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Psico-tips



GERARDO OCÓN DOMÍNGUEZ

Abrazos y no balazos


Domingo 12 de Enero de 2020 6:59 am


PRIMERO que nada, pido una disculpa por escribir a la sombra de tan triste suceso del alumno que disparó en Torreón. Los memes inundan las redes con opiniones provenientes de todo tipo de personas. La mayoría, de unas pocas palabras, atribuyen la causa de este terrible fenómeno social a una o a varias causas.

¿Es verdad que es culpa sólo de los videojuegos? Difícilmente. A veces me preguntan para que en mi carácter de profesional les proporcione una respuesta, que nombre un único culpable ante situaciones así. Lamento decir puede ser muy decepcionante, pues no existe tal. De hecho, la psicología, antes de proporcionar una respuesta, levanta la mano y pide la palabra para comenzar a hacer preguntas: ¿Vivía con mamá y papá? ¿O había desintegración familiar? ¿Sufría acoso? ¿Tenía fácil acceso a armas? ¿Vivía en zona de alta inseguridad y violencia? ¿Su escuela cuenta con departamento de psicología? ¿Se encontraba expuesto a violencia doméstica? ¿La adoración a la narcocultura que nos rodea habrá tenido un papel importante en la descomposición social de nuestras comunidades?

A esta distancia, lejos físicamente, lejos institucionalmente y sin las herramientas adecuadas para el diagnóstico, sería injusto levantar el dedo para señalar y aún cerca es posible que las motivaciones reales terminen siendo un misterio.

En contraste, la casa, o mejor dicho, el hogar, debe ser el primer bastión o fortaleza dónde nuestra infancia y niñez tenga la posibilidad de vivir en seguridad, armonía, paz y amor; donde se tengan personas que los aconsejen pero también que haya quienes que los quieran escuchar…

Después de la masacre de la Escuela Secundaria Columbine, en Kansas, Estados Unidos, el cineasta Michael Moore le cuestionó al cantante Marilyn Manson: “Si pudieras decirle algo a los chicos de Columbine, ¿qué les dirías?”, a lo que Manson contestó: “No les diría una sola palabra. Escucharía lo que ellos tienen que decir, y eso es lo que nadie hizo”.

El apoyo social es una serie de recursos psicológicos que nos proporcionan otras personas y que hacen que nos sintamos estimados y valiosos. Nuevamente, nuestro primer apoyo social debe ser la familia inmediata. Dentro del núcleo familiar el apoyo social toma forma a partir de que nos dicen que nos aman, a partir de que nos sentimos parte de la familia, satisfacen nuestras necesidades básicas como alimento y refugio. No obstante, debe estar complementado con inculcarnos valores, responsabilidades y obligaciones; es decir, debemos también amar a nuestra familia, debemos cooperar con las tareas del hogar como la limpieza y apoyar a quien lo necesite dentro de la medida de nuestras posibilidades. Me imagino a algunas personas lectoras asintiendo con la cabeza y pensando “¿pero qué es todo esto? Probablemente sea obvio, tan obvio que Antoine de Saint-Exupéry, escritor del libro El principito, dijo alguna vez: “Sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos”.

Es tan obvio que todos conocemos niños o niñas que almuerzan con refresco, adolescentes que merodean las calles a altas horas de la madrugada con la anuencia de los padres. Tener hijos es tan fácil que nuestra tasa de fertilidad en México hasta 2016 era de 2.18 hijos por mujer, pero criar hijos es muy difícil porque es una tarea que dura para toda la vida.

Si usted no tiene disposición para trabajar desvelado, jugar a pesar del cansancio, levantarse temprano en domingo, platicar con los hijos e hijas de sus triviales problemas, dejar su carrera profesional, modificar su vida social… o si en su defecto cree que donde come uno comen dos, que los grandes cuidan a los chicos, que casi se crían solitos, que hay que tener los hijos que Dios mande, que un almuerzo saludable es un refresco con pan, que quien no es papá o mamá está incompleto, que la televisión y el celular son la mejor niñera… en lugar de hijos quizá sería mejor comprar ositos de peluche.


*Psicólogo