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Mario y Claudia



LUNES POLÍTICO


Lunes 20 de Enero de 2020 7:08 am


Mario Delgado Carrillo continúa trabajando en las tareas legislativas y partidarias en la capital del país. El coordinador de la fracción de Morena y presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) en la Cámara de Diputados destaca por alcanzar acuerdos entre sus dirigidos y con los de otros partidos, eso que en la jerga política llaman “tejer fino”.

Con el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ha actuado coordinadamente, sacando adelante leyes, reglamentos, reformas y otros acuerdos que desbrozan el camino a los objetivos del titular del Poder Ejecutivo.

También está en la competencia –en impasse por ahora, por la posposición de elecciones– por la presidencia de Morena, donde es competidor importante. Es una figura destacada tanto en el trabajo legislativo como en el terreno político y hombre de confianza de López Obrador.

Aspirante natural a la candidatura a gobernador de Colima en 2021, su acercamiento al estado ha sido esporádica, cuando debiera ser constante, programada, para erigirse en una de sus opciones, si no alcanza la presidencia de Morena. Político fuerte en el ámbito federal, necesita mantener una presencia significativa y constante en su tierra natal, tanto de forma personal como a través de una representación política eficiente, que trabaje por él cuando su ocupación federal le impida venir. Eso que en la misma jerga política denominan “construir imagen”.

Otra aspirante de Morena a la misma candidatura es la diputada Claudia Yáñez Centeno y Cabrera, quien sí tiene presencia frecuente en Colima y trabaja tanto en el Distrito 1, por el que fue electa, como en el 2, con cabecera en Manzanillo, a donde ha llevado múltiples beneficios. Le falta, sin embargo, fortalecer su imagen y expandir las redes que trabajen bajo su coordinación con el objetivo de la postulación. La formación de grupos de trabajo es fundamental en su aspiración, si pretende llevarla a buen término.

Ha aprovechado escasamente el hecho de que su hermano César Yáñez Centeno y Cabrera sea amigo y funcionario cercano de todas las confianzas del Presidente, para el cual trabaja en Palacio Nacional; a su lado ha batallado desde hace más de 25 años.

(El propio César, Yáñez Centeno es también aspirante natural a la gubernatura de Colima, aunque nunca ha mencionado que busque el máximo cargo público en la entidad, ni tampoco ha arrancado su campaña para conseguir tal objetivo).

Mario y Claudia, tienen a Colima lo que se dice “suelto”, de modo que otros les toman ventaja.

Así, mientras tanto, el grupo que se mueve para controlar la fracción de Morena en el Congreso del Estado es el que forman la apartidista Indira Vizcaíno Silva y el priista Rogelio Rueda Sánchez, quienes usan a su peón Vladimir Parra Barragán para confrontarse, tanto en público como en privado, con quien no sea afín e incondicional a ese bloque. El conflicto es el ambiente en que mejor se desenvuelven.

Como Indira no milita en Morena, usa a Vladimir para intervenir, como probadamente lo ha hecho, en confrontación abierta con la dirigencia estatal de ese partido, como también ha utilizado a personal a su cargo para la acción política directa y para la propaganda de sus acciones. Por su parte, Rogelio asesora e interviene en las decisiones a seguir, siempre con la intención de abrir brecha a la candidatura de la delegada estatal de Programas para el Desarrollo en Colima. Impasible, la dirigencia del PRI, al que aún pertenece formalmente Rueda, observa y calla, sin iniciar siquiera un proceso que lleve a la expulsión del traidor a su partido. Los directivos de Morena tampoco se atreven a meter orden y soslayan la intromisión en ese abanderamiento de la apartidista Vizcaíno y el propio Diputado local priista.

Hasta ahora, el grupo amorfo de Indira Vizcaíno les ha ganado todas las partidas a los morenistas Mario Delgado y Claudia Yáñez Centeno en su propio partido, como se mostró la semana pasada en el caso de la coordinación de la fracción legislativa de Morena en el Congreso del Estado, que aun reducida y fracturada sigue en manos de Vladimir, es decir, de Indira y Rogelio. Y seguramente les seguirán tomando ventaja a Mario y Claudia (con todo y su hermano César) si continúan indiferentes. Si realmente quieren alcanzar la candidatura de Morena, se tardan demasiado en actuar y mantener su presencia en Colima, tanto personalmente como mediante representantes con capacidad y experiencia. Si no lo hacen pronto, están perdidos.

