La rifa burlesca

Martes 21 de Enero de 2020 7:10 am

---

POR más que tratamos de ver las cosas positivas de este sexenio comandado por la Cuarta Transformación (por aquello de los que dicen que sólo estamos para criticar las buenas acciones emprendidas por nuestro presidente Andrés. Manuel López Obrador), parece que no da para más este gobierno que va de tumbo en tumbo a más no poder.

Ya les comenté hace 8 días, en este mismo espacio, que el presidente Andrés Manuel López Obrador inició este año cometiendo errores muy lamentables y dañinos para el progreso de México, como lo fue, por ejemplo, ordenar la desaparición del Seguro Popular  que atendía a la población más vulnerable en materia de salud, por un improvisado Insabi que demuestra la falta de planeación gubernamental.  

También recordemos cómo nuestro Presidente se aventó la puntada de ordenar al Ejército la construcción de más de 2 mil 300 sucursales de su Banco del Bienestar, mediante las cuales pretende repartir a diestra y siniestra a la población vulnerable y altamente rentable, electoralmente hablando, del país. 

No conforme con ello, el Ejecutivo amenazó a los constructores del país y al propio Ejército que serían algo así como 13 mil sucursales, como si la Fuerza Armada no tuviera acciones prioritarias que atender, como es la seguridad del país, y como si a los constructores agremiados les sobrara la chamba.

Ahora nuestro Presidente, ante el escandaloso fracaso que resultó su berrinche de ordenar hace un año la venta del avión presidencial, por lo que mandó ese monstruo alado a un refugio de  California, se encuentra ante una cruda realidad. Resulta que ese bien mueble aéreo no puede venderse, simple y sencillamente porque no ha sido liquidado por el gobierno de México, tal como ya se lo habían advertido varios expertos.

Ante esta vergüenza mayúscula, el Presidente tragó saliva y tuvo que aceptar que dicho avión fuera regresado a México, después de 13 meses de hacer el ridículo y gastar en mantenimiento mucho más recursos de lo que representaba el beneficioso uso oficial de esta aeronave presidencial. 

A veces la soberbia no nos deja ver más allá, pero cuando eres el Presidente de toda una Nación, no hay ningún pretexto para cometer este tipo de errores, porque no sólo te perjudicas tú, sino a todo el país que representas. México requiere en estos momentos tan críticos, de un estadista con altura de miras, que se atreva salir a cualquier foro internacional, en cualquier parte del mundo a defender los intereses de la Nación. No queremos a un merolico de pueblo, dándonos atole con el dedo. Eso no nos sirve, queremos que nos representen en el extranjero con absoluta seriedad, profesionalismo y preparación. De nada nos sirve un Presidente al que le dé miedo viajar.

Después de la gran pifia de la no venta del avión presidencial, ya sabemos cuál es la nueva puntada y ocurrencia del Presidente, rifar el avión presidencial. Sin embargo, tal noticia, además de ser tomada como una burda ocurrencia, puede interpretarse como una cortina de humo, para cubrir un poco la incapacidad de este gobierno para enfrentar eficientemente los problemas ocasionados por la falta de seguridad en todo el territorio nacional. Además del pírrico o más bien nulo crecimiento económico que reporta nuestro país en estos últimos 13 meses.

Sin embargo, debemos esperar con paciencia y acrecentada ilusión a que este gobierno encabezado por López Obrador empiece a dar resultados favorables para los mexicanos.

El Presidente ha sido muy claro y se comprometió en una de sus recientes aburridísimas conferencias mañaneras, que a partir del 1 de diciembre, es decir, dentro de 10 meses y medio, a dar señales serias de que habrá empezado a resolver los problemas que impiden el desarrollo de México.

Esperemos con fe, lo mejor para México y los mexicanos. Les deseo a mis amigos lectores un año repleto de prosperidad, armonía y paz, todo esto desde las impresionantes curvas del sinuoso camino que va de Zipolite a la Ciudad de Oaxaca.

*Ex dirigente y actual consejero estatal del PAN