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Crisis en la PF



LUNES POLÍTICO


Lunes 08 de Julio de 2019 7:18 am


LA crisis que enfrenta el Gobierno Federal por las protestas de elementos de la Policía Federal (PF) que se niegan a integrar la Guardia Nacional (GN), ha tenido un mal manejo político. Ya son varios días de conflicto.

El jueves pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador recordó que la ley que él mismo promovió indica que en máximo 18 meses desaparecerá esa corporación y a sus integrantes que no quieran formar parte de la GN les ofrecieron ir al Instituto Nacional de Migración, Aduanas, Comar, Comisión Nacional de Búsqueda, Sistema Penitenciario o las Unidades de Medidas Cautelares, lo que la mayoría rechazó.

El Mandatario dijo también que se investigará la supuesta corrupción en esta corporación en la compra de equipo. Sobre la GN, aseguró que avanza sin contratiempos y ya opera en 132 de las 150 regiones creadas de manera inicial. Avanza en su ingreso a Baja California y norte del país. 

El asunto se politizó, ante la acusación del Gobierno Federal de la intromisión del ex presidente Felipe Calderón Hinojosa, quien de inmediato se deslindó y retó a López Obrador y al titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Alfonso Durazo Montaño, a que presenten pruebas de lo que llamó una “cobarde insinuación”. Los policías inconformes pidieron, entonces, a Calderón que los representara.

Algunas de las demandas de los elementos de la PF no tienen razón de ser, como el que no quieran pernoctar en los cuarteles del Ejército Mexicano en los sitios donde estén, en lugar de hacerlo como hasta hace poco, en hoteles, con el riesgo que eso implica para ellos y otros huéspedes y, además, por las múltiples quejas de hoteleros, porque esas estancias son forzadamente gratuitas y el comportamiento de los policías no siempre es adecuado. Tampoco se justifica que se resistan a una evaluación para que la GN esté integrada por los mejores elementos para combatir a la delincuencia.

La crítica del titular del Ejecutivo federal a la PF ha sido severa e innecesaria, al tratarse de una institución que ha servido por años al país, aunque es cierto que su reputación está cuestionada, pues muchos de sus elementos han sido señalados por corrupción y extorsión en las autopistas del país. Sin embargo, la PF también ha dado duros golpes a la delincuencia. Recuérdese, por ejemplo, la captura del Chapo Guzmán se hizo en un operativo conjunto con diversos cuerpos de seguridad, la Marina entre ellos, y quienes le echaron mano fueron agentes federales que se negaron a aceptar un soborno de varios millones de dólares por dejarlo ir.

Se necesita mejorar el trabajo de conciliación y negociación con los policías inconformes, algo que se debió hacer para evitar que estallara la crisis, pues a varios días del conflicto hay posiciones encontradas y eso está afectando al país.

Por lo pronto, el miércoles, jueves y viernes pasado, elementos de la PF protestaron, a través de bloqueos carreteros y paros laborales en diferentes puntos del país, para exigir respeto a sus derechos laborales y seguridad social durante su traspaso a la GN. Lo hicieron en las autopistas México-Querétaro, México-Cuernavaca; México-Pachuca y en el periférico oriente de la capital del país, generando pérdidas económicas millonarias y alimentando un clima de intranquilidad que a nadie conviene.

Por eso las fracciones parlamentarias del PAN, PRD y PVEM exigieron al Gobierno Federal que resuelva el conflicto y las peticiones hechas por elementos de la PF que tienen tomado, desde el miércoles pasado, el Centro de Mando de la corporación, al sur de la Ciudad de México.

El presidente del Senado, Martí Batres (Morena), pidió que se respeten los derechos laborales, además de ingresos y prestaciones a elementos de la PF; mientras que el coordinador de los priistas en esa Cámara, Miguel Ángel Osorio Chong, dijo que lo más importante es el prestigio de la institución de seguridad, el cual no debe ponerse en riesgo, por lo que cualquier tipo de señalamientos (como el hecho por López Obrador), no abona a la reconciliación y el entendimiento.

Ayer, Ricardo Mejía Berdeja, subsecretario de Seguridad Pública del Gobierno Federal, dio a conocer que se instalaron módulos de información en todas las entidades para que los integrantes de la Policía Federal conozcan el proceso de transición a la Guardia Nacional. Aunque en el Centro de Mando de la PF también fue instalado un módulo de asesoría para ofrecer vacantes en el Servicio de Protección Federal (SPF), los elementos inconformes las rechazaron y abandonaron las instalaciones, no sin antes exigir una indemnización.

Después de que el jueves anterior los inconformes rompieran con la comisión negociadora, hoy se prevé que se reinstalen las mesas de negociación entre autoridades y los elementos federales, que ya llevan 6 días de protestas, para hallar una solución a las demandas.