AMLO y Gobernadores


ES importante para el país una buena relación entre el Presidente de la República y los Gobernadores de las entidades federativas, por lo que la reunión celebrada el martes de la semana pasada en Palacio Nacional, de Andrés Manuel López Obrador y los Mandatarios estatales es positiva.

Fue un encuentro cordial, en el que, de entrada, el titular del Ejecutivo federal pidió a los Gobernadores y a miembros de su gabinete presentes que no se hablara de política ni de temas de trabajo, pues la reunión era para compartir y relajarse.

Aprovechó para mandar un mensaje de unidad y trabajo coordinado entre el Gobierno Federal y los Gobiernos Estatales por el bien de la República, respetando la pluralidad.

Con eso, el Presidente desactivó cualquier posibilidad de Mandatarios emanados de fuerzas políticas opositoras de aprovechar el cónclave para hacer reclamos y llevar la reunión a otros tonos y niveles, sobre todo en el caso del Insabi.

Los asistentes tomaron bien la propuesta de Andrés Manuel de tener solamente un convivio de armonía y cordialidad y dejar para una mejor ocasión las reuniones de trabajo, en lo individual, todos juntos o por grupos de Gobernadores del mismo partido.

En un ambiente en que los comensales disfrutaron de platillos de la gastronomía tabasqueña, prevaleció la camaradería y se envió el mensaje de que con voluntad, respeto y compromiso se puede trabajar, cada uno en el nivel de su competencia, a favor de los ciudadanos.

Acordaron que en febrero tendrán otro encuentro, en donde ahora sí, cada Gobernador o en grupo, puedan plantear sus inquietudes y necesidades específicas para juntos buscar la manera de enfrentarlas.

La semana pasada el asunto que estuvo en la agenda fue la implementación del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), rechazado por cinco Mandatarios panistas, así como por Enrique Alfaro, de MC, y que ha generado polémica sobre su funcionamiento y viabilidad en sustitución del Seguro Médico Popular.

También sigue como asunto prioritario la seguridad, que fue abordado en la reunión de la Conago, en la Ciudad de México.

Seguramente esos y otros temas deberán analizarse a fondo por parte de los Gobernadores y cada uno tendrá su punto de vista y expondrá su necesidad al Presidente.

Urge también que este año fluya el dinero del Gobierno Federal a estados y municipios, pues la falta de recursos fue una de las principales quejas de las autoridades locales en 2019.

Debe el gobierno de López Obrador entregar a las entidades federativas lo que les corresponde para que puedan hacer frente a las necesidades de la población, principalmente, como se ha señalado, en materia de salud y seguridad.

Pero también debe fluir el dinero para obras de desarrollo estatal y regional, con lo que se contribuiría a reactivar la economía nacional.

Son muchos los retos y necesidades, por lo que debe existir voluntad de las autoridades para coordinarse y dar mejores resultados.

Ya en curso el segundo año de la actual administración federal, se deben dejar atrás las prácticas de culpar de todo lo malo al adversario político o a gobiernos anteriores.

La reunión de la semana pasada es un buen primer paso para lograr la coordinación, que no debe afectarse por intereses partidistas ni electorales.

En el caso de Colima, el gobernador José Ignacio Peralta Sánchez ha asumido una postura inteligente y madura al reiterar su disposición a mantener una buena relación y coordinación con el Gobierno de la República, haciendo a un lado las diferencias partidistas.

Sobre el Insabi, Nacho Peralta dijo que Colima se sumará a su programa, pues reconoce que para el Gobierno Estatal es imposible atender la salud de quienes recurren a ese sistema, debido a que por años los servicios de salud estuvieron mal administrados y sus dos antecesores dejaron grandes deudas.

En materia de seguridad, Peralta Sánchez ha expresado siempre su voluntad de coordinarse con el Gobierno Federal para hacer frente al grave problema de violencia que se tiene a nivel nacional y estatal.

Ojalá esa coordinación y conjunción de voluntades dé buenos resultados y en 2020 se reflejen en beneficios para la población.

Listo el T-MEC


EL Senado estadounidense aprobó, por una abrumadora mayoría el TMEC, el acuerdo comercial entre México, Estados Unidos y Canadá. Ahora sólo falta que el presidente Donald Trump firme y promulgue el decreto. Y que Canadá haga lo conducente.

Desde el 19 de diciembre, la Cámara de Representantes había respaldado el acuerdo comercial. Con la aprobación de los Senadores, el documento completó un periplo que se llevó meses de negociaciones entre las autoridades mexicanas y sus pares norteamericanos.

