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A propósito...



FERNANDO MORENO PEÑA

El odio mata


Martes 13 de Agosto de 2019 7:14 am


LOS tiroteos del sábado 3 de agosto en El Paso, Texas, y en Dayton, Ohio, son dos hechos que ratifican que los discursos de odio y el exceso de armas de fácil adquisición, son una combinación perfecta para producir matanzas en agravio de grupos raciales repudiados por la derecha más racista y xenofóbica de los Estados Unidos.

Cuando esto sucede, el primer argumento es que hay muchos locos armados, aunque no hay en USA más locos que en otros lugares, pero sí más armas. Estados Unidos tiene 329 millones de habitantes y 393 millones de armas de fuego están registradas legalmente en el país, según la Administración Federal para el Control de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego.

Lo que quiere decir que en EU hay más armas que habitantes y dichas armas están registradas legalmente, pues una enmienda constitucional garantiza el derecho de portarlas.

Pero las armas no se disparan solas y menos cuando hay una intención de disparadores y sobre todo cuando hay blancos específicos a quiénes disparar, así sucedió en El Paso, Texas, donde un fundamentalista blanco, Patrick Crusius, de 21 años de edad, viajó 10 horas de Dallas a El Paso en automóvil para disparar contra personas de origen hispano, asesinando a 22, hiriendo a 24. Ocho de los fallecidos son de origen mexicano.

No es que nos asombre el que mueran ocho mexicanos; en México, a partir del gobierno de la 4T, mueren, en promedio, 100 personas al día, la cifra más alta en la historia.

Lo que hay que destacar en el caso de El Paso, es la intención expresada por el propio asesino: quería matar a mexicanos, y se dirigió a un lugar donde se concentra un gran número de personas de origen mexicano, una acción deliberada, consciente pero inducida por un clima de linchamiento y un discurso de odio, que se ha hecho oficial en voz del presidente Donald Trump, y lo más grave, en un discurso de campaña electoral.

El discurso de odio que le ayudó a Trump a ganar la elección es la base ahora para su reelección y es un elemento persuasivo en busca del poder, es material propagandístico dirigido a un público electoral que defiende la supremacía racial y que se siente amenazado en su sistema de vida y que acepta en mensaje xenófobo como la salvación o permanencia de su nivel de vida.

Esto se agrava cuando el discurso racista y xenófobo es la voz del Presidente norteamericano, denunciada por los grupos progresistas de Estados Unidos que acusan como responsable de este crimen a Donald Trump.

El crimen de Dallas no es producto de un tirador solitario, loco o perturbado mental, como dice el propio Trump, es una acción terrorista, porque se selecciona a las víctimas y genera violencia contra un grupo de personas determinado, en nombre de una causa política, defender a la Nación frente al inmigrante mexicano que vulnera oportunidades de trabajo o el orden establecido.

Estos actos terroristas recientes se alimentan del discurso de odio que Trump ha sembrado contra México y los mexicanos y sin duda alguna esto no se va a detener, porque es la sustancia del discurso electoral por la reelección de Donald Trump. Así, el racismo electoral ha derivado ya en terrorismo y las víctimas empiezan a contar.

Así, estamos ante el primer atentado terrorista contra mexicanos por motivos raciales, de la actitud que el gobierno mexicano asuma dependerá que esto continúe o se exija se frene el discurso de odio, las amenazas, las redadas y la indiscriminada venta de armas; no podemos, como vecinos y como socios comerciales, acostúmbranos a ser víctimas de esa barbarie.

En reiteradas ocasiones, Donald Trump ha pronunciado irresponsables discursos xenofóbicos y ha definido a los migrantes como “invasores”, “violadores” y “criminales”, incitando el odio y la violencia de sus seguidores. Ahora que pretende reelegirse en la Presidencia está cambiando el discurso, al condenar “el odio racista” del atacante de El Paso, Texas, y aseguró que todos los estadounidenses también “deben condenar el racismo y los prejuicios”, prometiendo endurecer la legislación con una ley de control de armas, lo cual es una fachada que le reditúa electoralmente.

El presidente Trump declaró que los tiroteos masivos de Texas y Ohio fueron ataques nefastos y crímenes contra la humanidad proponiendo que se aprueben leyes que permitan revisiones de antecedentes para los usuarios de armas, aunque siempre ha incumplido estas promesas.

Donald Trump se hace el desentendido de que él es parte del problema y atribuye a la violencia a los videojuegos y a las enfermedades mentales estas masacres y cínicamente declara: “Prometemos actuar con urgencia”, agregó en un mensaje televisado desde la Casa Blanca y aseveró que todos los estadunidenses “deben condenar el racismo, los prejuicios y el supremacismo blanco”. 

Y además propondrá leyes con la pena de muerte a quienes cometan crímenes de odio, pues afirma que en Estados Unidos no hay lugar para el odio, atribuyendo los hechos violentos a problemas mentales. Que el presidente Trump revise su estado mental.

El crimen de El Paso fue alertado 19 minutos antes de la primera llamada al 911 a través de un manifiesto antimigrante, publicado en una página ultraderechista de internet, donde el asesino explicaba las razones de los crímenes que iba a cometer, una síntesis del documento es la siguiente: 

“1. El ataque es una respuesta a la invasión hispana de Texas. Ellos son los instigadores, yo no.

“2. Estoy defendiendo mi país del reemplazo étnico y cultural provocado por esta invasión. Los indios nativos no tomaron con seriedad la invasión europea y hoy son la sombra de lo que fueron.

“3. Los Estados Unidos serán pronto el país de un solo partido porque el voto hispano entregará el control a los demócratas. Por eso abren las fronteras, quieren un sistema de salud para las personas ilegales y buscan ciudadanizar a millones de nuevos votantes. El voto hispano hará pronto que Texas se convierta en un estado demócrata y con ello ese partido ganará todas las elecciones presidenciales.

“4. Este ataque es un incentivo para que los migrantes hispanos regresen a sus respectivos países. Un incentivo patriótico.

“5. Si podemos deshacernos de suficientes personas, el estilo de vida americano puede todavía ser sostenible.

“6. La inacción es una elección. No puedo cargar con la vergüenza de la inacción sabiendo que los padres fundadores me dejaron un patrimonio de derechos necesarios para salvar al país de su destrucción. Los europeos no tienen derecho a portar armas, nosotros sí.

“7. Si los Estados Unidos caen será por culpa de los traidores y por ello no siento culpa alguna por mis acciones.

“8. Estoy en contra de la mezcla de razas porque destruye la diversidad genética y crea problemas de identidad.

“9. Lo mejor sería dividir a los Estados Unidos en una confederación donde al menos un territorio sea entregado a cada raza. Esa separación física eliminaría la mezcla racial y mejoraría la unidad y representación de cada grupo.

“10. Mucha gente cree que la pelea a favor de los Estados Unidos está perdida. No pueden estar más equivocados. Esto es sólo el principio de la batalla a favor de mi país y de Europa. Me honra encabezar esta batalla para apartar a los Estados Unidos de la destrucción”.

Está claro el discurso racista y xenófobo políticamente, con un fuerte contenido electoral afín al discurso de odio que distingue a Donald Trump, a quien el gobierno mexicano acompaña en su proyecto antiinmigrante.

La reacción mexicana para el próximo sábado…