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Valija diplomática



CHRISTIAN GALINDO

Las esporádicas hazañas de la diplomacia mexicana


Sábado 16 de Noviembre de 2019 7:11 am


DURANTE los últimos sexenios, los presidentes de México han mantenido al margen a los diplomáticos de carrera que decidieron formarse para dedicar su vida entera a la política exterior del país. Por lo general, el grupo de diplomáticos de élite son desplazados de las principales embajadas y de los principales consulados, para dar espacio a los políticos afines a los mandatarios para que tomen posesión de representaciones en el exterior clave para el gobierno de México.

Estamos hablando, por ejemplo, de la Embajada de México en Estados Unidos, la de Reino Unido, Naciones Unidas, Francia, Alemania, Unión Europea, España, Canadá, entre otras. Son representaciones que, por su alto impacto en la política exterior mexicana, los presidentes prefieren nombrar a políticos destacados que a diplomáticos de carrera preparados para esas funciones.

En cambio, a los diplomáticos de carrera, les encomiendan otras representaciones, que si bien, también son importantes, no son tan visibles como en otros casos, países en vías de desarrollo como Brasil, Chile, Argentina, Colombia, Guatemala y otros, son espacios que, por lo general, están representados por diplomáticos de carrera.

Este prototipo de política exterior mexicana, en donde a los perfiles preparados para desempeñarse en posiciones relevantes, están en representaciones que no exigen perfiles de primer orden, han llevado al país a otro ritmo en el concierto internacional, es decir a una velocidad distinta a la que estábamos acostumbrados hasta el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, de donde por cierto, salieron grandes perfiles, ahora personajes y dignos representantes de México en el exterior y que ahora están en posiciones relevantes en organismos internacionales, como el es caso del secretario general de la OCDE, José Ángel Gurría.

Actualmente nuestra política exterior está doblegada, aparentemente doblada a los intereses de Estados Unidos, no dando a entender que hacemos lo que Washington, D.C., nos dicta, sino que, no hacemos o dicho de otra manera, hacemos muy poco en esta materia, para no hacer enojar al vecino del norte y nos llame a cuentas y nos amenace con represalias en contra nuestra.

Ello ha generado que el papel protagónico de la región se vaya de nuestras manos, porque para algunos países de América Latina, México es más Norteamérica que Latinoamericano, porque para los países vecinos y hermanos centroamericanos, México es el líder subregional, pero a la hora de hacerle frente a las adversidades que enfrentan estos países, México prefiere la neutralidad y no confrontarse arriba ni abajo.

Por estas y otras razones más, la diplomacia mexicana ha experimentado esporádicas hazañas en materia de política exterior y cada vez que se suscita un acontecimiento relevante, la Cancillería Mexicana trata de comportarse como heroína de actos alejados de una política exterior activa.

Evidentemente es el caso del rescate político de Evo Morales, que más que un acto heroico, fue la justificación perfecta para desviar hacia el personaje y el país que representa toda la atención de los mexicanos con el propósito implícito de olvidar un poco lo mal que la estamos pasando en materia de seguridad nacional.

Se vale ser un actor protagónico en el exterior siempre y cuando haya paz y tranquilidad en el interior, se ve muy mal, querer andar quedando bien con el vecino, mientras la estás pasando mal en casa y lamentablemente, esto pasó hace unos días con la llegada de Evo, el expresidente con casi 13 años en el poder, a México.

Ojalá que la llegada de Evo Morales signifique el inicio del ordenamiento del papel de México en la región y en el mundo, pues el concierto internacional, está avejentado y agotado, los viejos domadores del mundo, dejarán de serlo muy pronto, y países emergentes como México, pero también como India, Indonesia, Sudáfrica, Corea del Sur, estarán seguramente buscando y luchando para estar en primera línea, desde donde se fijan posturas y se toman decisiones de carácter internacional y regional.

Ahí es en donde debería estar México y su ejército de diplomáticos, que para eso están formados y no para andar rescatando a expresidentes que se han perpetuado en el poder más de un mandato constitucional.

Por lo tanto, ya lo anunció el Presidente, habrá dieta mensual para Evo Morales, sustentada por algunos diputados y senadores de la República. 


@christiangdo