Todavía falta que los legisladores de Canadá aprueben el acuerdo comercial y el primer ministro, Justin Trudeau, estampe su firma, lo cual podría suceder en febrero, para que comience la aplicación del pacto comercial que se negoció durante varios años.

El T-MEC sustituye al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), vigente desde 1994, cuando se pactó una zona libre de aranceles para la circulación de diversos productos y mercancías entre los países firmantes.

Para México, la aprobación del T-MEC requirió, entre otras cosas, la aprobación de una Reforma Laboral, cuyas normas serán verificadas por una comisión de expertos en la materia. En este rubro, México no aceptó la figura de agregados laborales de Estados Unidos, que podrían inspeccionar las fábricas en nuestro país.

Uno de los puntos centrales de la negociación fue el sector automotriz; en este ámbito, se acordó que 75 por ciento de las partes de un automóvil fabricado en México, debe ser de origen norteamericano (Estados Unidos, Canadá o México), además de que el 40-45 por ciento de la unidad se manufacture por obreros que ganen por lo menos 16 dólares por hora.

El T-MEC tendrá una vigencia de 16 años, pero se revisará cada 6. Si las partes deciden la renovación, se extenderá por otros 16 años. De existir desacuerdos, estos se revisarán durante un periodo de 10 años, en caso de no existir consensos, el pacto expirará.

Para México, resulta positiva la aprobación del T-MEC. Obviamente no será la panacea para resolver los problemas de la alicaída economía nacional, pero siempre será mejor contar con un pacto comercial de estas características.

La falta de aprobación del acuerdo en Estados Unidos generaba incertidumbre, pues se corría el riesgo de que este asunto se contaminara con los tiempos políticos, dado que este año, en noviembre, se realizarán elecciones presidenciales en el país vecino.

Bajo la premisa de que el fuerte siempre impone condiciones, podría decirse que a México no le fue mal en las negociaciones del T-MEC, más si se toman en cuenta las posturas volubles de Donald Trump, un personaje capaz de variar su discurso en cuestión de minutos… o segundos.

Pero además, los resultados son positivos si acudimos a las ideologías que los presidentes de Estados Unidos y México dicen practicar. Uno, el norteamericano, con una posición de derecha radical, en tanto que el mexicano se ubica a la izquierda, al menos en el discurso, aunque sus acciones estén alejadas de esa posición y tome medidas neoliberales.

Seguramente, ayuda que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha cedido a muchas de las demandas, por no decir chantajes, de su par estadounidense, sobre todo en asuntos migratorios, con la contención de caravanas de centroamericanos en la frontera sur.

Una vez concluido el proceso de ratificación del pacto comercial entre los tres países del norte del continente, se espera que los inversionistas recuperen un poco de la confianza perdida en la administración lopezobradorista y se reactiven algunos proyectos.

Tampoco es factible que de inmediato se sientan los efectos del T-MEC, seguramente pasarán varios años antes de que los mexicanos vean los resultados positivos del acuerdo. Por lo pronto, son los trabajadores, con mayor poder de negociación frente a sus empleadores, quienes obtienen más beneficios.

El gobierno mexicano tendrá que mejorar sus condiciones económicas internas, para competir en condiciones de igualdad con sus vecinos del norte, porque de otra forma, en condiciones de pauperización, el sector productivo mexicano no tendrá posibilidades de acceder a los beneficios del T-MEC.

Nuevos partidos


EN cada proceso electoral surgen nuevos partidos políticos que buscan ganarse el voto de los electores y ocupar posiciones de poder, sin embargo, muchos se convierten en aves de paso que no resisten más de una elección. Otros que parecían haberse consolidado, también salen del espectro político por no alcanzar la votación requerida en la Ley Electoral.

Así, por ejemplo, en las últimas tres décadas hemos visto la desaparición de partidos que alcanzaron Ayuntamientos, diputaciones locales y federales y senadurías, entre ellos el Partido Comunista Mexicano (PCM), Partido Socialista Unificado de México (PSUM), Partido Demócrata Mexicano (PDM), el Partido Popular Socialista (PPS), Partido Socialista de los Trabajadores (PST), Partido Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional (PFCRN), el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM), entre muchos otros.

En junio próximo, el INE resolverá la procedencia de solicitudes realizadas por las organizaciones que desean el registro para convertirse en partidos políticos.

La Dirección Ejecutiva de Prerrogativas y Partidos Políticos del INE informó que son 58 organizaciones vigentes, mismas que están realizando asambleas y recabando afiliaciones que aún deberán ser validadas, por lo que toda la información se considera preliminar. Unas 31 organizaciones desistieron.

