Jueves 19 de Marzo de 2020 7:42 am

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CASI 3 meses después de la aparición de los primeros casos en una provincia de China, el coronavirus (Covid-19) llegó a Colima, con la conformación oficial de un primer caso importado de la enfermedad. En todo el país, se han confirmado 118 infecciones positivas de este nuevo padecimiento, con un fallecido hasta el momento.

Mientras, en el resto del mundo, el número de casos ya asciende a más de 214 mil, con 8 mil 732 defunciones. Para esta semana, el epicentro de la epidemia se trasladó a Europa, con países como Italia, España y Alemania que tienen un ritmo de nuevos contagios importante.

Aunque inicialmente se difundió que el foco de la infección comenzó en un mercado de mariscos de Wuhan, China, tal teoría ya fue descartada, al igual que la posibilidad de que un murciélago sea el animal transmisor al humano; en todo caso, el origen de la enfermedad todavía es motivo de estudio.

El coronavirus es una enfermedad altamente contagiosa que se transmite de persona a persona, mediante gotitas de saliva o partículas que se producen cuando una persona infectada tose o estornuda. También se puede contagiar cuando el virus se deposita en superficies u objetos, luego una persona que tocó esa zona se lleva las manos a la nariz, ojos o boca.

Hasta ahora no hay comprobación científica de que el calor inhiba la transmisión del virus y tampoco de que el padecimiento pueda transmitirse entre mascotas y seres humanos, son versiones que se han propagado, como muchas otras, sin un fundamento científico.

Las recomendaciones que ha emitido la Organización Mundial de la Salud (OMS) para evitar el contagio son lavarse las manos de manera frecuente, usar pañuelos o el codo para cubrirse la nariz y boca cuando se estornuda, evitar el saludo de beso o los abrazos, así como los lugares concurridos.

El uso de mascarillas es innecesario, han mencionado las autoridades de salud, a menos que la persona esté infectada o en contacto directo con quienes ya son portadores del virus, así que lo más recomendable es no realizar compras desmesuradas que agoten las existencias para quienes en realidad las necesiten.

A partir de este momento, con la Declaración de Emergencia en Colima, será indispensable no caer en pánico, mantenerse informado y tomar las precauciones necesarias, pero sobre todo cumplir el aislamiento social, hasta el momento una de las medidas más efectivas para combatir el virus.

En tanto, las autoridades deberán clarificar los protocolos a seguir por las personas que tengan la sospecha de encontrarse infectadas, con el objetivo de evitar el caos y una saturación de los servicios de salud, ya de por sí endebles en todo el país.

La OMS ha señalado que otra de las claves para combatir la enfermedad es el muestreo de casos sospechosos, por tanto, sería viable que se habiliten laboratorios particulares para realizar pruebas a quienes muestran los síntomas, así se desahogaría el sistema público.

Corea del Sur es un caso exitoso, toda vez que realizó miles de pruebas a los casos sospechosos y logró contener la enfermedad; en China, la imposición de rígidas medidas de distanciamiento social ha permitido superar la emergencia, y los nuevos infectados ya son mínimos.

En ese sentido, las medidas que se anunciaron en Colima son correctas, la Declaración de Emergencia resultaba necesaria para atender la contingencia. La respuesta gubernamental contiene acciones radicales, pero necesarias para reducir riesgos a la población.

A la sociedad le corresponde atender esas acciones de distanciamiento social y prevención individual. La presencia del coronavirus en la entidad debe tomarse en serio, porque de otra forma, la situación podría salirse de control, como sucedió en países de Europa, donde al principio se minimizaron los efectos de la enfermedad.

Estamos en una situación de emergencia, así debemos tomarla todos para proteger nuestra salud, la de nuestros seres queridos y también del resto de la población. Se debe tomar con seriedad la coyuntura que enfrentamos; seguramente con responsabilidad saldremos adelante.

La recesión que viene

ES inminente la entrada de la economía mundial en recesión. Es una de las consecuencias de la pandemia de coronavirus (Covid-19). Tanto el derrumbe de las Bolsas de Valores –el peor desde 1987– como la drástica disminución de la actividad productiva en muchas áreas como la baja del consumo y el altamente probable desempleo, conducen ya a una recesión severa.

