Cargando



Contextos



RAÚL JUÁREZ ALBARRÁN

Empleo, crecimiento, pobreza


Sábado 07 de Septiembre de 2019 9:14 am


EN una entrega anterior me quedé en una cuestión que interesa no solamente a economistas, dadas las circunstancias tiene que ver con lo que actualmente se discute en torno al modelo económico, su funcionamiento y a las políticas públicas que el nuevo gobierno asume para abatir la desigualdad económica y la pobreza.

Le pedí a un compañero de generación, a Raúl Pérez González, me ayudara en la numeraria, particularmente en la relación que existe entre el PIB y el empleo. El tocayo no se midió y como buen doctor en economía que es me presenta un análisis de diez páginas al respecto. Trataré de resumirlo en los puntos que anteriormente no quedaron esclarecidos. Una disculpa a los colegas.

Empiezo con  los datos que sobre crecimiento de Producto Interno Bruto (PIB) nos presenta el Inegi de los dos primeros trimestres de este año. En términos relativos de economía no ha crecido, ha sido de cero, o sea, a punto de recesión aunque otros tengan otros datos. Ahora veamos por qué los generadores de empleos, los inversionistas, están en parálisis paradigmática, dado que no hay reglas claras con respecto a la 4T. Las pérdidas millonarias por caprichos, como el caso de la cancelación del NAIM, no han hecho más que exacerbar las posiciones de unos y de otros  agentes responsables del crecimiento de la demanda agregada.

La población en México se estima en 125.5 millones, de ese total 94.3 constituyen la fuerza de trabajo potencial, el 75 por ciento del total. La tasa de participación, es decir, la relación entre la población activa y los que tiene capacidad para entrar a laborar es del 60  por ciento. Una relación baja frente a países como China, 70 por ciento, o Estados Unidos de 64 por ciento. La población no activa en México es del orden de 38.2 millones de personas.

La demanda de puestos de trabajo en nuestro país es de 54.2 millones de personas en el primer trimestre de 2019 y se incrementa 1.4 millones anualmente. Por otra parte, la oferta de trabajo total es de 36.9 millones considerando trabajadores subordinados y asalariados, incluso, los que no reciben salario alguno (5.4 por ciento). Como pueden ver la diferencia entre demanda y oferta laboral es de 17 millones de personas que al no encontrar trabajo con salario se subemplean, se van a la informalidad y en el mejor de los casos laboran por su cuenta (ítems).

En las tres últimas décadas (gobiernos panistas y priistas) la tasa de crecimiento anual del PIB en promedio ha sido del 2 por ciento, lo que generó un crecimiento de personal ocupado (PO) de 0.93 por ciento. Es decir, que por cada punto porcentual de crecimiento del PIB, el PO crece en 0.48 por ciento. Si el PO asciende a 54.1 millones de personas un crecimiento del PIB del 2 por ciento se traduce en 503 mil puestos de trabajo.

Como hemos visto –datos de Inegi– la economía no ha crecido nada en este año, obviamente se ha generado mayor informalidad, subocupación y una mayor necesidad de trabajar en algo por cuenta propia en la misma proporción que se ha dejado de crecer. Hay un círculo vicioso entre economía informal y estancamiento económico. Los ítems mencionados tienen un factor en común: no contribuyen con impuestos al gasto de inversión pública. Hay, por lo tanto, estancamiento económico y debilidad fiscal que se traduce en una capacidad limitada para incentivar a dos de los motores más importantes de la economía como son la inversión y el gasto público.

López Obrador fijó en sus medidas de política económica un crecimiento del PIB de 4 por ciento. El Banco de México y otras calificadoras lo han disminuido a menos de uno por ciento. El problema es asegurar empleo a los que por primera vez buscan trabajo, o sea, a 1.4 millones de mexicanos, lo que implicaría crecimientos del PIB del orden de 5.6 por ciento. Anoto que el déficit acumulado es ya de 27 millones de personas desocupadas más los 5.5 millones que están en edad pero que no tienen posibilidad de encontrarlo. Esos son los datos duros que no quiere ver AMLO.

Si la economía mexicana creciera al 6 por ciento anual estaríamos en condiciones de abatir todos los ítems señalados. Con crecimiento del PIB al 6 por ciento tendríamos que considerar el incremento de la tasa de participación al nivel de los chinos persistentemente en el largo plazo (30 años). Misión imposible con políticas subsidiaristas. De esa magnitud es el rezago en materia de crecimiento y de oportunidades de trabajo para la población mexicana, causa fundamental de la persistencia de pobreza  en todos sus términos.