Cargando



Aduana, la clave



LUNES POLÍTICO


Lunes 19 de Agosto de 2019 7:13 am


CON un movimiento superior a 3 millones de contenedores al año y carga por 44 millones de toneladas en el mismo lapso, Manzanillo es el cuarto puerto de Latinoamérica en ese ramo. Eso significa, en promedio, 8 mil 200 unidades movilizadas al día.

La carga que se importa se revisa aleatoriamente, de modo que una gran cantidad de contenedores pasa sin inspección suficiente.

En 1 ó 2 años más, el puerto colimense moverá al año 4 millones de contenedores y un volumen de carga por encima de 60 millones de toneladas o más. La revisión de contenedores será cada vez más complicada.

Tal complejidad seguramente fue detectada por cárteles del narcotráfico que vieron la oportunidad de ingresar por Manzanillo droga, precursores químicos para estupefacientes de diseño, armas y dinero en efectivo. Durante décadas, el puerto ha servido al tráfico de mercancías ilegales. Eventualmente, un cargamento es detectado y decomisado, sin que haya muchos responsables procesados penalmente.

Colima resiente esa condición, porque se ha convertido en punto apetecido por los cárteles, que en los enfrentamientos por el control del puerto han bañado de sangre al estado, particularmente a la ciudad de Manzanillo. También han infiltrado a las corporaciones policíacas, sobornado funcionarios portuarios y controlado la Aduana, una de las que más aporta al erario federal por impuestos a exportaciones e importaciones.

El 30 de marzo de este año, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) detectó un contrabando de 12 toneladas de pepino de mar, una especie protegida que en el mercado asiático alcanza un precio de 3 mil dólares el kilogramo. Se transportaba en un contenedor en cajas de cacahuates, bajo las cuales se encontraba el molusco.

A consecuencia de que el SAT se incautó del contrabando, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que las Aduanas del país serían limpiadas para quitar de ellas a funcionarios deshonestos. El miércoles de la semana pasada, el gobernador José Ignacio Peralta Sánchez dijo coincidir con el Gobierno Federal en la necesidad de sanear la acción fiscalizadora, si bien se trata de una función federal.

Por Manzanillo se han contrabandeado drogas, precursores, armas, maderas tropicales preciosas como el granadillo, especie bajo protección cuya tala está prohibida. También se han decomisado miles de toneladas de tierra de mineral ferroso, que podría ser atractivo por su contenido de oro (1 gramo por tonelada hace rentable procesarlo), que se enviaba a China igual que la madera de granadillo.

Para cesar la violencia en Manzanillo y en todo el estado, la Aduana es clave. Se trata, sí, de que haya personal honesto, pero eso no basta. También se requiere que disponga de tecnología para que las revisiones sean exhaustivas y rápidas. Para eso se necesitan arcos de rayos gamma, que permiten ver el interior del contenedor sin abrirlo, una rápida radiografía de la caja metálica. Ya se dispone de tales aparatos, pero en número insuficiente. Se necesitan al menos 10 más de ellos para que a cada uno le corresponda, en promedio, la revisión de 8 mil contenedores. Incluso pueden ser menos, si se toma en cuenta que es más importante inspeccionar los que llegan de importación que los de exportación. Si corresponden 500 a cada uno, en 24 horas, la verificación de cada caja ocuparía 5 minutos.

Hace poco, el año anterior o dos atrás, se colocó en la autopista Colima-Guadalajara, cerca de la caseta fitosanitaria de Alcaraces, un arco de rayos gamma para inspeccionar tráileres, que por cierto también lo hacía al azar. Fue una acción inútil, que además ponía en peligro a los viajeros. Ese aparato debe estar en Manzanillo, revisando los contenedores, antes de que salgan del recinto aduanero.

Obviamente se requiere trabajo de inteligencia, para detectar qué buques podrían transportar mercancías ilícitas y atajarlas en la Aduana marítima.

Sólo mediante el blindaje del puerto, mediante una Aduana honesta, pero equipada, numerosa y eficiente, se desalentaría el tráfico ilegal y bajaría la violencia en Colima. Los cárteles ya no tendrían interés en un puerto que no podrían emplear.