Entre las ramas de la economía que han resentido primero el golpe de la baja del consumo, están las del transporte aéreo, terrestre y marítimo; el turismo, el hospedaje, la gastronomía y sus adláteres, es decir, las proveedoras de esas actividades, por ejemplo, la producción de alimentos para restaurantes. Uno a uno, los sectores de la economía mundial y nacional verán reducido el consumo y los ingresos. Las empresas disminuyen ya su ritmo y volumen de producción; las excepciones son pocas.

Por otra parte, el peso ha resentido los efectos del coronavirus. Se ha devaluado bruscamente en los días recientes, rebasó la frontera de 23 por dólar y la tendencia es a que la moneda estadounidense se dispare más. Esto pone en problemas financieros a muchas empresas por el encarecimiento de insumos para la producción –como ejemplo, la automotriz, entre muchas otras– y el crecimiento de deudas contratadas en moneda verde.

En tanto, los precios del petróleo se han derrumbado. La mezcla mexicana ha caído a 18.78 dólares el barril (la empresa omitió ayer informar como lo hace todos los días, a las 6 de la tarde, la cotización de la jornada). Los ingresos de Pemex se han caído a niveles no vistos desde hace décadas y con ello también los ingresos fiscales que la petrolera paga al gobierno. El seguro contratado por Hacienda cubre sólo una parte sobre una frontera de 49 dólares. Y este desbarranco financiero excede, con mucho, tal protección. El único beneficio es la baja del precio de las gasolinas, aunque en un tiempo en que la movilidad de la gente se reducirá al mínimo.

Adicionalmente, los gobiernos estatales y el federal tendrán que gastar mucho dinero en la atención a la emergencia de salud pública. A la inminencia de un desastre sanitario, se une un inevitable desastre económico y financiero. Hoy más que nunca hace falta el estímulo financiero y fiscal a las empresas, para evitar el cierre de muchas de ellas y el consecuente desempleo. Se requiere que el Gobierno Federal se ocupe, además de combatir la pandemia, de alentar a las empresas mediante el crédito fiscal, la exención de impuestos en varias ramas de la producción y en medidas que otorguen confianza en medio de la crisis. Porque aun después de la superación de la emergencia sanitaria, que durará por lo menos 3 meses, se necesita desde ahora y posteriormente a la crisis, la reconstrucción de la economía nacional. No hay otro camino que el estímulo fiscal y la confianza. Esto último será lo más difícil de conseguir para el gobierno, si no se toman medidas que lo hagan creíble.

Paradójicamente, ayer, el presidente Andrés Manuel López Obrador actuó como pastor, no como estadista, al mostrar que la protección contra el coronavirus es posible con amuletos, escapularios, billetes de dos dólares (en Estados Unidos y Canadá se les considera de buena suerte) y estampitas. Es reprobable y preocupante la actitud del máximo dirigente nacional ante una emergencia sanitaria y financiera de incalculables efectos. El pueblo, las instituciones y hasta el Gabinete han rebasado al Presidente en esta coyuntura.

Estamos ante un asunto serio, grave, de larga duración. Se debe actuar en consecuencia, sin interés de partidos o ideologías. Además del coronavirus, toca a la puerta del país una recesión cuyas consecuencias se resentirán mucho tiempo, tal vez años, antes de que volvamos al crecimiento, siquiera a los niveles previos al gobierno en funciones. Esperemos que el Gobierno de la República entienda que no todo es trabajar para su partido, sino para los ciudadanos. De eso se trata. Los tiempos de la bonanza política y del engreimiento del poder se acabaron. Es hora de actuar, y hacerlo bien.

Laguna contaminada

DESDE hace muchos años, la Laguna de Cuyutlán ha sido contaminada y dañada por las obras que se han realizado en sus riveras y dentro del propio vaso lacustre, como la autopista, la ferrovía y el libramiento carretero. Pocos son los que han protestado contra el ecocidio que ha sufrido y causado la muerte de gran parte de ese hábitat.

La diputada federal de Morena por Colima, Claudia Yáñez Centeno y Cabrera, atendió diversas demandas que le fueron planteadas por pescadores de Manzanillo, entre otras, la solicitud para que se atienda el problema de contaminación en la Laguna de Cuyutlán.

La Legisladora demandó a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) inspeccionar las obras que ejecuta una empresa privada (Promotora y Operadora de Infraestructura) y que causan daños al ecosistema, afectando la productividad pesquera.

