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Apuntes



MARIO CÁRDENAS DELGADO (ACPE)

Ante la emergencia, quedarnos en casa


Jueves 19 de Marzo de 2020 7:31 am


DESDE que la Organización Mundial de la Salud declaró hace una semana pandemia por el coronavirus, sabíamos que tarde o temprano llegaría a México, como ha ocurrido. Sin embargo, el presidente Andrés Manuel López Obrador, con la “fuerza moral” que según Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud y vocero del Gobierno de México en este tema, tiene, minimizó el problema y siguió repartiendo besos y abrazos, aduciendo que “no pasa nada”.

Sin embargo, ante las evidencias de la enfermedad y las medidas preventivas que tomaron algunos gobiernos estatales y otras instituciones, el Mandatario tuvo que recular en su optimista versión –ya se está haciendo costumbre– para, muy a su pesar, dejar los dichos y decisiones en manos de los médicos y científicos, que acertadamente recomendaron tomar medidas emergentes como el receso escolar en todos los niveles y modalidades, el control sanitario en los aeropuertos y la cancelación de eventos masivos, aunque, fiel a su terquedad, AMLO continúa con las concurridas conferencias de prensa mañaneras y está en veremos si suspende la giras de fin semana.

Debiera hacerlo, porque, evidentemente, lo de la “fuerza moral” es una patraña contraria a los criterios científicos que inventó López-Gatell, por cierto, doctor en epidemiología, para quedar bien con López Obrador; lo cierto es que el riesgo de contagio es muy alto y éste debiera saberlo y actuar en consecuencia. Durante la emergencia puede seguir interactuando con los mexicanos a través de los medios de comunicación y recibir preguntas, sugerencias e incluso reclamos por las redes sociales, pero para eso se requiere voluntad, cordura e interés por la salud de los mexicanos. ¿Creerá de veras el cuento del escudo moral?

Por su parte, el titular del Ejecutivo estatal, José Ignacio Peralta Sánchez, tomó el toro por los cuernos y decretó medidas tendientes a reducir el riesgo de contagio, como la suspensión universal de clases y en general de las actividades recreativas, deportivas y gubernamentales no indispensables, la instalación de filtros sanitarios en los aeropuertos y centrales camioneras de la entidad y, en coordinación con las cámaras empresariales, la restricción de actividades comerciales y de servicios, hasta llegar a la declaración de emergencia, a la cual se suma la Iglesia Católica, con la suspensión de celebraciones eucarísticas.

Pero la parte más importante está en nosotros, que por nuestro bien debemos observar las medidas que recomienda el gobierno con base en la opinión de los expertos, evitar difundir noticias sin sustento científico y hacer caso al Gobernador, en que el paro de actividades no es por vacaciones o para salir alegre y despreocupadamente a divertirnos, sino que se trata de un “aislamiento social en que debemos quedarnos todos en casa”.

El número de personas que hasta ayer se veía en las calles, plazas y otros sitios públicos de la entidad evidencia que a muchos aún no les cae el veinte sobre el riesgo de contagio, lo que es un craso error, porque ya tenemos un caso en Colima y puede haber más, así que lo mejor es, reitero, permanecer en casa junto con la familia. Hagamos un plan de actividades para que no se aburran, sobre todo los niños y jóvenes, que puede constar de lecturas, juegos de mesa, películas y series o lo que se acomode a sus inquietudes y preferencias. Reitero, se trata de una emergencia y debemos permanecer en aislamiento social y familiar.


ACORDEONES


Afirmación aventurada. En su artículo Que no cunda el pánico, publicado ayer por Sergio Jiménez Bojado, dirigente estatal de Morena, en Diario de Colima, escribió que el clima cálido de nuestro estado contribuye a que “no se propague tan rápido la enfermedad (el coronavirus). Sin embargo, se está sobredimensionando esta contingencia al grado de generar una tremenda psicosis…”. Respeto, pero no comparto, la opinión del dirigente partidista, porque en estos momentos de emergencia nacional, reconocida por el gobierno de la 4T, debemos tomar todas las precauciones necesarias para evitar el contagio. No porque se trate de una psicosis, los científicos así lo recomiendan. Ante la pandemia decretada por la OMS no hay “fuerza moral” que nos proteja.


Actitud irresponsable. A la titular de la Delegación de Programas para el Desarrollo de Colima, Indira Vizcaíno Silva, la declaratoria de emergencia que hizo el gobernador José Ignacio Peralta le importa menos que un grano de arroz de Buenavista, así lo demostró ayer, al no asistir al acto donde se hizo este pronunciamiento oficial, donde por cierto estuvo presente el delegado de la Secretaría de Gobernación, Carlos González Palomino, y pretende hacerlo hoy, al convocar a estudiantes del Isenco para la entrega de becas “Benito Juárez”, y a directores de planteles de educación básica incluidos en el programa La Escuela es Nuestra. Se supone que todos los beneficiarios tienen una tarjeta bancaria donde les depositan los recursos. ¿Para qué correr riesgos?, ¿o se trata de un acto de promoción política? Es pregunta.


Si Juárez no hubiera muerto, pediría a AMLO que dejara de invocarlo para justificar las barrabasadas que dice y hace cada día. 


apuntesmario@hotmail.com