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Maldonado dice



CARLOS MALDONADO VILLAVERDE

¿Y un día después, qué?


Jueves 26 de Marzo de 2020 7:34 am


ALGÚN día terminará la emergencia sanitaria y, lentamente, las cosas volverán a la normalidad. Dicha “normalidad” puede ser mucho más difícil de sobrellevar para unos que para otros. Quienes quedaron sin empleo y tuvieron que recurrir a sus ahorros, enfrentarán una economía deprimida y muy pocas oportunidades de recontratarse. Quienes fueron a paro obligatorio, habrán gastado también sus reservas y el empleo únicamente será seguro si la empresa logró sobrellevar la crisis.

En general, los pequeños empresarios habrán visto minado su capital de trabajo, lo que llevará a cierres de negocios e inclusive a quiebras. Las grandes empresas no estarán exentas de riesgo y, seguramente, veremos casos extremos, sobre todo en el ramo del turismo y las franquicias, pero no habrá sector que no se vea afectado.

El comercio mundial se ha venido ralentizando frente a la crisis actual, tal y como podemos ver en la enorme reducción de flujo de mercancías en el puerto de Manzanillo. Empresas habrá que queden enormemente sobreinventarias, en tanto otras adolecerán de materia prima o productos para realizar su actividad. En Colima, el sector terciario será el que más sufra los embates de esta ola.

¿Cómo prepararse para el ramalazo económico subsecuente? Además, ¿cómo puede hacerlo el Gobierno de Colima y los gobiernos municipales sin demasiados recursos? El Gobierno Federal, fiel a la política populista del Presidente, anuncia 10 mil millones de pesos para apoyar a un millón de micronegocios en el país. Suena mucho, pero no son sino menos de 3 meses de salario mínimo por cada uno de los changarros apoyados. Este tipo de “apoyos” resultan casi siempre en que el dinero se diluye en el camino, en tanto los supuestos beneficiarios reciben menos y les resulta insuficiente para reflotar su pequeño negocio. Piensen, por ejemplo, en una tienda de abarrotes, pequeña, desde luego. Su inventario, sin duda, rebasa con mucho los 10 mil pesos que el gobierno pretende ¿prestar?... ¿entregar como apoyo?...

Vamos ahora con los artesanos, con los prestadores de servicios, con los pequeños talleres industriales, carpinteros, herreros, talabarteros… ¿No es mejor que soliciten lo que requieren para llevar a cabo un plan de negocios en el que se pueda ver la factibilidad de éxito? ¿Cómo podrían decidirse a reactivar el empleo en sus negocios, si no cuentan con los recursos para el arranque y soportar las primeras semanas (o meses) antes de empezar a tener un flujo positivo de recursos?

Sin duda, los proveedores deberán de ampliar su cartera de crédito, sobre todo para cobijar a quienes han sido tradicionalmente sus clientes, aquellos que les dan garantía por su capacidad de producción y ventas, aunque en el momento no tengan flujo de efectivo. Ese proceso puede y debe ser tutelado por los mecanismos de financiamiento del estado –como el Sefidec– para que el aprovisionamiento no vacíe las bodegas de los proveedores sin que haya también para ellos un flujo de recursos que les permita resurtir. El compromiso y el esfuerzo deben ser de todos.

Visto así, tenemos necesidades de financiamiento y apoyo por sectores productivos, lo que debe ser planeado ya y atendido por la Sefome, para tener una respuesta precisa, eficiente y efectiva al término de la crisis. Una para el sector comercio, otra para el sector industrial, agrícola, de transporte, logístico, otra para el sector de servicios, otra para la industria de la construcción y así, para cada una de las partes que integran la fortaleza económica de Colima.

Dotados de la “energía” necesaria para reactivarse, el esfuerzo de los empresarios será –como siempre– comprometido y solidario. Queremos amanecer el día de la libertad y salir a las calles a ver comercios abiertos, talleres llenos de actividad, restaurantes con las cazuelas humeantes, taxistas, camioneros, todos los empresarios de Colima y sus trabajadores regresando felices a laborar como siempre lo hemos hecho, ganándonos el pan con el sudor de nuestra frente y con una permanente sonrisa en los labios. Solamente así, podremos presumir de haber derrotado al coronavirus.


carlos.maldonado.v@hotmail.com