Así, en medio de acusaciones, polémica y protestas, va surgiendo la GN que debe ser un cuerpo integrado por los mejores elementos del país, que no se tenga sospecha de corrupción y se ponga al servicio de la seguridad de los mexicanos.

La PF cumplió su cometido, hoy es tiempo de buscar otros formas que permitan hacer frente al crimen organizado que tiene sometido al país desde hace varios lustros.

Sean bienvenidos los buenos elementos de la Policía Federal a la Guardia Nacional. A quienes no quieran el cambio, que se les liquide conforma a la ley y si el Presidente tiene pruebas de que hay corrupción en esa corporación que está por desaparecer, que se investigue, se pruebe y se sancione a los responsables.

Partidos intrascendentes


DOS de los principales partidos políticos, PRI y PAN, están inmersos en procesos de renovación de sus estructuras. El tricolor en el ámbito nacional, para elegir a su nueva dirigencia, mientras el blanquiazul, en el contexto local, reestructurará su Consejo Estatal y líderes municipales.

Resulta saludable que esos institutos políticos comiencen a mostrar señales de vida, toda vez que luego de los paupérrimos resultados que obtuvieron en la elección del 1 de julio de 2018, prácticamente desaparecieron de la escena pública.

El PRI realizará su elección interna el 11 de agosto para elegir al titular del Comité Ejecutivo Nacional (CEN). Compiten por ese cargo, el mandatario de Campeche con licencia, Alejandro Moreno Cárdenas, así como la ex gobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega Pacheco.

De lo que haga la nueva dirigencia, seguramente encabezada por Alito Moreno, dependerá el resurgimiento o la desaparición del partido tricolor.

El PAN tendrá asambleas el 4 y 18 de agosto, con el objetivo de elegir a los nuevos integrantes del Consejo Estatal, el órgano de dirección blanquiazul que entre otras cosas, tiene la atribución de aprobar candidaturas y alianzas electorales.

En ese último caso será fundamental la forma en que la militancia panista procesa la reestructuración, siempre con el riesgo de manipulación del actual diputado federal Jorge Luis Preciado, quien se asume dueño y factótum de ese partido.

Si el doble ex candidato perdedor a la gubernatura se queda con el control del Consejo Estatal, el PAN tendrá bajas expectativas de figurar en las elecciones de 2021, cuando seguramente y por su desgaste, será desplazado a un papel testimonial por las fuerzas políticas emergentes.

Otro escenario sería si Pedro Peralta Rivas y otros líderes colocan a sus cercanos en el órgano de gobierno panista, ya que entonces habría rotación de cuadros y la posibilidad de una reoxigenación del contaminado ambiente albiazul. Será importante que no sólo Peralta y Preciado controlen el partido, sino otros grupos también, de modo que se distribuya democráticamente el mando partidista.

A partir de este proceso interno de reorganización, el PAN tendrá que asumir un rol de mayor participación en la vida pública colimense, ya que está desaparecido y sus posicionamientos son esporádicos, a destiempo y generalmente sobre asuntos nacionales.

En el debate local, las voces panistas no existen o son intrascendentes; parece que siguen pasmados por los resultados de las pasadas elecciones, cuando apenas rescataron dos Ayuntamientos pequeños y una diputación de mayoría.

Como el PAN, está la mayoría de los partidos políticos, incluso Morena, el principal triunfador en el proceso electoral de 2018. Sus líderes y principales cuadros se dejan llevar por la inercia y no realizan trabajo en la sociedad, asumen que la fortaleza de Andrés Manuel López Obrador les ayudará en 2021, lo cual está por verse. Además, continúan confrontados los grupos internos.

Los morenistas, como partido mayoritario en el país y en Colima, han desdeñado el contacto con la población, únicamente son caja de resonancia del Gobierno Federal, pero no se enfocan en aportar soluciones a la problemática que enfrentan los colimenses.

Y el PRI, al margen de su proceso nacional, replica la modorra de sus competidores. No aporta gran cosa a la agenda pública colimense, aun cuando es el partido gobernante y por esa condición, tendrá que ser uno de los principales competidores en los futuros comicios. La dirigencia tricolor está prácticamente desaparecida y el coordinador de la reducida bancada priista en el Congreso local, Rogelio Rueda Sánchez, comulga más con Morena que con el PRI.

Del resto de los partidos nada hay que hablar. Movimiento Ciudadano, Nueva Alianza, PRD, PT y Partido Verde Ecologista de México son inexistentes, conservan únicamente las siglas y algunos cargos para recibir las prerrogativas que les entregan las instituciones electorales.

