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Tiempo fuera



HÉCTOR SÁNCHEZ DE LA MADRID

¡Misión cumplida!


Miércoles 20 de Noviembre de 2019 7:13 am


Para Patricia, Paty, Dany y Héctor.


CADA 8 de noviembre, al despertar vivo una sensación de alegría y de tristeza, que conforme transcurre el día se van deshilvanando en mi memoria un sinnúmero de recuerdos de la familia Sánchez de la Madrid, en los que aparecen mi madre, mi padre, mi hermana y mis hermanos, en torno a Diario de Colima, reviviendo sentimientos y emociones, que oscilan de la alegría a la tristeza, de la seguridad al temor, pero siempre satisfecho y orgulloso de lo que publica nuestro periódico.

No fue fácil para Don Manuel Sánchez Silva fundar Diario de Colima, como tampoco convertirlo desde su inicio en el cotidiano más leído e importante del estado, proyecto y objetivo que alcanzó con el apoyo de Doña Amalia de la Madrid Béjar, su esposa y compañera, fuente de inspiración y crítica aguda de su trabajo periodístico.

La línea editorial que imprimió en su Saludo es clara y concisa: decir la verdad y reconocer los errores, abrir sus páginas al pensamiento colimense y apoyar las causas nobles en favor de la sociedad de Colima, banderas que durante 66 años y 12 días que se cumplen hoy, hemos realizado al pie de la letra y lo seguiremos haciendo a pesar de las asechanzas y las dificultades permanentes, honrando la memoria de nuestro fundador.

Diario de Colima es una institución que goza de credibilidad y confianza, es punto de referencia en las noticias sobre la vida política, económica y social de Colima. Su análisis editorial tiene el peso suficiente para definir una controversia, detener o castigar una injusticia, al igual que alentar inversiones en la entidad o ayudar a instituciones filantrópicas y sectores marginados, entre algunas de sus múltiples funciones.

Las mejores plumas colimenses se encuentran en estas páginas aportando ideas, orientando a la comunidad y señalando los errores de acción u omisión de nuestras autoridades. La colaboración de sus columnas y artículos enriquece y complementa nuestro trabajo periodístico, a la par que les retribuye a ellas y ellos prestigio y fuerza política y social.

A lo largo de sus 66 años de vida, hemos sufrido boicots, amenazas, calumnias y difamaciones de autoridades, políticos o particulares, con la insana intención de silenciar nuestra labor profesional, propósito que no nos ha amedrentado ni modificado siquiera un ápice del rumbo y propósitos que el 8 de noviembre de 1953 nos marcara con tinta indeleble Don Manuel Sánchez Silva.

Hace 40 años, al partir mi papá, el 14 de marzo de 1979, cuando recibí la estafeta, pensé, como muchos familiares y amigos, que no iba a poder sacar adelante a Diario de Colima, sin embargo, gracias a un selecto grupo de periodistas y editorialistas que me apoyaron por lealtad y cariño a esta Casa Editora –la mayoría ya ausentes– pude realizarlo, contra viento y marea.

Para lograrlo, conté con el apoyo incondicional de mi mamá, Doña Amalia de la Madrid Béjar, quien creyó en mí al nombrarme Director General de esta Casa Editora a la edad de 29 años, aconsejándome y ubicándome en el difícil y complicado oficio que literalmente me cayó del cielo.

Pude hacerlo gracias a mi compañera de bachillerato y el amor de mi vida, Patricia Espinosa Sotelo, quien me despertó del letargo en el que me encontraba en 1976, cuando ingresé a Diario de Colima, permaneciendo siempre a mi lado para respaldarme, empujarme, frenarme y corregirme.

En los últimos 13 años, mi hija Patricia Sánchez Espinosa se convirtió en una pieza fundamental de esta Casa Editora, a través de sus entrevistas y su columna semanal, así como su participación activa en las reuniones con los editorialistas para la elaboración de nuestras columnas políticas de los lunes y jueves. Paty forma parte de la dinastía Sánchez.

Gracias a sus lectores, Diario de Colima conserva el liderazgo desde su fundación y mantiene la preferencia de las y los colimenses que lo consideran la tribuna desde la cual se pueden defender de las injusticias de los sátrapas y los atropellos de los arbitrarios, pero también para expresar sus pensamientos sobre los diversos temas de la vida, como lo visualizaron Don Manuel y Doña Amalia hace 66 años.

Por todo eso y mucho más, puedo decir con orgullo y satisfacción: ¡Misión cumplida!