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Sin tapujos



NICOLÁS CONTRERAS

Unidos por la paz


Lunes 21 de Octubre de 2019 7:07 am


“NO hay nada que sea más fuerte que un pueblo. Lo único que se necesita es decidirlo a ser justo, libre y soberano”, Eva Perón. La polémica que ha causado lo acontecido en Culiacán, Sinaloa, sin duda alguna estremece a la sociedad mexicana. Cientos de voces de periodistas, analistas políticos, funcionarios, actores políticos, y miembros de la sociedad civil, por sólo mencionar algunos, han fijado sus posicionamientos sobre dicho tema.

Algunos refieren lo lamentable de la postura del Gobierno de la República al ceder ante las presiones del crimen organizado, llegando incluso a señalar a México como un Estado fallido, pues para dichas personas este actuar es una muestra de debilidad del gobierno que si bien soluciona (aparentemente) la crisis, trasmite un fuerte mensaje a la delincuencia organizada sobre cómo debe actuar en ocasiones futuras.

Sin embargo, otro importante sector defiende y concuerda con la postura sostenida por el Presidente de la República, pues señalan que éste actuó de manera sabia ponderando que la detención de un presunto miembro del crimen organizado de ninguna manera justifica poner en riesgo las vidas de cientos de civiles.

También hay quienes acusan no al Presidente de la República, sino a la gente que le rodea, de no haber realizado un buen trabajo, pues consideran que la ponderación sobre la detención de un presunto delincuente y la vida de muchos civiles de ninguna manera hubiera ocurrido si los encargados de la planeación y ejecución de dicho operativo lo hubieran realizado de forma adecuada.

Algunos refieren que el actuar del crimen organizado viene a consecuencia del debilitamiento de la imagen de nuestro Ejército, remontándose a los hechos acontecidos en la Huacana, Michoacán, donde pobladores de dicha localidad sometieron al Ejército, obligándolos a entregar sus armas sin que el Estado interviniera para impedirlo.

Sin embargo, con independencia de todas estas opiniones, se pone de manifiesto una situación que sin lugar a dudas estremeció a todo nuestro país, tanto al interior como en el exterior: la violencia que impera en nuestro país.

He sostenido en diversas ocasiones que no se trata de culpar al gobernante en turno, sino de sumarse desde el ámbito que nos corresponde para mejorar las condiciones de nuestro entorno. Culpar al Presidente de la República de la violencia en nuestro país, es igual de inútil que imputarle la violencia en Colima a nuestro Gobernador.

La violencia es un fenómeno criminal complejo y multifactorial, y para reducirla hace falta más que un hombre en el gobierno; para combatir de forma efectiva este malestar hace falta la unidad de todos los ámbitos gubernamentales, quienes también deberán trabajar en conjunto con los ciudadanos (empresas y sociedad civil).

Para lo anterior es necesario que dejemos atrás el orgullo y la soberbia que lleva a algunos a hacer banderas políticas de la violencia y la inseguridad, es necesario tender puentes y coadyuvar a facilitar la implementación de estrategias serias y efectivas tendientes a disminuir la violencia, atacando no sólo los efectos que se miran, sino las causas que las generan y que en ocasiones son de difícil tratamiento.

Conservadores, fifís, chairos, porros, etcétera, son adjetivos creados para dividir al pueblo, para acentuar diferencias, no para unirnos en pos de objetivos comunes. No existe mejor ideología política que buscar el bien de nuestro país, por ello, es tiempo de hacer a un lado cualquier diferencia política, de dejar de realizar acusaciones para denostarnos unos a otros, de aprender a decir las cosas de forma propositiva y escuchar libres de prejuicios las ideas y opiniones de los demás, de aprender a corregir los errores sin temor a señalamientos y una vez corregidos esperar un comportamiento maduro de nuestros semejantes.

México nos necesita, Colima nos necesita, nuestras familias nos necesitan. Sólo a través de la unidad lograremos cambios trascendentales.


*Ex diputado local independiente