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A resguardarse



LUNES POLÍTICO


Lunes 23 de Marzo de 2020 8:01 am


ES correcta la reacción que han tenido las autoridades estatales, encabezadas por el gobernador José Ignacio Peralta Sánchez, con las medidas sanitarias implementadas para combatir al coronavirus.

El Mandatario estatal declaró la semana pasada emergencia sanitaria en el estado por el Covid-19, luego de una sesión extraordinaria del Consejo Estatal de Protección Civil.

En esa declaratoria se especifica una serie de disposiciones ante la inminencia, la alta probabilidad u ocurrencia de un desastre sanitario derivado de la pandemia provocada por el coronavirus.

Lo más importante de esa determinación es lograr el aislamiento social para frenar la propagación del virus que tanto daño ha causado en otros países y del que el pico en nuestro país, se esperaba precisamente entre el 20 y el 30 de marzo.

Es tiempo de quedarse en casa, de resguardarse y de evitar aglomeraciones, por lo que también fue oportuno el mensaje del Gobernador dado el mismo día de la Declaratoria de Emergencia, sobre el rigor que habrá al aplicar las prevenciones.

Esa respuesta del gobierno estatal, ha sido mucho mejor que la del Gobierno Federal que sigue minimizando la gravedad de la pandemia y que nos ha entregado patéticas declaraciones y actitudes del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Ya antes otros gobiernos estatales como los de Jalisco, Guanajuato y Yucatán, habían anunciado que en sus respectivas demarcaciones se suspendían las clases en todos los niveles educativos desde el día martes 17 de marzo y no a partir del 23, como previamente anunció a nivel federal el secretario de Educación, Esteban Moctezuma.

José Ignacio Peralta se unió a ese grupo de Gobernadores que se anticiparon a lo que haga o deje de hacer el Gobierno de la República y anunciaron diversas acciones y medidas para proteger a la población de sus estados.

Y lo más importante no es el anuncio, sino entrar en acción de inmediato. A quienes critican que se haya declarado la Emergencia Sanitaria con sólo un caso comprobado de coronavirus, hay que desoírlos, están equivocados.

No se trata de que la pandemia cobre cientos o miles de infectados en la entidad. Hay que actuar antes de que el virus se propague con fuerza. Hay ejemplos lamentables de países como Italia y España, donde la tardanza en aplicar esas medidas ha cobrado miles de vidas.

Por eso es plausible que se haya emitido la Declaratoria en Colima, que el gobierno reduzca los servicios que ofrece a la población, que se suspendan clases, eventos masivos tanto públicos como privados y se invite a la población a quedarse en casa. Conforme la pandemia escale, las medidas serán de más rigurosa aplicación.

Es responsabilidad de todos acatar esas disposiciones y protegerse, no únicamente por su seguridad personal y familiar, sino por sanidad colectiva.

Positivo es también haber instalado y que estén funcionando los filtros sanitarios en 15 puntos de ingreso al estado.

En carreteras, aeropuertos y centrales camioneras, se aplica esa revisión, que hasta el jueves pasado había registrado a 19 mil 406 visitantes y no se detectaron personas con sospecha de infección por Covid-19.

Vivimos una emergencia y como tal se requiere la colaboración de todos. Ciertamente es difícil mantenerse en cuarentena, pero es mejor hacerlo sano que abrir la oportunidad a contagios masivos y que el sistema de Salud colapse al no poder atender al mismo tiempo a tantos enfermos.

Son momentos críticos también para todos los sectores productivos de la entidad que verán mermados sus ingresos.

Lo importante ahora, es respetar la Emergencia Sanitaria y aguantar los estragos económicos, para lo cual el Gobierno del Estado y el federal deberán crear programas y condiciones para ayudar al sector productivo.

En lo personal, cada uno debe hacer lo que le corresponde, salir de sus hogares sólo para lo esencial marcado en la misma Declaratoria como la compra de víveres, asistir al médico o al banco y hacer esos movimiento de manera individual, salvo el traslado al doctor o a un Centro de Salud cuando se requiere compañía.

Enfrentar al coronavirus


HAY molestia y enojo en amplios sectores de la población por el deficiente manejo que le ha venido dando el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador a la pandemia del coronavirus, pues la gente considera que no se ha dimensionado ni dado la importancia que merece esta enfermedad, pues aunque solamente han fallecido dos personas por esa causa, cantidad ínfima si se compara con las miles de víctimas mortales que han ocurrido en otros países donde la enfermedad ingresó antes que en México, particularmente Italia, China y España, se debe prevenir la propagación y preparar la atención a las personas contagiadas.

