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CARLOS MALDONADO VILLAVERDE

De políticos y basura


Jueves 14 de Noviembre de 2019 7:17 am


HAY cosas como el vidrio que se pueden y se deben reciclar, y cosas como los políticos que deberían ser completamente desechables. La revocación de mandato es una buena idea para mandarlos a su casa más pronto, pero sólo si respetan el lema del “Sufragio Efectivo, No Reelección”… un tema que parece haberse flexibilizado tanto que hay quienes ya piensan (anhelan y sueñan) en la reelección de Andrés Manuel. El problema que surge inmediatamente es, ¿y a dónde enviamos a tanto político desechado?

López Portillo tuvo una idea genial: mandó de Embajador Plenipotenciario de México a su antecesor, Luis Echeverría, ¡a las Islas Fiyi! Era tan absurdo el cargo y sin embargo… Echeverría cumplió disciplinadamente con el “honor” conferido. Para que quede más claro, la Embajada de México en las Islas Fiyi no existe. Los asuntos que pudieran llegar a darse son atendidos desde la Embajada de México en Australia, aunque –por cierto– son muy, pero muy pocos.

Otro tipo de reciclado reciben los políticos capaces. Por ejemplo Ángel Gurría, quien salió del gobierno y pasó a encabezar la OCDE desde 2006 y hasta la fecha, haciendo un trabajo relevante para la comunidad de Naciones que forman parte de este organismo enfocado en la cooperación económica de las Naciones.

Ahora, también podríamos ponerlos a trabajar… ¿A un político? ¡Madre santa! Si logramos tener éxito con uno de cada mil, seguro consigo el premio Nobel de Economía. Ya los describió Abel Quezada, Eduardo del Río, Rius, y también nuestro paisano Alberto Isaac, así es que un político debe ser oportunista, aprovechado, gandaya, autoritario, pero trabajador ¡Nunca! Mas si se quieren reciclar, sería bueno que aprovecharan el tiempo para enseñar a las personas a reciclar y tal vez, sólo tal vez, hasta conseguirían que yo hablara bien de ellos o ellas en mi columna.

Reciclar es muy interesante, los países europeos se han plantado la meta de reciclar el 50 por ciento al menos de sus desechos. Suiza, Alemania y los países del norte ya lo lograron. El ejemplo de Suiza es por demás aleccionador, pues vende bolsas para la basura y solamente recoge la que está depositada en dichas bolsas. El ciudadano está obligado a reciclar lo más posible para desechar lo menos y no pagar mucho por la recolección.

Ahora que si usted cree, amigo lector, que el problema es de las grandes ciudades, es porque no se ha dado una vuelta por la carretera a Minatitlán, ya que al pasar por la montaña de desperdicios de la zona conurbada, podemos darnos cuenta del grave ecocidio que se está cometiendo. Y aún peor que lo que se ve es el derramamiento de lixiviados hacia los mantos freáticos, contaminando el agua que ya no podremos beber, peor aún, cuando no podemos garantizar que los usuarios del servicio de recolección de basura no tiren productos que contienen materiales pesados, tales como pilas y otros productos tecnológicos que causan un severísimo daño a la salud de todos.

Pero para tomar medidas se requiere un Presidente con decisión y un cabildo que lo respalde. No hay nada que se pueda hacer si no se enfrenta el riesgo de la impopularidad y se compromete con lo que es correcto. Así es que, probablemente en el futuro seguiremos viendo basura sin reciclar y políticos extra-reciclados, algunos en su mismo partido y muchos más brincando de un partido a otro, en primer lugar porque los partidos políticos adolecen de convicciones y no pasan de ser una etiqueta para conseguir chamba; y en segundo lugar, porque la sociedad nos hemos conformado con la misérrima calidad de quienes antes nos gobernaron, hoy nos gobiernan y mañana, seguramente, nos gobernarán.

Tal vez sea el Pancho del PRI con la etiqueta de Morena, o el Pepe del PAN con la etiqueta del Verde o la María del PT con la etiqueta del Panal… pero todos, absolutamente todos, preocupados en el discurso por “servir a la sociedad” y en su yo interno por “servirse con la cuchara grande”.

Desgraciadamente, es más fácil resolver el reciclado de la basura que mejorar la calidad de nuestros políticos.


carlos.maldonado.v@hotmail.com