureños y salvadoreños que atravesaban nuestra geografía, bueno, hasta algunos africanos se empezaban a integrar a la romería, sabedores de las oportunidades que daba el gobierno de López Obrador, para que por lo menos alcanzaran a tocar la puerta de la vecina Nación del norte. Obviamente, esta “noble” actitud por parte del Gobierno de México hacia los migrantes, fue el pretexto ideal para que el impredecible presidente Donald Trump, amenazara, sin chistar, con imponer aranceles a los productos mexicanos que entran a los Estados Unidos.

Todos vimos cómo el señor Trump se “montó en su macho” y sin parpadear mantuvo su chantaje hacia México por varios días. Por ello, nuestro Presidente, ahora sí, preocupado por las consecuencias económicas que traería para nuestro país esa pretensión, envió a sus secretarios de Relaciones Exteriores y Economía a “negociar” con las autoridades norteamericanas, intentando evitar esa injusta medida.

Sin embargo, resultó patético ver a una informal y mal vestida delegación mexicana, sentada en las reuniones de trabajo ante legisladores y funcionarios norteamericanos visiblemente mucho mejor preparados. En la reunión del jueves pasado que sostuvieron los funcionarios mexicanos ante la presidenta de la Cámara de Representantes estadounidense, Nancy Pelosi, pudimos dar cuenta de la informalidad, la falta de seriedad y escasa preparación de nuestros representantes, pues además de ir mal vestidos (como el súper asesor de la Secretaría de Relaciones Exteriores; el ex gobernador de Michoacán, Lázaro Cárdenas Batel, que se presentó en jeans, con un saco y corbata de esas de ganga), se pudo notar que ninguno tenía en la mesa una tableta o computadora portátil. El colmo fue ver al director de Comunicación Social de la misma Secretaría comiendo cacahuates, mientras se desarrollaba la importante y crucial reunión.

Qué lejos quedaron aquellos tiempos en que el Gobierno de México enviaba para estos asuntos, a funcionarios bilingües y muy bien preparados, expertos en la negociación y manejo de crisis. Para colmo de males, la delegación mexicana, que dicho sea de paso, duró varios días esperando en Washington a ser recibida por el representante del presidente Trump, no se trajo ni los cacahuates, pues resulta que la negociación para nuestro país resultó un fracaso. Si se hubiera tratado de un partido de futbol, diríamos que nos golearon los gringos cinco a cero. Veamos por qué.

México se comprometió a vigilar su frontera sur, en especial con Guatemala, con 6 mil efectivos de la incipiente Guardia Nacional. Recibir a los miles de migrantes centroamericanos, que pretenden entrar a Estados Unidos, mientras este país les resuelve si los acepta o no, mientras tanto, México debe darles hospedaje, servicios de salud, alimentación y en su caso, hasta trabajo. Cualquier extranjero que pretenda ir al norte, una vez que entre a nuestro país, será retenido por el Gobierno de México, corriendo con los gastos de manutención mientras dure el proceso de admisión a los Estados Unidos.

Quedó obligado nuestro país a comprarle a las empresas norteamericanas más productos agrícolas. Además de que este acuerdo será revisado por el gobierno de Trump en 90 días, si en ese lapso nuestro país incumple alguno de estos compromisos, las amenazas de Trump de imponer aranceles a los productos mexicanos que entran a los Estados Unidos, serán una realidad.

Ni hablar, vaya forma de ponernos de tapete ante los Estados Unidos del señor Trump.


*Ex dirigente y actual consejero estatal del PAN