Claudia Yáñez Centeno dirigió la solicitud a la Procuradora Federal de Protección al Ambiente, Blanca Alicia Mendoza, en que le pide una inspección y dictamen del impacto ambiental en la laguna, así como tomar medidas para evitar que sigan las afectaciones en el área del Puente de Tepalcates II, en el vaso de la Laguna de Cuyutlán.

Con información de los afectados, explicó que la empresa de referencia instaló cerca de 500 gaviones (cajas o cestas de forma prismática rectangular, rellenas de piedras o tierra, de malla metálica) con el objeto de reforzar la estructura dañada del puente, sin embargo, esos materiales están contaminando la laguna debido al desprendimiento de óxido.

De acuerdo a las denuncias de los pescadores, los gaviones se han estado moviendo y han sido colocados sin cumplir las normas oficiales de construcción, lo que pone en peligro a la población y a los automovilistas que transitan por ahí, por los daños que presenta la estructura del puente.

Desde hace tiempo se han denunciado las obras mal hechas en el Puente Tepalcates II, el cual presenta daños en su estructura. La Secretaría de Comunicaciones y Transportes, la Profepa y Semarnat no cuidaron que los trabajos se hicieran bien.

Si se comprueba la contaminación que denuncian los pescadores, la empresa encargada de los trabajos de reparación del puente debe ser sancionada.

El 23 de noviembre de 2018, la Profepa clausuró de manera temporal total obras y actividades que se desarrollaban en la Laguna de Cuyutlán, inherentes al proyecto denominado “Nuevo Puente de Tepalcates II”, en cumplimiento al emplazamiento que ordenó dicha medida de seguridad (clausura temporal total) y de conformidad con el artículo 170 fracción I de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente. En esa fecha, se informó que en caso de que el inspeccionado incumpla la medida impuesta, “esta Autoridad Ambiental Federal presentará querella en su contra ante la Fiscalía General de la República, por delitos ambientales”.

Para el levantamiento de la clausura la empresa necesitaba presentar la autorización en materia de Impacto Ambiental emitida por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, para realizar obras o actividades en zona de humedales de la Laguna de Cuyutlán.

En febrero del año pasado, la empresa Promotora y Operadora de Infraestructura anunció la construcción de obras de protección en el puente Tepalcates II, debido al desgaste de las bases 3 y 4 que lo sostienen. En esa fecha, los directivos dijeron que los trabajos se harían de forma artesanal, para evitar un impacto negativo en esa zona, donde confluyen los vasos II y III del embalse.

Al tener concesionada la autopista Colima-Manzanillo, corresponde a esa empresa hacer los trabajos de reparación, sin embargo, la SCT no puede deslindarse de la supervisión para que se hagan bien las obras. Asimismo, deben intervenir Semarnat y Propefa para atender las denuncias de los pescadores sobre la contaminación al vaso lacustre.

Cuando se edificó la ferrovía, los escombros fueron tirados de forma irresponsable a la laguna, causando con ello una grave afectación a ese ecosistema. Jamás se obligó a la empresa responsable a resarcir los daños.

Las cosas que se hacen mal, se hacen dos o tres veces, tal como ocurre con el Puente de Tepalcates II, cuyos trabajos de reparación siguen causando daños al cuerpo lacustre y a las pesquerías. Además, según las denuncias de los pescadores, por las estructuras dañadas, persiste riesgo para los automovilistas.

Es un acierto que la diputada federal Claudia Yáñez Centeno se interese en apoyar a los pescadores y en el rescate del embalse, sin embargo, necesita más efectividad, para que las autoridades federales, como la Profepa y Semarnat, le hagan caso a las denuncias, por lo que deberá estar muy pendiente del curso y la atención que le den a su solicitud.

A la postre…

LA Secretaría de Movilidad ha dejado crecer el problema de la circulación ilegal de mototaxis en varios municipios de la entidad. La semilla se sembró en Cuauhtémoc, donde el alcalde Rafael Mendoza Godínez pisoteó la en ese entonces recién aprobada Ley de Movilidad, ante la complacencia e inacción de la autoridad.

Hizo en ese momento la Semov un tibio intento por levantar un mototaxi, pero en el operativo la autoridad municipal recogió el vehículo que llevaban los inspectores de la dependencia estatal.

