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Sin tapujos



NICOLÁS CONTRERAS


Lunes 11 de Noviembre de 2019 7:09 am


El emprendedor siempre busca el cambio,

responde a él y lo utiliza como oportunidad.

Peter Drucker


EL atletismo ha sido una disciplina que ha acompañado a los Juegos Olímpicos, desde su creación por los griegos, hasta su historia moderna cuando fueron retomados y ampliados a nivel internacional en 1896. Dentro de las múltiples ramas que componen esta disciplina encontramos la carrera de los 100 metros planos, la cual es una de las más populares.

Dentro de la referida competición existe algo que se denomina como “la barrera de los 10 segundos.” Cuya historia constituye un claro ejemplo de lo que el título de esta colaboración refiere.

Por muchos años, existió la creencia de que ningún ser humano sería capaz de correr los 100 metros planos en menos de 10 segundos, de allí que incluso algunas personas llegaron a referir que hacerlo sería “científicamente imposible”. Sin embargo, donde muchos vieron una limitante, el atleta Jim Hines vio una barrera a superar.

James Ray Hines nació en Dumas, Arkansas, el 10 de septiembre de 1946; de niño se trasladó a Oakland, California, empezando a destacar en el béisbol; sin embargo, un entrenador de su instituto llamado Jim Coleman, vio que el joven Jim Hines tenía buenas aptitudes para el atletismo, dando así inicio a su carrera como deportista, cuyo destino lo llevaría a convertirse en una leyenda dentro de dicha disciplina.

Siendo parte ya de la Texas Southern University, en Houston, a la edad de 21 años participó en los campeonatos nacionales de atletismo de 1968 en Sacramento, California. Allí Jim Hines dio un adelanto de lo que iba a pasar meses después. Ganó la carrera de 100 metros con un tiempo de 9.9 segundos, dicha medición se realizó de forma manual, sin embargo, la medición electrónica marcó un tiempo de 10.03 segundos; este hecho, lejos de desanimar a Jim, le ayudó a que redoblara sus esfuerzos.

Dieron inició los Juegos Olímpicos de México en 1968, lo cual hizo a nuestro país testigo de un gran hecho histórico para la vida de este deporte. La final de los 100 metros empezó ya con un hecho histórico, y es que por primera vez en la historia todos sus participantes eran de raza negra.

Hines resultó ganador con un tiempo de 9.89 segundos, luego corregido a 9.95 en la medición electrónica, por lo tanto, no había duda: era la primera vez que un ser humano recorría 100 metros en menos de 10 segundos, marcando así un antes y un después en esta disciplina al lograr algo que hasta ese momento se consideraba imposible.

No fue sino hasta 1977, es decir, casi 9 años después, que esta barrera fue traspasada nuevamente ahora por el atleta Silvio Leonard, registrando un tiempo de 9.98 segundos. Hasta 2018, 134 atletas han sumado su nombre al registro de los corredores que han logrado rebasar la barrera de los 10 segundos, siendo el record mundial actual detentado por el jamaiquino Usain Bolt, con un tiempo de 9.58 segundos.

Si todos hubieran creído que era imposible romper la barrera de los 10 segundos no existiría ninguno de estos logros, siendo precisamente gracias los que creen y consideran que siempre hay una forma mejor de hacer las cosas que avanzamos en muchos aspectos de nuestra existencia.

De forma similar podemos decir que el avance tecnológico de la humanidad ha sido grandioso, cada vez surgen más y más descubrimientos que facilitan nuestra vida, que nos permiten tener mayor comunicación y resolver diversos problemas de la mejor manera. Todo ese progreso ha sido posible gracias al esfuerzo, tiempo, dinero y empeño de miles de hombres que movidos por un deseo de superación y con la creencia de que siempre hay una forma mejor de hacer las cosas, logran romper esquemas y barreras para continuar avanzando.

Como persona y como servidor público soy un ferviente creyente de lo anterior, sin embargo, esto no implica necesariamente que lo que se hizo antes no fuera bueno, sino que para seguir avanzando es necesario buscar una forma de hacerlo mejor. ¡Rompamos límites!


*Ex diputado local independiente