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HÉCTOR SÁNCHEZ DE LA MADRID

A favor o en contra


Miércoles 17 de Julio de 2019 7:17 am


14 días de cumplirse 8 meses del mandato presidencial de Andrés Manuel López Obrador, el país ha cambiado para mal en muchas cosas y en otras se encuentra estancado, mientras que en algunas más está a punto de reventar. Por ningún lado se percibe o se vislumbra que nuestra nación vaya por buen camino en la llamada 4ª Transformación.

Son demasiadas las acciones y los programas oficiales que ha cancelado la administración morenista para enumerarlas, pero está claro que la intención que conlleva es desmantelar lo que formaron los gobiernos priistas y panistas, así como el draconiano recorte presupuestal, sin medir las consecuencias negativas para decenas de miles de personas que resultaban beneficiadas.

La retención del gasto público es otra de las medidas de López Obrador que está llevando a México a una recesión económica, calificada así por el prestigiado diario estadounidense The Wall Street Journal, que considera que mientras continúa el crecimiento de la economía de Estados Unidos, nuestro país ha perdido la sincronización que teníamos con nuestros vecinos.

Todo ello, podría conducirnos a una paralización económica en los próximos meses de la que nos costaría tiempo y trabajo para regresar a las condiciones que hace 9 meses gozábamos todavía en el régimen del justamente vilipendiado Enrique Peña Nieto, quien se la pasa viajando por Europa y participando en fiestas fifís acompañado de su joven novia, disfrutando de la impunidad federal.

No hay el menor asomo de que la situación nacional vaya a mejorar a corto plazo si el Presidente de la República no asume su papel de estadista y deje de gobernar con sus ocurrencias al margen de la ley, de la razón y de la realidad. Se ha dicho ya, pero es oportuno volverlo a mencionar, que Andrés Manuel tiene que entender de una vez por todas que ya no es candidato ni está en campaña.

La renuncia del secretario de Hacienda y Crédito Público, Carlos Manuel Urzúa Macías, es grave y delicada por los argumentos que esgrime en su misiva, al hacer una radiografía de lo que él vivió y sufrió en los 8 meses y días que estuvo al frente de esa importante dependencia federal. La respuesta de su ex jefe no estuvo a la altura de la dimisión, pues no contestó las denuncias del ahora ex secretario.

Y así sucede en todos los casos en que el Mandatario difiere con sus colaboradores, al igual que con opositores o simples ciudadanos que piensan distinto y observan una realidad diferente a la que él tiene en su mente. O son conservadores, fifís, neoliberales, o simplemente “tiene otros datos”. No recuerdo si alguna vez el tabasqueño ha aceptado públicamente que está mal y que se equivocó.

Los choques entre el Presidente con varios de sus Secretarios (también un subsecretario) son constantes y revelan la falta de entendimiento entre el jefe y sus colaboradores, pero sobre todo de respeto del primero a los responsables de las tareas en que son expertos y por eso precisamente fueron nombrados para hacerse cargo. Mal hace Andrés Manuel en no confiar en los conocimientos de los especialistas que él mismo escogió.

Siempre he considerado que el buen humor debe prevalecer en cualquier ámbito de la vida, sea pública o privada, sin embargo, me parece que López Obrador abusa del chascarrillo, de la vacilada, en momentos que debe comportarse con seriedad y responder con atingencia, de acuerdo a su investidura y a las situaciones que se le presentan, máxime si se trata de diferencias de criterio en asuntos de interés público.

Continúan vivas las señales del interés de Andrés Manuel por reelegirse en 2024, por más que él niegue que lo hará en la coyuntura conveniente. Una prueba es el escándalo que se está desarrollando en Baja California, donde el Gobernador (electo) de Morena maiceó a los diputados para que reformaran la Constitución local y se amplíe el periodo constitucional de 2 a 5 años, sin que el Mandatario federal y dueño de ese partido detenga la aberración legal y electoral que le abriría las puertas para él hacer lo mismo.

Han transcurrido casi 8 meses de la 4ª Transformación y los resultados son negativos hasta ahora, sin embargo, considero que lo peor está por venir y que apenas se están edificando los cimientos de un México que no es el que soñamos los mexicanos y que tampoco es el que prometió a lo largo de su campaña de 18 años el hoy Presidente de la República. Para conservar lo bueno que tenemos como nación y empujar las mejoras que anhelamos, tenemos que interesarnos por lo que está pasando y expresarnos a favor o en contra de lo que nos parezca bien o mal.