La participación de los partidos políticos es importante en la discusión de temas que interesan a la colectividad, pues aportan visiones diferentes y enriquecen las posturas, lo cual puede coadyuvar a encontrar soluciones más eficientes a problemas comunes.

En Colima parece que no han entendido esa función social, por lo contrario, mantienen la idea de que solamente en periodo de elecciones deben acudir al encuentro con la sociedad para buscar votos, una falsa concepción de la política que genera parálisis e improductividad.

Datos fidedignos


LA organización ciudadana México Evalúa, dio a conocer que el Índice de Confiabilidad de la Estadística Criminal (ICEC) determinó que los datos de Colima en materia de incidencia delictiva, específicamente los que se relacionan con homicidios dolosos, son los más confiables y fidedignos de todo el país.

Para medir la confiabilidad de las cifras, México Evalúa contrasta bases informativas de indicadores de diversas fuentes, de cuya combinación resultó una calificación de 9.57, de un máximo de 10, para el estado de Colima, la más alta de todo el país. 

Vale la pena explicar que el reporte de incidencia delictiva lo realizan las Procuradurías o Fiscalías Generales de cada entidad federativa, ante el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), mismo que a su vez concentra los datos recibidos por las 32 entidades del país, y mes con mes los va dando a conocer de manera pública.

Para ese efecto, el SESNSP calcula la incidencia delictiva con base en tasas de 100 mil habitantes, medición avalada por organismos internacionales, pero que, sin embargo, afecta la imagen de entidades pequeñas, como Colima, que al tener poca población, cualquier hecho violento, como el homicidio doloso, dispara hacia arriba los números de registro y coloca al estado como uno de los más violentos del país. Pero, en números absolutos, Colima siempre aparece por debajo de la media nacional en la cantidad de crímenes que mes con mes se cometen a lo largo y ancho del territorio nacional. 

Hay que agregar que en el registro de reportes de homicidios dolosos, México Evalúa detectó subregistros de Procuradurías o Fiscalías en datos que emiten al SESNSP, situación que ayuda a maquillar números de los más violentos y afecta, por decirlo de alguna manera, a los que, como Colima, sí aportan cantidades fidedignas.

En ese aspecto y tras la comparativa de diferentes reportes sobre la incidencia delictiva, el organismo civil impuso un 10 de calificación a Colima, porque, asegura, “no levanta sospechas de algún tipo de manipulación de datos en homicidios”.

La valoración y calificación de México Evalúa es buena para la Fiscalía General del Estado (FGE) a cargo de Gabriel Verduzco Rodríguez, por ser la instancia que, mes con mes, envía datos ciertos al SNSP, aun cuando, al no falsear datos, Colima siga apareciendo en los primeros lugares de comisión de homicidios dolosos y otros delitos, como el robo, en proporción a su cantidad de habitantes.

La FGE ha estado ofreciendo resultados a la gente de Colima. El pasado 20 de junio, elementos de esa corporación detuvieron y llevaron ante el juez, al presunto responsable del asesinato de Germán Mauricio Ruiz García, el adolescente de 15 años de edad que se desempeñaba como cajero de una tienda Kiosko en Manzanillo y que el 26 de mayo fue privado de la vida en un asalto a mano armada.

Para el 24 de junio, la misma Fiscalía aprehendió al probable asesino de Mitchell Ventura Pishgord, de origen británico, con nacionalidad mexicana y avecindado en Colima, quien, entre otras cosas, se desempeñaba como bombero. Ventura recibió un disparo con arma de fuego cuando, el 7 de enero de 2012, interfirió para evitar que a una familia le robaran una camioneta del estacionamiento de un centro comercial, al norte de esta capital.

Otras detenciones de sospechosos de cometer diferentes tipos de delitos ha realizado la Fiscalía General del Estado, que, sin embargo, tiene que apretar el paso en lo que concierne a la aprehensión de delincuentes que están cometiendo robos y asaltos sin control.

El presidente de la Canaco Colima, Javier Siordia Alcaraz, demandó –la semana pasada– de las autoridades de seguridad pública que modifiquen lo pertinente a efecto de que la reacción de la policía no demore más de 7 minutos a partir de que en el 911 reciba el reporte de un hecho delictivo. Eso sería lo ideal, incluso menos tiempo de ser posible.

Para avanzar en la misión, que no es imposible, es necesario que reaccione el secretario de Seguridad Pública, Enrique Alberto Sanmiguel Sánchez, a la par que los titulares de las Direcciones Municipales del área, quienes mucho tienen que hacer en materia de prevención y vigilancia para empezar a bajar los índices delictivos, sobre todo los asaltos a cuentahabientes de bancos y el robo en viviendas, que se han disparado de manera destacada y mucho afectan a la población.

