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Letras y números



JOSÉ ÁNGEL BRAMBILA LEAL

Josefa y Antonia


Lunes 16 de Septiembre de 2019 7:07 am


PÁSENLE paisanos. Bienvenidos al jardín donde reposan los héroes que nos dieron patria y libertad. Aquí están todos esos personajes que la historia ha ido rescatando del anonimato, hasta encumbrarlos a los más elevados altares de esta bendita tierra azteca donde hoy ya no tendrían cabida sus caballos ni sus carretas y donde, por sus rudimentarias vestimentas y sus olores revolucionarios, a muchos de ellos se les negaría la entrada a lugares públicos, sólo destinados a gente fina, con ropa elegante y que huela a perfumes caros, importados de Francia, Italia o España.

Todos estos personajes fueron hechos con una pasta distinta a la que utilizó el Supremo Hacedor para crear a la raza que poblaría este hermoso territorio de nopales, águilas y serpientes; pero déjeme que le presente a aquel revolucionario cura, que en 1810, en el pequeño poblado de Dolores, hizo que el campanero José Galván tañera la campana de la iglesia, convocando a todos los pueblos vecinos para declarar que a partir de ese momento iniciaba la lucha para independizarse de la Corona Española, conquista que se concretaría 11 años después. ¡Este es Miguel Hidalgo y Costilla!

Aquel que está sentado junto al general Ignacio Allende es el capitán Juan Aldama González. Hombres valientes que acompañaron al cura Hidalgo a Dolores para emprender la histórica lucha y dispuestos a entregar sus vidas por sus ideales. Nueve meses después, el 26 de junio de 1811, habrían de morir fusilados en el estado de Chihuahua, misma suerte que correría el cura insurgente un mes después que ellos.

Ven aquel hombre que despide fulgores, como de un santo. Es el cura José María Morelos y Pavón. Su nombre está inscrito con letras de oro en la Cámara de Diputados y bien merecido que lo tiene. Al incorporarse a la lucha con Hidalgo, dejó los hábitos del sacerdocio y fue nombrado jefe de los insurgentes del sur, conquistando Oaxaca y la mayor parte del territorio que le habían encomendado. Morelos fue un adelantado a los tiempos, pues en 1813 organizó el primer cuerpo legislativo de la historia, en lo que se llamó el Congreso de Anáhuac, en Chilpancingo (actual estado de Guerrero), presentando además su visionario discurso conocido como Los Sentimientos de la Nación, donde establecía la supresión de la esclavitud y la igualdad de todos los mexicanos. Cuentan que 3 años antes de la muerte de Morelos, el emperador Napoleón Bonaparte exclamó durante la campaña de 1812: “Con cinco generales como Morelos conquistaría el mundo”.

Pero, dejen y los paso al jardín de las heroínas, porque, si no, no nos alcanza el tiempo. Ustedes ya conocen a doña Josefa Ortiz de Domínguez, aquella que está rodeada de muchas otras mujeres y todos sabemos que sin su participación la historia sería diferente. Conocen también a Leona Vicario, Benemérita y Dulcísima Madre de la Patria, quien convenció a los armeros del virreinato de fabricar cañones y fusiles para los insurgentes. Sin embargo, hoy les voy a presentar a Antonia Nava de Catalán, La Generala, una mujer como pocas ha parido nuestra patria.

Siempre peleó al lado de su esposo, el general Nicolás Catalán, quien luchó junto a Morelos, Nicolás Bravo y Vicente Guerrero, por lo que la tropa la conocía como La Generala. El día que murió en combate uno de sus hijos, su cadáver fue llevado ante Morelos. Este mandó llamar a La Generala, y cuando intentó consolarla, doña Antonia dirigió a Morelos estas sencillas pero elocuentes palabras: “No vengo a llorar, no vengo a lamentar la muerte de este hombre; sé que cumplió con su deber; vengo a traer a mis otros cuatro hijos: tres pueden servir como soldados y el otro, que está chico, será tambor y reemplazará al muerto”.

Esos son algunos de los héroes a quienes hoy festejamos. ¿Qué harían estos paladines si hoy viesen cómo se humilla, se degrada y se deshonra a los valientes y leales soldados mexicanos?

PD. ¿Gusta opinar? Lo espero en Las Mentadas.


jbrambilaleal@yahoo.com.mx