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Innovemos algo ¡ya!



MARÍA EUGENIA GONZÁLEZ PEREYRA

Un solo rincón


Domingo 22 de Marzo de 2020 5:38 pm


EN estos días de resguardo nos tocará lidiar hastíos y demonios, sin embargo, si lo sabemos aprovechar, nos puede ayudar a detectar los conflictos emocionales y relacionales no resueltos por mí, por los otros y entre nosotros. Cuando estemos aburridos y contando ovejas, veremos también a las ovejitas negras y quizás podamos identificar aquello que vale la pena modificar.

Ser la oveja negra no es sencillo porque eso duele todo el tiempo, el apestado quiere traer un beneficio y es rechazado por costumbre, criticado y menospreciado; todo lo que venga de la negrita es dado por menos. A veces, los sistemas familiares tienden a crear un culpable de todo, a quien se le atribuyen los conflictos, se le repudia, rechaza, castiga, critica, no se le escucha y se le señala en todo momento. Se cree que son rebeldes, que confrontan sin ton ni son, pero la realidad es que de alguna manera esa persona es la encargada de ayudar a su sistema a sanar y a evolucionar, incluso cuando eso le cueste ser el apestado, la loca, el excluido o la vergüenza de una familia; créamelo, nada puede doler más que crecer siendo esa persona que nunca encaja, la que no es suficiente y que siente que no es protegida, amparada o aceptada. Es crecer y vivir siempre con culpa por existir.

Cuando la oveja negra crece, a veces, atina en buscar ayuda y sana sus heridas, crea su propia vida y aunque siempre anhela un resguardo familiar, ha aprendido a crear su propio bienestar, suelta su enfermiza dependencia y aprende a vivir con sus carencias. Sin embargo, otras veces, por temor a ser aún más pisadas, a quedarse solas o a no poder ser, no salen del cerco que las retiene y no van a terapia, se quedan a equilibrar la neurosis del grupo, dejando pasar su vida sin vivirla, atendiendo las críticas y necesidades de los demás por encima de sí mismos, intentando siempre congraciarse con todos, para idealmente ser finalmente aceptados y suficientes, pero cuando esto no sucede, montan en cólera y son rebeldes, defensivos y confrontan. ¡Ay, cuánta carencia de amor en un solo rincón!

Que traten bien a la ovejita negra no es su responsabilidad, ella no puede hacer nada más por ellos de lo que ya hace, le toca a cada uno buscar sanar para dejar de maltratar y menospreciar. A toda la familia le toca poder ser consciente de los patrones que los han llevado a ser una familia tóxica, si supieran que todos quieren lo mismo: sentirse amados, que pertenecen y que cuentan con un espacio seguro llamado familia, para poder llorar y para poder reír.

Las encargadas de hacer notar al clan que algo anda chueco son las ovejas negras, ellas nos muestran que es tiempo de reparar, de abrazar las diferencias, de respetarse, de evolucionar, de poder ser dichosos y de incluir a todos. Ella, la apestada, es un buscador nato de caminos de liberación para el árbol genealógico.

Bert Hellinger, creador de las constelaciones familiares –técnica de apoyo terapéutico para sanar las dinámicas ocultas que nos causan malestar–, decía que gracias a estos miembros, la familia renueva sus raíces. Su rebeldía es tierra fértil, su locura es agua que nutre, su terquedad es nuevo aire. El clan, por inercia querrá seguir manteniendo el curso castrador y tóxico de su tronco, lo cual hace la tarea de nuestras ovejas negras una labor difícil y conflictiva.

El miembro sacrificado en tu familia, para tu beneficio, es aquel que ha pasado por situaciones difíciles como las drogas, ansiedad, enfermedades graves o crónicas, relaciones conflictivas y carencias, por poner algunos ejemplos. Es aquel miembro al que conscientes o no nunca le llaman, no lo invitan, no le comunican nada, lo dejan al margen y si les incomoda lo exilian por un tiempo o por siempre, pues nos incomoda lo que nos viene a mostrar de nosotros con su actuar. Innovemos algo, ¡Ya!, por favor, atendamos las diferencias y cimentemos la pertenencia, porque todos, seamos como seamos, somos parte y tenemos cada uno derecho a nuestro buen lugar y trato dentro del clan.


*Terapeuta psicoemocional


innovemosalgoya@gmail.com