Oportunidades de inversión


EMPRESARIOS de la República Popular China manifestaron interés en realizar inversiones en Colima; incluso ya existen pláticas avanzadas con la Secretaría de Fomento Económico (Sefome), para que miembros de la Iniciativa Privada del país asiático visiten la entidad.

Con esa finalidad, el representante del gobierno de Colima en la Ciudad de México, Roberto González Becerra, sostuvo una reunión con Zou Chuanming, consejero económico comercial, y con Jiachi Jin, presidente de la Cámara de Comercio China.

Dicho encuentro es un primer acercamiento formal entre funcionarios locales y el sector empresarial del gigante asiático, convertido en las últimas décadas en uno de los países con mayor crecimiento económico y potencial de inversión en el mundo.

La posibilidad de que los empresarios chinos miren hacia Colima representa una noticia muy positiva para el estado, pues de pactarse un intercambio comercial, seguramente habrá implicaciones benéficas para diversos sectores de la sociedad colimense.

En días pasados, el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) reportó que durante abril, el estado de Colima tuvo un crecimiento del 20.6 por ciento, el más alto registrado desde 2014 y el mayor de todo el país, justo en un contexto de desaceleración económica.

Además, el informe de Indicadores Regionales de Actividad Económica (IRAE) 2019, emitido la Dirección de Estudios Económicos de Citibanamex, prevé que la economía de Colima podría tener un crecimiento anualizado de 1.2 por ciento, cuando el pronóstico para el país apenas supera el 0.6 por ciento.

Esta favorable dinámica del sector secundario en la entidad, debe ser atribuible al esfuerzo que realizan los empresarios, quienes no obstante la situación adversa que enfrenta la economía nacional, siguen realizando esfuerzos para mantener a flote sus inversiones.

Junto con ellos, el gobierno de José Ignacio Peralta Sánchez ha instrumentado diversas estrategias para abstraerse de la sinergia negativa que presenta el contexto nacional, a partir de las políticas que se implementan desde la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador.

El interés mostrado por los inversionistas chinos es un reflejo de las condiciones existentes en Colima; lo deseable es que los buenos oficios de los funcionarios locales permitan formalizar las negociaciones para que los compromisos actuales se conviertan en hechos, más allá de buenas intenciones.

Nuestro estado cuenta con polos de desarrollo de enorme potencial para los inversionistas, un caso concreto es el puerto de Manzanillo, el más importante del país en el movimiento de mercancías y que todavía no se aprovecha en su totalidad.

Hay entidades con características territoriales similares a las de Colima, como Aguascalientes, que no tienen las ventajas nuestras, que presentan un mayor desarrollo industrial.

Colima tiene una infraestructura idónea para el establecimiento de corredores industriales, pues además del puerto, se cuenta con una regasificadora y un gasoducto hasta la ciudad de Guadalajara, uno de los centros urbanos con mayor crecimiento del país.

Esas obras, construidas hace poco más de una década, se encuentran subutilizadas, su operación no alentó el crecimiento de la industria en Colima, como se anunció y se esperaba, y hasta la fecha, no ha reportado ninguna inversión significativa para los habitantes del estado.

Corresponde al gobernador Ignacio Peralta realizar las gestiones necesarias para atraer las inversiones del sector industrial extranjero y nacional, tiene las relaciones y la capacidad necesaria, pues ya fue secretario de Fomento Económico en la entidad.

Si bien la vocación del estado de Colima se dirige más hacia el turismo, el comercio y los servicios, es momento de que las autoridades implementen una estrategia que detone el crecimiento industrial y dinamice la economía local, en beneficio de amplios sectores de la población colimense, sujetos actualmente a las restricciones de la pequeña industria y el comercio informal.


Nuevo líder del PRI


ALEJANDRO Alito Moreno Cárdenas, que ayer tomó posesión de la dirigencia nacional del Revolucionario Institucional, tiene cualidades para levantar al partido después de la debacle de julio de 2018. Es un hombre joven, inteligente, hiperactivo, buen orador, entusiasta, con hambre de reconstruir al tricolor y regresarlo a la senda de los triunfos electorales. Una tarea sumamente difícil, por cierto.

La candidata perdedora de la elección de presidente nacional del PRI, Ivonne Ortega, renunció el pasado viernes a ese partido, después de haber insistido en que hubo fraude en el proceso interno.