Mientras tanto, el viernes pasado, el gobernador José Ignacio Peralta Sánchez dio la bienvenida al comisario Eustorgio Villalba Cortez, comandante de la 5ª Región Territorial de la Guardia Nacional, a quien ofreció trabajar en equipo para el fortalecimiento de la seguridad.

Agua y granizo


EL temporal de lluvias comienza a establecerse. Ya son varias las tormentas registradas en el estado, la más copiosa de las cuales ocurrió la madrugada del viernes 5, que provocó algunos percances menores, sobre todo el varamiento de automóviles e indicios de inundaciones.

Aunque según los pronósticos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), julio y agosto serán meses de precipitaciones pluviales más bien escasas, hasta ahora el paso de depresiones y tormentas tropicales ha traído agua al estado. 

Los pronósticos meteorológicos oficiales son generales y refieren grandes zonas nacionales, como en el Occidente, que abarca varios estados. Han previsto, la semana pasada, caída de granizo, sin precisar al menos las regiones del estado en que eso podría ocurrir.

Al respecto, debe insistirse que las granizadas son fenómenos naturales propios del temporal de lluvias y que los cañones granífugos tienen, en caso de usarse, alcances bien limitados que no provocan la ausencia de precipitaciones pluviales, sino la conversión del granizo en agua; que ésta caiga o no al suelo depende de otros factores meteorológicos. En todo caso, no está probado científicamente que los cañones aporten beneficios al cuidado de ciertos cultivos agrícolas –en el caso de Colima, los de arándano, zarzamora y aguacate–. La semana pasada invitamos a quienes sostienen que sí se usan los cañones antigranizo en Colima a enviar fotos probatorias para publicarlas. Nadie aportó ni siquiera una.

Gigantesca, la granizada que cubrió de hielo una amplia zona de Guadalajara y municipios conurbados, fue un fenómeno natural debido a la combinación de aire frío y caliente en nubes de convección que formaron un túnel que aisló el agua que después se congeló y luego se precipitó. No se debe al cambio climático. Esos fenómenos han ocurrido regularmente en todo el mundo.

En Colima, debiéramos ocuparnos más bien de otros asuntos relacionados con el agua de que disponemos y que pudiera acercarse a los límites de abasto, tanto para la superficie agrícola como el consumo humano. Y mucho más apremiante, la calidad del líquido.

Un análisis de la Conagua elaborado en 5 mil 28 sitios del país, incluyendo varios de Colima, en 2017, arrojó información de la presencia de contaminantes y signos de alarma en dos de ellos.

“El análisis de la calidad del agua superficial (de) 2017 consideró ocho indicadores: Demanda Bioquímica de Oxígeno a 5 días (DBO5), Demanda Química de Oxígeno (DQO), Sólidos Suspendidos Totales (SST), coliformes fecales (CF), Escherichia coli, (E_coli), enterococos (Enteroc), Porcentaje de Saturación de Oxigeno (OD%) y Toxicidad (TOX)”, explica la Conagua.

Los calificó por colores de semáforo. Los verdes se encuentran en el límite de aceptable en los ocho parámetros, uno de los cuales se localizó en el sureste del municipio de Tecomán, en la colindancia con Michoacán. Otros dos fueron marcados en amarillo, que significa el incumplimiento de uno o varios de los parámetros de coliformes fecales, Escherichia coli, sólidos suspendidos totales y porcentaje de saturación de oxígeno. Estos se localizaron en el norte de los municipios de Comala y Tecomán. Y en ocre (entre amarillo y rojo), que revela el incumplimiento de uno o más de los parámetros de demanda bioquímica de oxígeno por 5 días, demanda química de oxígeno, toxicidad y enterococos. Este se ubica en Manzanillo, en la costa contigua a la zona urbana.

También se analizaron las aguas subterráneas en 23 pozos profundos y tres manantiales; de estos últimos, sólo el de Agua Caliente resultó salobre (son aguas termales). El pozo del Club Deportivo Tecomense, ligeramente salobre; y el resto agua dulce con mayores o menores grados de salinidad, que van del menor (274 miligramos por litro) al mayor (908 miligramos por litro), el de La Toma. El Agua Caliente tiene más de 3 mil, por su propia naturaleza termal.

Ocuparse de la sanidad del agua potable en Colima es una tarea necesaria, para remediar lo que ya se encuentra mal, prevenir lo que está en vías de deterioro, y conservar lo que está en buenas condiciones. No debe esperarse a que el problema esté encima y sea, ocasionalmente, irremediable. Hay que trabajar en eso, no en elucubraciones sobre el granizo, los cañones antigranizo y otros asuntos de menor relevancia.