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Despacho político



ARMANDO MARTÍNEZ DE LA ROSA

Insabi, el caos


Viernes 17 de Enero de 2020 7:10 am


ANTE la inminente rebelión de nueve gobernadores panistas y el emecista de Jalisco, por las fallas garrafales del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), que sustituyó al Seguro Popular desde el primer día del año, el presidente Andrés Manuel López Obrador ofreció a los Mandatarios estatales una comida, el pasado martes, en el Palacio Nacional, con un menú de platillos típicos tabasqueños, más o menos para que supieran cómo masca la iguana, para estar acordes con el ambiente tropical.

Preparados para debatir el Insabi que no han aceptado en sus entidades, los Gobernadores panistas callaron porque el Presidente les dijo a todos sus invitados que sólo iban a comer, convivir y relajarse. Habló durante 10 minutos en una convocatoria a la unidad y a trabajar de manera coordinada. Y les informó que el asunto del Insabi lo abordarían en febrero. Con un banquete y un rollo de 10 minutos, inusual en López Obrador, ganó tiempo. Tiempo que necesita como agua en el desierto para poner orden en un Insabi sin pies ni cabeza, improvisado, sin presupuesto y sin reglas de operación.

En el papel y la buena intención del derecho universal a la atención médica gratuita para quienes carecen de seguridad social (IMSS, ISSSSTE, Pemex, etcétera), los pacientes de los hospitales públicos se encontraron con la obligación de pagar altas cuotas, costos de cirugías, medicamentos y camas de hospitalización, porque estos últimos escasean o no los tienen los nosocomios. Más grave es el caso de quienes padecen cáncer y otras enfermedades que requieren atención cotidiana. 

Con el Insabi, México quedó con la calidad de atención de república bananera y, peor, sin que médicos, administradores y pacientes y sus familiares supieran qué hacer y cómo. El caos se prefiguraba desde el año pasado cuando las medicinas contra los cánceres de todo tipo faltaron.

Adherirse al Insabi, como antes al Seguro Popular, es una decisión voluntaria de los Gobernadores. No todos aceptaron porque no hay claridad de presupuesto y, por consecuencia, asumirían las entidades el total de los gastos en tanto se pone orden financiero. O como el caso de Aguascalientes, su sistema local de salud es superior al del IMSS y el ISSSTE.

En el presupuesto federal de 2020, no se incluyó al Insabi, no obstante que su entrada en operación el 1 de enero se sabía con muchos meses de anticipación. El ex secretario de Hacienda de López Obrador, Carlos Urzúa, lo expuso con meridiana claridad en Diario de Colima, el lunes de esta semana:

“…al igual que sucede con otras recientes políticas públicas nacidas del mero voluntarismo, el diseño del Insabi carece del debido sustento normativo, financiero y operativo. Esto puede condenarlo a convertirse en una riesgosa quimera, como ya se ha percibido a escasos días de su puesta en operación”. Y añade: “Hay otros errores igualmente preocupantes. El primero es de párvulos: el gobierno no ha señalado cuál será el esquema financiero y el presupuesto del Insabi asignado para este año. Dado que el organismo no cuenta con contribuciones de seguridad social, sorprende que el Presupuesto de Egresos de la Federación no establezca el monto de los nuevos recursos y cómo se alinearían éstos con los del Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud que por ley reciben los estados”.

Tampoco está claro el proceso de afiliación ni los criterios de elegibilidad, como los había en el Seguro Popular, al que aportaba la Federación 85 por ciento del presupuesto y 15 por ciento los estados. En suma, el desconcierto por un acto de voluntarismo sin sustento racional.

Creador del Seguro Popular cuando fue secretario de Salud en el gobierno de Vicente Fox, Julio Frenk Mora ha establecido: Sin presupuesto, no funcionará. Se eliminó el Seguro de Gastos Catastróficos (para la atención de enfermedades graves y costosas, previo estudio del paciente y su familia). Atención gratuita de todo y para todos es una quimera que ni en los países más avanzados es posible. Para colmo, el Insabi considera sólo los niveles 1 y 2 de atención. 

Frenk Mora, presidente de la Universidad de Miami, no es cualquier médico. Es una eminencia mundial en salud pública. Sabe lo que dice.

En Colima, el gobernador Ignacio Peralta decidió adherirse al sistema del Insabi. No le quedaba otra, luego de dos gobiernos precedentes que desmantelaron los servicios de salud pública en el estado. Requiere compaginarse con el Gobierno Federal para salir adelante, siempre y cuando el caos del Insabi se resuelva y se le dote de presupuesto. 

En tanto, los pacientes siguen en el desconcierto y deficiente atención hospitalaria. Cuando no pueden pagar, muchos quedan a merced de sus padecimientos y, en el mejor de los casos, malbaratan su patrimonio para cubrir gastos que el errático Insabi desatiende.


MAR DE FONDO


** “Sois los Tres, sois los Tres/ viajantes de Comercio./ El Rubio,/ champán y capones del Prat./ El Negro,/ perlas y abrigos de astracán./ El Blanco,/ coches cromados y artefactos./ ¡Salvad a la Cristiandad/ del Infierno con magro balance!/ Oremus.../

(Rezaremos un padrenuestro/ por los que yerran sus cuentas/ y por su conversión/ a la sagrada área del dólar.)”. (Pere Quart, español, 1899-1986. Plegaria de enero. Rito occidental.)