El plazo para solicitar el registro como Partido Político Nacional es del 8 de enero al 28 de febrero de 2020 y, una vez hecho esto, la autoridad electoral deberá informarle sobre la totalidad de sus afiliaciones preliminares, esto en un periodo de 40 días, es decir, el 8 de abril de 2020.

De acuerdo a la Ley General de Partidos Políticos, la organización que pretenda constituirse como partido deberá informar su intención al INE en enero del año siguiente a la elección presidencial y llevar a cabo la celebración de asambleas en por lo menos 20 entidades o en 200 distritos electorales con la participación de 3 mil afiliados por entidad o bien 300 por distrito electoral.

De las 58 organizaciones que buscan convertirse en Partido Político Nacional, destacan cuatro por los personajes y trayectoria política de quienes las encabezan: Redes Sociales Progresistas, Partido Encuentro Solidario, Grupo Social Promotor de México y México Libre.

Redes Sociales Progresistas está ligada a la ex lideresa del SNTE, Elba Esther Gordillo, y tiene como representante nada menos que al yerno de la maestra, a Fernando González Sánchez. 

Sobre Grupo Social Promotor de México, se sabe que es la nueva versión del Partido Nueva Alianza que perdió su registro en 2018.

La organización Partido Encuentro Solidario surgió después de que el Partido Encuentro Social perdió el registro en 2018. Recientemente anunció que mantendrá su nombre una vez que el INE confirme su registro como partido político. Ha expresado su apoyo a López Obrador y lo coordina a nivel nacional Alejandrina Moreno.

México Libre es impulsado por el ex presidente Felipe Calderón y su esposa, Margarita Zavala. Le falta todavía afiliar a 52 mil personas más para convertirse en partido político, sin embargo, en las últimas semanas se ha visto escasa asistencia a sus asambleas.

La organización Fuerza Social por México –se dice que detrás está el senador Ricardo Monreal Ávila (Morena)–, que el 12 de enero pasado realizó su asamblea estatal número 20 en Colima, tiene 138 mil 39 afiliaciones y le faltan poco más de 90 mil para lograr su meta.

Como sea, el surgimiento de nuevos partidos políticos demuestra que hay espacios sin cubrir en el sistema democrático del país. Esas agrupaciones que buscan cumplir los requisitos tratarán de llenar tales huecos y dar respuesta a millones de mexicanos que no se sienten representados en ninguno de los abanderamientos políticos actuales.

El principal golpe es para Morena, que a estas alturas no logra consolidarse como un auténtico partido político. En pocos meses ha sufrido un grave deterioro por las pugnas intestinas de sus grupos, corrientes y tribus, tal como le ocurrió al PRD.

Morena está desintegrada por los constantes enfrentamientos que se han dado por la dirigencia nacional, tanto que el propio Andrés Manuel ha amenazado con abandonar sus filas. La misma dirigente Yeidckol Polevnsky, que aspira a reelegirse en el cargo, ha declarado que si López Obrador se va, ella también lo hará.

Para un partido que no ha logrado afianzarse, es devastador que sus fundadores amenacen con salirse. Si se va su iniciador, a Morena no le queda nada, sólo esperar su desintegración y pérdida de registro.

No es descabellado que el tabasqueño abandone Morena, pues se debe recordar que antes militó en el PRI, al cual dejó para irse al PRD y, años después, también botó a los perredistas para fundar Morena. Está claro que no se encariña con las siglas partidistas.

De cara a los comicios de 2021, los otros partidos están mal a nivel nacional y local. El PAN y PRI, están apagados. Los dirigentes de esos institutos políticos, Marko Cortés y Alejandro Moreno, respectivamente, han pasado inadvertidos en el tiempo que tienen al frente de sus partidos, sin que a la fecha hayan realizado trabajo partidario ni demostrado capacidad política para fortalecer a esos abanderamientos y regresarlos a la senda de los triunfos electorales. Sus gestiones son en una palabra: mediocres.

El PVEM y el PT, como siempre, sobreviven de las caíditas, dando tumbos de un lado a otro para no desaparecer, por ahora su mayor interés es seguir pegados a Morena, que los salve del colapso. 

Ojalá entre las organizaciones que buscan convertirse en partidos, surjan algunas fuerzas que sí satisfagan las expectativas de millones de mexicanos desencantados de los partidos tradicionales y de los nuevos, como Morena.