Cargando



Innovemos algo ¡ya!



MARÍA EUGENIA GONZÁLEZ PEREYRA

Gratitud consciente


Domingo 12 de Enero de 2020 7:02 am


SI bien creemos que el ser se basa en la mente –un cúmulo de información procesada, mediante emociones, sensaciones, pensamientos, creencias y elecciones–, es importante considerar que hay algo más que lo mental. En nuestros tiempos, cada día más disciplinas de la ciencia tienden a buscar qué es “eso” que da capacidad a la mente y que permanece a pesar de la muerte. La humanidad está por fin tratando de mirar la perfección del cuerpo humano, su metabólica existencia, la capacidad cocreadora que reside en la energía neuronal como un todo, como “el uno que es todo”, integrado el ser metabólico a “algo” más grande, ya se empieza a hablar en lo científico de una consciencia eterna.

Reconocer lo que nos sucede es natural, mentalmente lo que somos es una percepción de lo exterior que nutre lo interior. Las experiencias nos forman y así adquirimos definiciones. Pero al vivir nos alejamos de la consciencia eterna del ser, misma que conocimos durante el tiempo en que estuvimos dentro de mamá, ahí todo un proceso creativo tenía lugar. A partir de una célula recién creada nos formamos y justo en ese entorno es en donde, sin prejuicios ni opinión, no éramos más altos o pobres; ahí no éramos rechazados y menos traicionados; ahí dentro de la cámara de formación únicamente fuimos lo que sí somos –gratitud conectada con la creación–.

Antes de definirnos como médicos o barrenderos, como hombre o mujer, como hijos legítimos o como inteligentes y capaces, antes de crearnos nuestras creencias limitantes, tú y yo ya éramos perfectas presencias del ser en un cuerpo que empezaba a ser.

Poder explicar la magnitud del impacto de tu ser en el perfecto orden del todo es complicado, incluso el lenguaje queda estrecho; esto se reaprende sintiendo y se reconecta ejercitando la consciencia, sobre todo la humilde consciencia de saber que todo nos es dado y que nada nos pertenece. Al crecer una característica del ser que olvidamos es la gratitud, la hemos transformado en buena educación y omitimos la consciencia de su fuerza. Agradecer es reconocer todo lo que sí hay de bueno para ti y para mí; es lo que nos llega a través de la generosidad del otro.

El ser agradecido es lo que nos hace prósperos, merecemos sólo por ser, como cuando crecíamos dentro de mamá y, si queremos ser florecientes y creer que lo somos más que repetirlo en frases mentales, es imprescindible que desarrollemos la capacidad de la gratitud profunda, alcanzando la compasión y por ende a la bondad. En la gratitud consciente está nuestro bienestar. No importa si lo crees o no, el impulso ahí está.

La gratitud es esa fuerza poderosa que nos recuerda todo lo bueno que ya somos y tenemos en este momento, es lo que nos permite palpar niveles más elevados de creación. Si cultivamos la gratitud, somos capaces de sentir verdadera alegría y entusiasmo, sin importar lo que en este momento tengamos o no. Cuando estamos agradecidos por aquello que ya poseemos, naturalmente atraeremos más por aquello en lo que podamos ser agradecidos y aunque creas que eres grato, la gratitud debe ejercitarse hasta que por hábito se despierte la fuerza de la acción consciente y verdadera.

Innovemos algo ¡Ya!, seamos personas agradecidas conscientemente para poder crear bienestar, y si te preguntas el cómo lograrlo, permíteme darte unas breves sugerencias para crear el hábito. Por favor, inténtalo, un día llegará en que ya no será un hacer por hábito y sí un ser próspero y grato.

1.- Toma 5 minutos cada mañana para recordar lo que aprecias en la vida, sólo así. Gracias vaso, gracias cama, gracias café, gracias mamá, gracias bisabuelo, gracias enemigo, gracias raspón, gracias ardor.

2.- Conscientemente, cada día, piensa en tres personas con gratitud, siente y fíjate cuál es tu sensación física.

3.- Reconoce todo lo que sí hay de bueno en y para ti, como por ejemplo estar vivo, con eso todo lo demás puede llegar.

Gracias mamá, papá, linaje y Creador, la vida que me dan ya es suficiente, de lo demás me hago cargo yo.


*Terapeuta psicoemocional


innovemosalgoya@gmail.com