Tan mala ha sido la atención al Covid-19 que el secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela, se encontraba desaparecido. Tras las críticas, apenas el pasado jueves se presentó en la conferencia matutina de López Obrador. Poco habló de la enfermedad, el Mandatario le pidió que diera a conocer algunas de sus cartas credenciales, entre las cuales dijo que su mayor práctica clínica la realizó en el Hospital General de México. Tiene 47 años como médico investigador del Instituto Nacional de Nutrición y es Premio Nacional de Ciencias. 

No se duda que el funcionario sea una eminencia, sin embargo, lo correcto es que dé la cara ante esta contingencia. Hasta ahora el vocero de la 4T ha sido Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud.

Desde que se inició la contingencia, la administración lopezobradorista había omitido las reuniones del Consejo General de Salud que preside el propio Presidente. Apenas el pasado jueves se declaró en sesión permanente. López-Gatell explicó que ese máximo órgano colegiado conjuntará acciones de todas las instancias de salud nacional, para coordinar, informar y tomar las decisiones conducentes.

López Obrador está reaccionando tarde y lento ante este grave problema y cuando toma algunas decisiones, lo hace a regañadientes, presionado por la gente. Se le ve enfadado, contrariado la mayor parte del tiempo. Sobre todo por verse obligado a enmendar errores que le están marcando la población y la oposición. Por su personalidad autoritaria, se molesta cuando surge un tema que está fuera de su agenda.

Ante la andanada de críticas por sus acciones morosas, la semana pasada anunció que se adelantarían dos bimestres de las pensiones a los adultos mayores, con un monto total de 42 mil millones de pesos. También se están adelantando las becas a estudiantes de todos los niveles. Dijo que son medidas para apoyar a la población ante la contingencia, lo mismo la baja en el precio de las gasolinas, si bien esto último es efecto del desplome de los precios internacionales del petróleo.

López Obrador sigue siendo el mismo político en campaña, no actúa como el estadista que se requiere en una grave crisis de salud como la actual; no debe ir en contra de las recomendaciones de la Organización Mundial de Salud y de las propias directrices que marca su Secretaría de Salud federal. En el colmo del absurdo e irresponsabilidad, en la conferencia del pasado viernes el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, estaba informando sobre las medidas de aislamiento social para evitar la propagación y advirtió que no debe haber concentraciones masivas y, sin embargo, al tomar la palabra López Obrador anunció su gira a Guelatao, Oaxaca, para “honrar al mejor Presidente que ha tenido México, Benito Juárez”.

Es de dar miedo que el Presidente no entienda lo que está pasando en México y en el mundo, pues mientras la Unión Europea cerró sus fronteras, lo mismo que Canadá, El Salvador y parcialmente Estados Unidos, él rehúsa cerrar las de México.

Al parecer, China ya logró controlar la enfermedad, pero tuvo que hacer miles de sacrificios, aislar ciudades y provincias, buscar a contagiados, cancelar vuelos, obligar a la gente a quedarse en sus casas, construir en pocos días hospitales para atender a miles de enfermos, entre otras acciones relevantes. La cuota que tuvo que pagar ha sido muy alta, más de 81 mil 432 contagiados y 3 mil 274 muertes.

Por reaccionar tarde y no tomar las medidas de forma oportuna, Italia tenía, hasta ayer, casi 60 mil contagios y ya supera a China en muertes, con 5 mil 476. En un solo día, el sábado reciente, hubo ahí 793 fallecidos, el pico más alto de muertes por Covid-19. Hasta anoche, en el mundo había 14 mil 641 víctimas fatales.

Si persiste la laxitud del presidente López Obrador, el problema que ya es grave, puede complicarse aún más. Ante la terquedad que ha mostrado, los Gobernadores por su cuenta han implementado medidas más acertadas para tratar de contener la propagación del virus, como lo hizo José Ignacio Peralta Sánchez, al establecer en Colima la Declaratoria de Emergencia Sanitaria. Lo mismo hizo Enrique Alfaro, en Jalisco, y el mandatario michoacano, Silvano Aureoles. En el norte, los gobernadores de Nuevo León, Jaime Rodríguez; de Coahuila, Miguel Riquelme; y de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, acordaron un plan conjunto para hacer frente a la contingencia.

Es tiempo que la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) sirva para algo, que los Gobernadores se coordinen en un solo frente, con el Gobierno Federal, la Iniciativa Privada y la población general, para combatir esta pandemia.

Vivimos en un régimen presidencialista, el cual se debilitó a partir de Miguel de la Madrid Hurtado, sin embargo, Andrés Manuel López Obrador lo retomó, pero no lo utiliza para bien, como en este caso que se requiere una mano firme que conduzca al país con rumbo, para enfrentar esta crisis de salud.