De ahí en adelante, ese servicio ilegal se expandió a todas las comunidades de Cuauhtémoc y a los municipios de Tecomán, Coquimatlán, Comala, Manzanillo y recientemente, Villa de Álvarez.

Todos los Alcaldes de esas demarcaciones, se han convertido en transgresores de la ley, la misma que juraron cumplir y hacer cumplir.

Lo grave del asunto es que esos vehículos son inseguros y no garantizan la integridad de los usuarios. Es absurdo que los conductores lleven casco, pero dejen sin ninguna protección a los usuarios. Son, además, unidades muy frágiles y sin ninguna medida de seguridad.

Hacen bien los taxistas en protestar contra las autoridades que otorgan permisos de ese servicio que, hay que insistir, está prohibido por la ley. 

Qué bueno que la diputada federal Claudia Yáñez Centeno y Cabrera intente ayudar a los pescadores de la Laguna de Cuyutlán y pida a la Profepa que se sancione a la empresa encargada de la reparación del Puente Tepalcates II, en Manzanillo.

Lo que le debe preocupar a la Legisladora, es que no le hacen caso en éste y otros asuntos, como las denuncias que ha presentado contra la delegada estatal de Programas para el Desarrollo en Colima, Indira Vizcaíno Silva, por el uso de programas sociales con fines electorales.

Tanto en el Senado, como en la Cámara de Diputados, en octubre del año pasado, se presentaron denuncias, primero ante la secretaria de Bienestar del Gobierno Federal, María Luisa Albores González, y luego ante la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval Ballesteros, quien informó en ese momento que tenían denuncias en contra 10 delegados estatales adscritos a la Secretaría de Bienestar, entre ellos la de Colima. 

Claudia Yáñez Centeno es una Diputada de la 4T, su hermano César, coordinador general de Política y Gobierno, es uno de los más cercanos colaboradores del presidente Andrés Manuel López Obrador. Ella misma tiene línea directa con el titular del Ejecutivo Federal, por lo que se no entiende por qué sus denuncias no prosperan.

Es cierto que el funcionamiento de la Procesadora Municipal de Carne (PMC) es una carga pesada para el Ayuntamiento (25 millones de pesos anuales), por lo que ha propuesto cerrarlo a finales de este mes.

Sin embargo, también es cierto que es obligación de la autoridad municipal garantizar que en el municipio haya un sitio para la matanza de animales en las condiciones adecuadas en materia de sanidad.

Por ello, el alcalde Leoncio Morán Sánchez debería de reunirse con autoridades sanitarias, trabajadores del rastro, carniceros y ganaderos, para encontrar la solución a este problema, luego de que los miembros de la cadena productiva se manifestaron la semana pasada contra el cierre de la PMC.

Ofrecen inclusive administrar el lugar, pues de clausurarse, como propone la comuna, se podría fomentar la matanza clandestina, con los problemas de salubridad que eso implica.

Señalan que si no hay aquí donde llevar los animales a sacrificar, tendrán que hacerlo en Ciudad Guzmán, lo que elevará sus costos y repercutirá en el precio final a los consumidores.

Medidas drásticas, pero necesarias las anunciadas por el gobernador José Ignacio Peralta Sánchez para controlar los contagios de coronavirus. Por lo pronto en Manzanillo los hoteleros ya recienten las cancelaciones de reservaciones para el periodo vacacional de Semanas Santa y de Pascua, lo mismo que con el anuncio de que varios cruceros programados, no atracarán en el puerto.

En el colmo de la irresponsabilidad, la delegada estatal de Programas para el Desarrollo, Indira Vizcaíno Silva, ha convocado para hoy a estudiantes del Isenco a su oficina para entregarles becas. En plena emergencia sanitaria en que una de las recomendaciones básicas es evitar aglomeraciones, la funcionaria actúa en sentido contrario. No sólo eso, también hará gira por comunidades rurales para entrega de más becas, hasta 2 mil. Lo que no hizo a tiempo, lo lleva a cabo ahora, cuando las medidas de protección sanitaria recomiendan evitar concentraciones de más de 10 personas. A Vizcaíno Silva le importa poco la emergencia de salud pública, mientras ella pueda seguir haciéndose propaganda preelectoral para su postulación a la gubernatura en 2021.