Cargando



Escenario político



GABRIEL GONZÁLEZ CASTELLANOS

Insisten


Viernes 27 de Marzo de 2020 7:30 am


EL mundo capitalista, al servicio de la oligarquía financiera, muestra serios daños en su estructura que entorpecen el desarrollo social, entendido como el desarrollo de la gran mayoría de la población. En momentos críticos, se agudiza la centralización del capital, es decir, la riqueza se concentra cada vez en menos manos, mientras que la miseria se extiende a más sectores sociales que se arruinan en estos procesos.

Ello provoca fenómenos difíciles para la sociedad, y los efectos los resienten los sectores sociales alejados de la acumulación del capital. En tal sentido, la gran mayoría de mexicanos nos vemos inmersos en situaciones económicas angustiantes, ante el constante deterioro de nuestras condiciones de vida, de por sí, ya muy precarias en los más de 50 millones que viven en la miseria.

Al mínimo evento, los señores del dinero motivan la especulación y trastocan las Casas de Bolsa, como pernicioso procedimiento para enriquecerse: arruinan a empresas menores o son absorbidas por las transnacionales, aumentan las tasas de interés, deterioran la cotización dólar moneda nacional, impactan en los precios de crudo, los presupuestos nacionales se tornan insuficientes y se vulneran los programas de atención social y de obra pública.

Y sí, en el desarrollo del evento y al finalizar éste, se exhibe todavía el severo descalabro de las economías en las sucesivas fases de las crisis económicas. Así, hay países que durante meses y años requieren responder a situaciones especiales de producción, comercialización y abasto de bienes materiales, hacinados por la sujeción a la estructura económica de las fuerzas del mercado.

Ante la pandemia del Covid-19, la oligarquía financiera hace lo suyo e incluso ha obligado a las Casas de Bolsa a suspender actividades cambiarias por un lapso de tiempo, por la magnitud de la especulación y de sus fenómenos inherentes. De tal magnitud es la “solidaridad y humanismo” de los magnates financieros, a quienes la vida humana les importa un carajo.

Esa élite de multimillonarios tienen sus peones nacionales y locales en calidad de “aliados”, apologistas y de actores políticos. Durante los últimos seis gobiernos neoliberales, los empresarios fueron los consentidos de los regímenes tecnócratas, beneficiándose con las acciones de gobierno. Décadas, en que sus dóciles representantes de la clase política, incrustados en los gobiernos neoliberales, implementaron múltiples mecanismos para facilitarles la acumulación de la riqueza.

Políticamente, el empresariado es conservador y opuesto al desarrollo de las condiciones de vida de la inmensa mayoría de mexicanos, pues su penuria es la condición necesaria para su enriquecimiento. Acorde con su naturaleza reaccionaria, la casta empresarial se identifica con las fuerzas políticas que en conjunto se oponen a las nuevas políticas públicas que desarrolla el gobierno de la 4T.

Ahora hay empresarios que exigen “rescates”, con el usado argumento de conservar los empleos y no despedir trabajadores. Son los mismos que evaden impuestos o que los tecnócratas se los condonaban, que no se aceptan que hay otro gobierno que le da distinto destino a los recursos del erario público.

Por ello, siguiendo su tradición histórica, la propuesta de plan de acción que hacen los Senadores panistas, sólo buscan beneficiar al gran capital y sus esbirros nacionales. Buscan debilitar la Hacienda pública y dejar sin recursos al gobierno de la 4T, para que no pueda afrontar las demandas sociales y que la crisis mundial impacte más en el país.

Así, con esas condiciones, un evento integral es utilizado para golpear y acentuar su escalada de ataques al nuevo gobierno popular. No les importa la pandemia, pues su asunto es querer retornar al poder. Son, en expresión bíblica: sepulcros blanqueados.

Estamos en fase 2, coadyuvemos siguiendo las instrucciones que nos dan.