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Despacho Político



ARMANDO MARTÍNEZ DE LA ROSA

Futpolítica


Miércoles 18 de Septiembre de 2019 7:05 am


CUANDO Javier el Chicharito Hernández parecía extraviado en el negocio del futbol casi tanto como parece hoy desorientado en el área grande de la cancha, inesperadamente le brotó un contrato con el Real Madrid. Por supuesto, lo tomó. No cualquiera encuentra una oportunidad de esas dimensiones, y menos un mexicano después de la leyenda madridista que fue Hugo Sánchez.

Antes que Sánchez y Hernández, sólo dos mexicanos formaron en las filas del Madrid: José Ramón Sauto, 11 temporadas, y José Luis Borbolla, un año. Es poco más que difícil alinear en un club donde han jugado Di Stéfano, Figo, Gento, Hierro, Laudrup, Regueiro, Morientes, Míchel, Raúl, Bernabéu, Puskas, Pirri, Cristiano Ronaldo, Íker Casillas, Chendo, Roberto Carlos, Ronaldo, Butragueño, Santillana, los dos Sanchís, Valdano, Seedorf, Xabi Alonso, Zamora, Raymond Kopa, Zárraga, Zidane, Stielike y Amancio, entre muchas leyendas más.

El Chicharito llegó al Bernabéu por el petróleo mexicano. El presidente del Madrid, Florentino Pérez, había entrado a los negocios energéticos en México. Sin un Hugo Sánchez a la mano, Pérez necesitaba ganar simpatías en nuestro país y el único instrumento disponible era el excentro delantero de Chivas y del Manchester United. El paso fugaz y más bien discreto del tapatío por el club albo resultó insuficiente para dar lustres a las empresas del español. El balompié convertido en instrumento de política y negocios.

Empresario protofascista, el exprimer ministro italiano Silvio Berlusconi reunió en su persona –y sus negocios– el poder político, el poder de la televisión y la presidencia del Milán, uno de los clubes legendarios del calcio peninsular.

El Milán le sirvió, como su cadena de televisión, de instrumento propagandístico en el camino al primer ministerio de su país, de donde lo bajaron los escándalos. Hace poco ha vuelto al balompié mediante un equipo intrascendente de la serie C italiana.

Entre los muchos escándalos de Berlusconi, destaca el juicio que por incitación a la prostitución de menores de edad se le instauró en 2010, luego de un año previo de investigaciones al primer ministro. 

Con el pretexto de buscar candidatas bellas a las elecciones, Berlusconi montaba fiestas en su casa de Cerdeña a donde acudían, pagadas o atraídas por el señuelo de convertirse en estrellas de televisión, jovencitas y menores de edad. El primer ministro se defendió –si a eso se le puede llamar defensa– argumentando que estaba ante un complot de la prensa, que llenaba “de vergüenza y fango” a Italia. En realidad, fango y desvergüenza era su conducta.

“No es por presumir”, pero la corrupción mexicana es juego de niños ante la de Italia, con su larga historia secular desde la decadencia del imperio romano a los días presentes.

“Por fin, el mundo puede ver la verdadera imagen de la Argentina”, dijo el brasileño Joao Havelange, presidente de la FIFA, cuando aconteció el Campeonato Mundial de futbol de 1978, bajo la atroz dictadura de Jorge Rafael Videla. La Junta Militar cubría sus crímenes con el manto protector de un Havelange, de quien años después se conocería su longa cauda de corrupción.

A Videla le sirvió ese Mundial para mostrar un rostro benigno y feliz ante el desprestigio de una dictadura que torturaba, asesinaba y desaparecía a decenas de miles de opositores. Maldito favor le hacía el futbol a la política. Argentina ganó ese campeonato venciendo en la final 3-1 a Holanda. El régimen de terror de Estado permitió, ese día, que en las prisiones hasta los presos políticos viesen el partido por televisión.

En México, los escándalos recientes del futbol profesional van desde los vínculos del club Querétaro con el caso de corrupción y lavado de dinero de Oceanografía hasta las denuncias por abuso sexual de un promotor del club Veracruz –ya de por sí enlodado con el affaire del exdiputado federal priista Fidel Kuri– que a la fecha siguen impunes. El promotor exigía favores sexuales a futbolistas novatos, con la promesa de abrirles camino a jugar en el primer equipo.

Recientemente, Pumas de la UNAM fue acusado de recibir subsidios de la casa de estudios. No prosperó el asunto, que se dio en el contexto de la próxima sucesión en la Rectoría. El futbol usado, también desde la izquierda, para el interés político.

Equipos como Chivas de Guadalajara fueron presididos por prominentes políticos del régimen priista, tanto por afición como por imagen política, hasta que el empresario Jorge Vergara lo compró y lo volvió típica empresa privada, si bien con escándalos familiares y pleitos de propiedad con su exesposa, Angélica Fuentes, aunque ajenos a la política. 

Los escándalos del futbol mexicano son de menor dimensión, si se comparan con los de grandes clubes y selecciones nacionales de otros países. Sin embargo, la autocracia que impera en él –desde la impune multipropiedad hasta las batallas por el negocio de la Selección Nacional– lo ha vuelto objeto de deseo por el dinero a demérito de la calidad deportiva. 


MAR DE FONDO


** Pura filosofía deportiva: “Siempre, cuando hay cambios, todo es diferente”. (Juan Guillermo Cuadrado, futbolista colombiano de la Juventus).