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Más miedo que al coronavirus



MANUEL ANDRADE DÍAZ


Viernes 20 de Marzo de 2020 7:34 am


HAY que tenerle más miedo a la actitud y negligencia mostrada por las autoridades que al propio coronavirus.

Son más escalofriantes las consecuencias que pueden dejar las actitudes tardías, opacas y contradictorias de los funcionarios, entre ellos el Presidente de la República y los responsables del tema de salud. Es más peligrosa la “fuerza moral” del Presidente y la actitud rastrera de sus funcionarios y colaboradores. Esa actitud de negar que los cocodrilos vuelan, pero al notar que quien lo dijo fue el presidente López Obrador, corrigen diciendo que “sí vuelan, pero bajito”.

Antecedentes existen, desde la cancelación del esquema de compra de medicamentos indispensables para atender enfermos terminales, con cáncer o sida, o aquellos en proceso de dialización, o de la cancelación del Seguro Popular, hasta la compra directa a Europa y a China de medicamentos equivalentes que nunca llegaron, y compras que se declararon desiertas por falta de capacidad y de una mal entendida política de combate a la corrupción que parte de la inanición o cancelación de los programas.

O los muertos del Hospital de Pemex en Tabasco, por comprar medicamentos para la realización de diálisis contaminados, de un lote de dudosa procedencia comprada a un proveedor local sin ninguna medida de verificación, sólo guiándose por el precio de los mismos.

Y ahora la necedad de sustraer a México de la globalización mundial, de creer que cerrando los ojos no van a pasar las cosas, o invocando el amor y la buenaventura serán medidas suficientes para que las cosas no se den.

La necedad del Presidente confesada por él, y el fanatismo de sus seguidores evidenciado también por él, muestran una lealtad casi perruna que sólo sirve para confirmar los “otros datos” que nunca tienen ni fuente fidedigna, ni apoyo técnico, ni científico. Son sus latidos y sus creencias por encima de todo.

La negativa a dictar las medidas de emergencia ante una crisis como la de la pandemia declarada, no desde el púlpito mañanero, sino del Consejo Nacional de Salud, para que estados, municipios y demás entidades del Estado Mexicano homologuen sus decisiones y acciones contra la pandemia.

No que lo que estamos viendo son acciones y ocurrencias en muchos casos que terminan por desorientar a la población y lo más grave, volverse incrédulos a las órdenes o disposiciones oficiales. Así vemos que algunos estados suspendieron desde hoy las clases en todos los niveles, otros hasta el viernes; que en algunos estados hay cercos sanitarios en carreteras, accesos a los aeropuertos, escuelas, oficinas de gobierno y de servicios y en otros no; porque en algunas entidades ya se les dio la cuarentena a personal mayor de 70 años y embarazadas y en otros no; porque en algunos están prohibidas todas las reuniones de más de 60 personas y en otros de 100 y en otros de 300, en clara desorganización ante la crisis.

Pero lo más grave, porque a pesar de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, y de la propia Secretaría de Salud Federal, el Presidente se comporta como niño berrinchudo desobedeciendo las reglas, no suspendiendo sus insulsa giras, que son más de mantenimiento de imagen y de popularidad que de alguna utilidad para el país o el estado que visita.

Y para vergüenza final, un Secretario de Salud que no existe, que no dice ni hace nada, que se está cuidando quizás por estar dentro del rango de mayor riesgo de contaminación, y un Subsecretario que ha dado la muestra más grande de lambisconería y de abyección, al decir que el Presidente no es un foco de infección ni de contaminación, ni se puede enfermar porque él es una fuerza moral que ilumina la patria, un faro de luz que rompe las tinieblas y que con su sagrada presencia cura y no enferma, sana y no mata.

Qué vergüenza y qué miedo, porque entonces lo que predomina es una secta, eso son los funcionarios de la 4T, que ofenden a nuestra inteligencia creyendo que somos igual de fanáticos y enfermos de adoración que ellos.

Nosotros hagamos nuestra parte, hay que evitar roce personal, tratemos de salir lo menos posible, no son vacaciones, es cuarentena, cuidémonos nosotros mismos, cuidemos a nuestra familia. Que la semana sea breve y leve.