Movimiento Ciudadano cuestionó la reacción tardía del gobierno de López Obrador y posteriormente se sumaron a esas críticas el PAN y PRI. La juez Décimo Tercero de Distrito en materia Administrativa en la Ciudad de México ordenó al Presidente tomar todas las prevenciones y acciones necesarias para detectar a personas infectadas por coronavirus. Concedió suspensiones de plano y de oficio a integrantes de la organización civil Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad que reclamaron al Gobierno Federal por “la omisión de establecer medidas de seguridad eficaces para evitar el contagio del coronavirus”.

López Obrador ha sido duramente criticado y, con razón, por sus declaraciones, no sabemos si en serio o en broma, en las conferencias matutinas en las que ha mostrado estampas religiosas y amuletos que, presume, le han regalado para protegerlo de sus enemigos. Esos dichos o chistoretes que solamente le festinan sus colaboradores, no corresponden al momento ni a su investidura. Debe tener seriedad, pues la contingencia es grave, inclusive ya cobró la muerte de dos personas y son, hasta ayer, 316 los contagiados en el país.

En contingencias como la actual, es donde se ve la estatura moral y la madera de la que están hechos los gobernantes. En estos días se verá si López Obrador es de verdad un estadista o pasa a la historia como un Presidente que no tuvo la capacidad, la inteligencia ni el arrojo para enfrentar una crisis de salud.

Economía, la crisis


MÉXICO tendrá un crecimiento económico en 2020 negativo. Esa es una verdad. La duda es hasta dónde llegará el decrecimiento del Producto Interno Bruto en un ambiente internacional adverso y uno nacional en que la incertidumbre prevalece por la escasa confianza de la Iniciativa Privada en el gobierno.

“‘El triple golpe de las interrupciones de la cadena de suministro y los cierres de los fabricantes de automóviles, el colapso del precio del petróleo y las implicaciones fiscales, así como el considerable distanciamiento social que se espera que aumente en las próximas semanas sugieren desventajas y riesgos para el crecimiento’, informó el banco”, sostiene la revista Expansión citando al banco JP Morgan respecto de México.

Aunque todas las instituciones financieras que han abordado el caso de México coinciden en que el país caerá en recesión este año, sus cálculos sobre el decrecimiento económico son variables. Goldman Sachs prevé -1.6 por ciento; Moody’s, -1.5; Barclays, -2; Banco BASE, -3; Credit Suisse, -4; Bank of America, el más pesimista, -4.5; JP Morgan, -1.8; y Citibanamex, -2.6 por ciento.

Ante la contracción del mercado chino por el coronavirus, se suscitó el enfrentamiento entre Arabia Saudita y Rusia por la reducción de los volúmenes de extracción de crudo para frenar la caída de precios, que Moscú rechazó y orilló a una reacción árabe radical, la saturación de mercados y su consecuente deterioro. Así, la mezcla mexicana de petróleo se precipitó a la baja hasta costar 17.70 dólares el barril, la tarde del jueves reciente, cuando el 2 de enero se cotizaba a 56.14 dólares el barril. Los efectos sobre la salud financiera de Pemex y la abrupta reducción de los impuestos que paga al Gobierno Federal, son factor determinante en la entrada en recesión de la economía nacional.

México resultó afectado de inmediato en otra de sus principales fuentes de divisas extranjeras, el turismo. Aviación, transporte terrestre y marítimo, hospedaje, gastronomía, mercado inmobiliario y empresas proveedoras de esas ramas han caído y se desconoce todavía en qué momento tocarán fondo. Esto obligará a la cancelación de plazas de trabajo. El desempleo cundirá. Fuente relevante de ingresos fiscales, repercutirá en la captación de impuestos.

Con un mercado global a la baja y también camino a la recesión, era imposible el sostenimiento del nivel de paridad del peso frente al dólar. La semana pasada, la divisa verde se cotizó en 24.55 al menudeo, para sumar 13 jornadas consecutivas de retroceso. Al mismo tiempo, el viernes, México y Estados Unidos acordaron cerrar su frontera común a “viajes no esenciales”, lo que tendrá repercusiones económicas negativas.

Y en ese contexto, el viernes el presidente Andrés Manuel López Obrador volvió a las andadas. Dijo que en materia económica “vamos bien, vamos muy bien en lo económico. Tenemos fortaleza”, a pesar del avance del coronavirus, sostuvo. Al mismo tiempo, en otra aberración, llamó a la población de Mexicali a participar en una consulta popular a pesar de la pandemia.