Con el golpeteo, Ortega Pacheco buscaba negociar con el candidato ganador posiciones para ella y su grupo, tal como sucede en todos los partidos y muy particularmente en el PRI, sin embargo, el nuevo líder del tricolor no se dejó chantajear y la dejó en libertad de impugnar o de hacer lo que le viniera en gana.

Tras la elección, Ivonne, ofuscada por la paliza que le propinó Moreno, declaró que hubo fraude, que Alito habría recurrido a una “elección de Estado”.

Actualmente el PRI sólo gobierna 12 estados, en 20 entidades no hay Gobernador priista, por lo que fue muy débil su argumento, más cuando no presentó las miles de pruebas que dijo tener sobre las irregularidades. Ella no ganó ni en la tierra que gobernó, Yucatán.

La también ex diputada local y federal lamentó que “liderazgos políticos se prestaron a esta nueva estafa” e insistió en que el proceso interno estuvo plagado de irregularidades, “que no han sido abandonadas, mismas que podrían provocar que el partido desaparezca”.

Minutos después de conocer la renuncia, Alejandro Moreno le dio una contundente respuesta: “De mi parte siempre recibió respeto y la mano extendida. Es respetable su decisión si considera que el partido que le ofreció una larga carrera política ya no satisface sus intereses y ambiciones personales”.

El miércoles pasado, la Comisión Nacional de Procesos Internos del PRI anunció los resultados oficiales, en la que la fórmula integrada por Alejandro Moreno y Carolina Viggiano resultó vencedora. Ellos obtuvieron un millón 603 mil 725 votos, en segundo lugar Ivonne Ortega, con 177 mil 298 votos, y en la tercera posición Lorena Piñón, con 49 mil 251 sufragios.

Entre los miles de priistas que acudieron a respaldar a Alito, se encuentran muchos que en la elección de julio pasado le dieron la espalda al PRI y apoyaron a López Obrador. Hoy, decepcionados por los pírricos resultados han retornado al tricolor que le ha puesto la vara alta a los otros partidos con más de 1.6 millones de votos en el proceso interno.

Con la elección de la dirigencia nacional, se comprobó que el PRI en Colima no está organizado ni funcionando, tarea que les corresponde al presidente estatal, Enrique Rojas Orozco, y a la secretaria Esperanza Hernández Briceño, así como al representante de Moreno Cárdenas, Santiago Chávez Chávez, quien tuvo un pobre desempeño, pues la entidad se colocó entre los cinco estados con menor votación a favor del campechano (12 mil 81 votos). A Ivonne le fue peor (661).

La escasa votación del priismo en Colima que rondó los 13 mil votos, es un foco rojo. Si no se activa ese partido, en 2021 hará un papel lastimoso, pues además de que puede perder la gubernatura, no podrá aumentar la escasa representación en el Congreso con tres diputados y las dos Alcaldías que tienen actualmente.

Como lo señaló Diario de Colima en estas mismas páginas tiempo atrás, Enrique Rojas carece de liderazgo y lleva al PRI sin rumbo, por pura inercia y hacia el despeñadero.

En la última elección en que participó para buscar la diputación federal por el primer distrito, en 2015, perdió la votación en Villa de Álvarez, donde gobernó como Alcalde y los ciudadanos ya lo conocían. Lo que lo salvó para ganar por una escasa diferencia a Indira Vizcaíno (Morena-PT-PES), fueron los sufragios obtenidos en el resto de los municipios del distrito, donde lo conocían poco.

En la elección interna de la dirigencia nacional, podían votar más de 100 mil priistas y solamente acudieron 13 mil. No obstante esos raquíticos sufragios, Enrique Rojas sin ruborizarse dijo que ve un “balance positivo”. Haciendo cuentas alegres no llegará a ningún lugar y menos pondrá al PRI a la altura de la competencia electoral que demandan las circunstancias.

El priismo colimense, encabezado por el gobernador José Ignacio Peralta Sánchez, debe dar un golpe de timón, está a tiempo de enderezar el rumbo y evitar la extinción del PRI en Colima en los comicios concurrentes de 2021, en los que se renovará la gubernatura, el Congreso, las 10 Alcaldías, además de las dos diputaciones federales.


