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La rifa



EDITORIAL


Sábado 18 de Enero de 2020 8:11 am


EN su conferencia matutina de ayer, el presidente Andrés Manuel López Obrador planteó varias posibilidades para vender el avión Boeing 787-8 que fue adquirido durante el sexenio de Felipe Calderón, a un precio aproximado de 218 millones de dólares.

Desde el inició de su gestión, el actual Mandatario nacional decidió no utilizar la aeronave y ponerla a la venta, sin embargo, transcurrido un año, la operación no ha podido llevarse a cabo y el Gobierno Federal busca alternativas, entre ellas rifar el avión entre los mexicanos.

Ayer, López Obrador propuso que se podrían emitir 6 millones de billetes de la Lotería Nacional a un costo de 500 pesos cada uno, para recuperar 3 mil millones de pesos. También planteó que el avión se podría intercambiar con Estados Unidos a cambio de equipo médico o rentarlo por horas.

La opción que más llamó la atención popular es la rifa, que se tomó a chunga y generó toda clase de comentarios en la sociedad y una lluvia de memes en redes sociales; no obstante, indudablemente acaparará la atención del país en caso de llevarse a la práctica, aunque sea algo que parece poco serio, casi surrealista.

López Obrador también mencionó que existe un grupo de empresarios interesados, pero eso se viene diciendo desde que se tomó la decisión de vender el avión y se le trasladó a California, lo que costó al gobierno más de 1.6 millones de dólares por renta de hangar y mantenimiento.

Cualquiera que sea el desenlace de este asunto que generó una polémica innecesaria, se debe replantear la logística de las giras del Presidente y entender que es necesaria la adquisición de un avión para optimizar los tiempos de desplazamiento y rendir mejor en sus funciones.

Una vez que se venda la aeronave actual, se puede comprar uno menos grande y económico, pues no se trata de un lujo, sino una medida necesaria, pues permitiría que el Presidente atienda asiduamente los asuntos relacionados con su investidura.