En tanto, Coparmex demandó al gobierno incrementar las medidas sanitarias contra el coronavirus y a ampliar acciones contra los efectos económicos de la pandemia. Reconoce que hay algunas disposiciones correctas, pero insuficientes. Todas las Naciones están tomando fuertes y severas medidas, como las fuertes restricciones a la movilidad, limitar determinados ámbitos de actividad, además de que hay respuestas de los bancos centrales y de las instituciones para articular medidas de apoyo y de soporte a la economía de sus respectivos países.

“En la Coparmex solicitamos a la Administración encabezada por López Obrador a otorgar mayores estímulos fiscales para aminorar y contener el impacto negativo que pueda ocasionar la emergencia sanitaria a las finanzas nacionales, ya que la pandemia del coronavirus Covid-19, comienza a impactar la economía de todos los sectores productivos, pero con mayor énfasis en las Pymes (pequeñas y medianas empresas), que lucharán contra la falta de liquidez”, sostuvo la organización patronal en un comunicado de prensa el martes 17.

Esos son los dos ángulos del problema: la economía y la salud pública. Ninguno parece bien abordado por la administración obradorista. Y el país va en declive. No se sabe cuándo tocará fondo. Pero la recuperación será larga y dolorosa.

Albazo legislativo


EN plena emergencia generada por la pandemia de coronavirus (Covid-19) que azota al mundo y ya comienza a extenderse por México, los Diputados Federales del bloque mayoritario de Morena, PT, PES y PVEM aprobaron diversas modificaciones legales para reglamentar la reelección de Legisladores.

Sin la presencia de la mayoría de los Diputados de oposición, el pasado miércoles, los tribunos oficialistas aprobaron reformas a la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, así como a la Ley General de Partidos Políticos, con el objetivo de reglamentar la reelección continua.

Una vez modificadas esas disposiciones legales, con apenas 254 votos, es decir, tres más de los necesarios para obtener la mayoría, los Senadores podrán ser electos hasta por dos periodos (12 años) y los Diputados Federales hasta por cuatro (12 años también).

Tal medida ha sido considerada un albazo legislativo de los Diputados del lopezobradorismo, pues en este momento, la agenda pública nacional está concentrada en atender la contingencia sanitaria que representa la propagación del coronavirus en el país.

Cierto es que la reelección de Senadores, Diputados y Alcaldes ya había sido incorporada a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos desde 2014, incluso en Colima ya hay un Presidente municipal beneficiario de esa reforma, como el de Cuauhtémoc, Rafael Mendoza Godínez.

Efectivamente dicha reforma constitucional debería reglamentarse antes de que se venza el plazo legal, el próximo 31 de mayo, un año antes de las elecciones intermedias de 2021, si es que la intención es aplicar la disposición en ese proceso electoral.

Pero lo criticable es que los Diputados federales del bloque oficialista, encabezados por el colimense Mario Delgado Carrillo, coordinador de la bancada de Morena, hayan aprovechado el momento de incertidumbre que vive el país, para abordar este asunto sin ninguna discusión.

Al sesionar casi a escondidas de la población, que se encuentra preocupada por otros asuntos mucho más trascendentes, en especial la pandemia, los representantes populares actuaron con oportunismo, mostraron falta de sensibilidad en un momento crítico.

Independientemente de si la reelección de Legisladores es buena o mala, eso tendrá que discutirse en otro momento, a los integrantes de las fracciones de Morena, PT, PES y PVEM no les parece de primera importancia la coyuntura sanitaria que vive México, ante la inminente expansión de la pandemia del coronavirus, de proporciones desconocidas y por tanto incalculables.

Es reprobable la actuación del coordinador de la fracción de Morena y presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, Mario Delgado, al orquestar el albazo, una decisión que podría acarrearle costos políticos.

Por lo pronto, el coordinador de la bancada de Morena y presidente de la Jucopo en el Senado, Ricardo Monreal Ávila, ya adelantó que no aprobarán las reformas legales en materia de reelección de Legisladores; fue enfático al señalar que tampoco habrá una votación fast track como la que protagonizaron sus correligionarios de la Cámara de Diputados.

Antes que hacer previsiones políticas para 2021, el colimense Delgado Carrillo tendría que buscar la manera de apoyar el esfuerzo que deberá realizarse para contener la pandemia en todo el país, poniendo su grano de ayuda en la entidad que lo vio nacer.

Hace unas semanas, el Legislador colimense había anunciado que buscaría una asignación de 25 mil millones de pesos para atender la emergencia, pero luego ya no se supo más de esa loable intención, quizá porque su jefe político, el presidente López Obrador, lo paró en seco.

Como sea, los mexicanos esperan que en estos momentos de crisis, sus representantes populares muestren sensibilidad y colaboren, en el ámbito de su competencia, a proteger la salud de la población y a dejar para después las ambiciones partidistas y personales.