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Red abierta



ARMANDO MARTÍNEZ OROZCO

Candidateables


Viernes 17 de Enero de 2020 7:14 am


DEL PRI poco sabemos. Pareciera, en cambio, como si las dos principales candidaturas a Gobernador y de oposición al ex partidazo estuvieran en vías de definirse. Por eso aparecen ante nosotros tres nombres políticos: Mario Delgado Carrillo, Indira Vizcaíno Silva –el primero, de Morena; la segunda, no tiene partido– y Jorge Luis Preciado Rodríguez, por el PAN. Todos ellos ya se encuentran rindiéndole culto y favor al presidente Andrés Manuel López Obrador o a los líderes del panismo, según cada caso. 

Mario Martín Delgado Carrillo, también dirigente de la fracción de su partido en la Cámara de Diputados y presidente de la Junta de Coordinación Política de la misma institución legislativa, lidera a 51.8 por ciento de los tribunos de su Cámara contra un máximo de oposición del 15.6 por ciento del PAN, la minoría más amplia, y porcentajes menos significativos del PRI, el PRD y Movimiento Ciudadano, partido emergente que tiene su principal bastión en Jalisco, donde gobierna. No cabe duda, Delgado Carrillo tiene un poder político innegable y lo usará a su favor, si así lo decide, para candidatearse al Poder Ejecutivo estatal en el primer trimestre del año próximo. 

Profesionalmente formado en el ITAM y con Maestría por la Universidad de Essex, Inglaterra, el ex senador ha laborado políticamente y administrativamente en la Ciudad de México. En 2018, detentó la vocería de la campaña de López Obrador y es uno de los principales impulsores de la creación del Insabi. 

Vizcaíno Silva es diputada federal por el Segundo Distrito federal de Colima, propuesta por el PES en alianza con Morena y el PT. Solicitó licencia al cargo desde finales de noviembre de 2018 y actualmente es delegada estatal de Programas para el Desarrollo de la Secretaría del Bienestar. A finales de noviembre de 2019, Indira Vizcaíno testificó por escrito ante la Fiscalía Especializada en el Combate a la Corrupción por el escándalo de la permuta de terrenos municipales con el fraccionamiento Altozano, ubicado en el municipio de Cuauhtémoc, donde fue presidenta municipal de 2012 a 2015. 

Y por último, tenemos por el PAN al diputado federal Jorge Luis Preciado Rodríguez quien, según se ha informado en medios, intentará por tercera ocasión –dos fueron contra el gobernador José Ignacio Peralta Sánchez, en una elección ordinaria y otra extraordinaria, en 2015 y 2016– alcanzar una candidatura para ser Gobernador del estado en los comicios de 2021. Diputado federal actualmente, se le ha visto poco en Colima, acaso por estrategia para reaparecer en el momento que considere pertinente.

En la pasada Legislatura, como ahora lo hace Vizcaíno Silva con el diputado Vladimir Parra, Jorge Luis Preciado controlaba a la bancada del PAN, la mayoría, con la figura del ex diputado Luis Humberto Ladino Ochoa. El Gobernador recuperó la mayoría mediante Nicolás Contreras Cortés y otros legisladores, que operaban junto con Federico Rangel Lozano. 

El PRI tiene varias cartas, ninguna brillante. Quizá, se decida por el secretario de Fomento Económico, quien está en ese cargo desde finales de 2018, Walter Alejandro Oldenbourg Ochoa, sin que sea un político destacado ni mucho menos. O por José Manuel Romero. O por Mely Romero. La escasez de cuadros sobresalientes es dramática en el tricolor.

El ex partidazo tal vez busca en el empresario Oldenbourg a un personaje que no esté lacrado por una imagen de corrupción política, quemado por los medios de comunicación y que esté más cercano al modelo de política planteado por el gobernador José Ignacio Peralta Sánchez. Aun así, es insuficiente. Oldenbourg parece no tener los tamaños de candidato a la gubernatura. José Manuel Romero desdeñó al PRI con la candidatura a la Alcaldía de Colima, en 2018, cuando entró de emergente precisamente Oldenbourg para apenas alcanzar una regiduría. Mely Romero parece tener agotados sus mejores tiempos, esfumada del ambiente político.

Como se le vea, nadie tiene asegurado nada, ni siquiera una candidatura. Falta más de un año para que se definan. Parece mucho tiempo, pero en política la cuenta de los días, las semanas, los meses y los años es más corta que en la vida cotidiana.