Transporte deficiente


Apartir del miércoles de la semana pasada la empresa internacional Uber, que ofrece servicio de taxi privado, mediante una aplicación en los teléfonos celulares, inició operaciones en Colima, Villa de Álvarez y Manzanillo, una vez que cumplió los requisitos de la Ley de Movilidad.

Como ha ocurrido en muchas ciudades del mundo, la entrada de Uber generó malestar entre los taxistas tradicionales, que en el caso de nuestro estado, primero vieron la llegada de una compañía local que ofrece el mismo servicio, y ahora tendrán que enfrentar esa nueva competencia de una empresa exitosa a nivel internacional.

Para los usuarios, bienvenida la competencia, porque es un hecho que desde hace años los taxis amarillos dejan mucho que desear.

Es común padecer a choferes con vicios arraigados, como recoger doble pasaje sin consultar con el cliente, darse el lujo de preguntar a dónde va el usuario y si quieren lo llevan o no, preguntar también ¿cuánto le cobran normalmente? y, algo que afecta a miles de colimenses, no estar disponibles a la hora pico de la salida del trabajo, porque es cuando hacen su cambio de turno.

Aunado a eso, la mayoría de los taxis amarillos son vehículos de modelos poco seguros. También hay choferes amables, educados y justos, que han renovado sus autos, pero son los menos.

Ahora, el cliente que decida pagar un poco más (tampoco es demasiado) tiene la opción de elegir un Uber u otra empresa, con la seguridad de que el servicio será exclusivo y en un vehículo seguro, de modelo reciente.

Pero ese tipo de transporte es sólo una de las modalidades que se ofrecen, sigue pendiente la puesta en operación del descuento universal de 50 por ciento para todos los estudiantes, asunto que no se ha concretado, a pesar de que miles de jóvenes universitarios ya regresaron a clases y otros miles más de educación básica lo harán el próximo 26 de agosto.

El 20 de junio se informó de la publicación del decreto 79 en el Periódico Oficial El Estado de Colima, relativo a la reforma a la Ley de Movilidad que contempla el descuento universal de 50 por ciento en el transporte público con cualquier credencial de estudiante, a partir de septiembre de 2019, pero a menos de 15 días, no se ha concretado nada ni se ha dicho de dónde saldrá el dinero para subsidiarlo.

El 8 de agosto, diputados locales se reunieron con el titular de la Secretaría de Movilidad, Rafael Martínez Brun, y acordaron garantizar el descuento universal para el inicio del próximo ciclo escolar y el no aumento a la tarifa del transporte urbano colectivo (rutas), mientras no se cumplan los acuerdos que se tienen por parte de los concesionarios, en el sentido de mejorar las unidades y el servicio.

El tiempo corre y es un hecho que los concesionarios no podrán de aquí al 1 de septiembre mejorar muchos camiones, así es que habrá que ver qué sucede con ese descuento.

La iniciativa de la fracción parlamentaria de Morena, es buena, pues se busca apoyar la economía de las familias de los estudiantes, pero le hizo falta un análisis profundo de la situación financiera de los concesionarios y del propio Gobierno del Estado, que ha aclarado que no tiene dinero para subsidiar la mitad del transporte de todos los estudiantes de la entidad.

Tampoco debe cargarse esa responsabilidad a los usuarios del servicio, autorizando un incremento que les pegaría a decenas de miles de usuarios.

Es ahí donde el asunto está entrampado. Una alternativa podría ser un esquema de prepago, que capitalizara a los concesionarios para poder mejorar las unidades.

Tampoco se ha dicho cómo quedará la FEC, que seguramente buscará un acuerdo con los dueños de los camiones, para seguir ofreciendo beneficios a sus agremiados.

El problema es amplio y debe encontrarse la solución; es permanente la queja de los concesionarios de que el dinero no les alcanza para mejorar sus unidades.

Son los clientes los que sufren cada día por un servicio de mala calidad, tanto en el diseño de las rutas, como en la frecuencia del paso de los camiones.

Tampoco se cuenta con paradores adecuados, donde los usuarios esperen la ruta y es común ver esas estructuras destruidas y sin techo, por lo que la gente debe resguardarse bajo un árbol cuando lo hay, buscar una sombra, o en el peor de los casos (como pasa mucho) esperar el camión bajo los rayos del sol o soportando la lluvia.