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Crisis sin líder


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Jueves 02 de Abril de 2020 7:50 am


INMERSO en su obsesión por las giras, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha omitido convertirse en el líder nacional necesario en el combate a la pandemia de coronavirus que comienza a extenderse en México.

Ausente en la declaración de Emergencia Sanitaria, dejó en varios subordinados la indispensable labor de dar la cara a la población. Era de esperarse que él mismo presentase la declaración y hablara a los mexicanos sobre la importancia de la disposición gubernamental, los ordenamientos que contiene y los beneficios de una medida dura pero necesaria, indispensable.

Su lugar lo tomaron el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard; el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, y el titular de la Secretaría de Salud, Jorge Alcocer, sin trascendencia éste, igual que la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero. López-Gatell Ramírez ha conducido la estrategia de combate y la información a la población, en tanto Ebrard Casaubón jugó el papel presencial que debió tener el Presidente. Este último, se ha mantenido en segundo plano, dejando la impresión de que no le importa lo suficiente la crisis sanitaria a que se encamina el país.

El Gobierno Federal procedió correctamente al declarar la Emergencia Sanitaria, sin embargo, debió hacerlo antes para que los beneficios fueran mayores. Se trata, sobre todo, de la reclusión de la población –la que puede– en sus casas para mitigar el contagio. Entrado ya México en la fase 2 de la pandemia, falta una aplicación más estricta de medidas de control.

Personalmente, López Obrador se ha opuesto a esas medidas, e incumplido también. Durante las semanas previas, recomendó a la población salir a las calles –“yo les voy a decir cuándo se queden en casa”–, consumir en fondas y mantener una vida normal, como si la pandemia no existiera ni estuviera tocando a las puertas de México. También se rehusaba a suspender el trabajo del Gobierno Federal, aseguraba que el país estaba blindado contra la pandemia y priorizó durante mucho tiempo la economía sobre la salud del pueblo.

Tajante, se ha negado a otorgar estímulos fiscales a las empresas y apenas aprobó subsidios por 25 mil millones de pesos a un millón de microempresas (hay 5 millones en el país); el SAT no sólo se niega a dar plazos largos para el pago de impuestos, sino que persiste en la fiscalización de empresas. Por lo contrario, se ha obligado al cierre temporal de miles y miles de empresas, que no podrán resistir muchas de ellas sin respaldo gubernamental.

Además de no ayudar a las grandes y medianas empresas, sigue mandando mensajes de condena a la inversión privada, como fue la revocación –mediante una farsa de consulta popular– de la construcción de una planta cervecera en Mexicali, cuando con todos los permisos en regla, avanzaba ya sobre 60 por ciento de la inversión, esto es, 900 millones de dólares.

La congruencia no es una de sus virtudes políticas, pues mientras atosiga a las empresas privadas mexicanas, demanda que el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial condonen la deuda exterior mexicana y de los países latinoamericanos para ayudar así a combatir la pandemia. Candil de la calle y oscuridad en su casa.

Dadas tales circunstancias, en la crisis sanitaria el líder en la coyuntura ha sido López-Gatell, sea porque a López Obrador no le interesa asumirse como tal o porque trata de salvaguardar su imagen política ante el desastre sanitario que podría ocurrir en las semanas por venir.

Varios Gobernadores han tomado la vanguardia en sus estados y apenas esta semana ocurrió el primer encuentro de coordinación con el Gobierno Federal, mediante teleconferencia, de 29 Mandatarios con la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero.

En tanto, el 18 de marzo pasado, la Cámara de Diputados aprobó, a propuesta de Mario Delgado Carrillo, coordinador de la banca de Morena y presidente de la Junta de Coordinación Política, la creación de un Fondo para la Prevención y Atención de la Emergencia (sanitaria) por 180 mil millones de pesos que ejercería el Gobierno de la República. Originalmente, había planteado 25 mil millones.

En suma, todo mundo trabaja y aporta desde su ámbito al combate al coronavirus, mientras el Presidente se mantiene alejado, disgustado porque le demandan suspender las giras (continuará el próximo fin de semana por Morelos) y culpando, como siempre, “a los conservadores” de pretender que se recluya en su casa para entonces esos fifís, “tomen el poder”, según versión de López Obrador. En ese nivel se encuentra quien debiera ser el líder nacional en el combate a la pandemia.

Redoblar esfuerzos


A partir de que el Gobierno Estatal declaró la Emergencia Sanitaria, el 18 de marzo, por la inminencia o probabilidad de que la pandemia del coronavirus llegara a Colima, como finalmente sucedió, se han realizado múltiples acciones y ejecutado diversas medidas para proteger a la población.

Las autoridades locales emitieron la Declaratoria 12 días antes que el Gobierno Federal, que apenas hizo lo propio el pasado 30 de marzo. Ese tiempo sirvió a la administración estatal para implementar una estrategia de respuesta y contención contra el nuevo virus.

Antes que muchos otros estados de la República, en Colima se suspendieron las clases en todos los niveles educativos, se instalaron filtros sanitarios en los accesos al territorio estatal y se recomendó a la población resguardarse en sus hogares, tras el cierre de muchos comercios y empresas.

Igualmente, las dependencias del sector salud y otras instituciones, se abocaron al diseño de una estrategia que, llegado el momento, permita afrontar con mayor fortaleza la fase de los contagios comunitarios en Colima, es decir, cuando se incremente el número de casos.

La pronta actuación del gobierno que encabeza José Ignacio Peralta Sánchez tiene, hasta el momento, a Colima, como la entidad con el menor número de casos de coronavirus en todo el país, con únicamente tres pacientes confirmados, con antecedente de viaje al extranjero. Dos ya se recuperaron, entre ellos una mujer.

Para una siguiente etapa, en la que es previsible un incremento de los contagios, el Gobierno Estatal debe ajustar las acciones que promovió las dos semanas anteriores, así como revisar con mayor detalle la infraestructura sanitaria disponible en la entidad, para detectar y resolver las insuficiencias.

De acuerdo a la Secretaría de Salud, en el estado hay 694 camas de hospital, pero solamente 29 de ellas corresponden al área de cuidados intensivos, donde tienen que ser atendidos los pacientes que presentan complicaciones graves por el coronavirus.

Actualmente, el sistema sanitario local cuenta con 94 ventiladores para proporcionar respiración asistida a los pacientes que lo requieran. De ese total, 58 unidades están funcionando y los 36 restantes se encuentran en mantenimiento; además de que recientemente se adquirieron otros 30 aparatos.

En una reunión que sostuvo el lunes pasado con autoridades de diversas instituciones de salud en el estado, el gobernador José Ignacio Peralta Sánchez adelantó que se invertirá en equipamiento e infraestructura hospitalaria, con la finalidad de hacerle frente a la pandemia.

Dicha inyección de recursos es necesaria y urgente, pues la capacidad del sistema sanitario local podría resultar insuficiente, si los casos se disparan en Colima, sobre todo los que requieren de una atención en terapia intensiva.

Hace bien el Mandatario estatal en destinar un mayor presupuesto al área de salud, pero igualmente es correcto que exija lo mismo al IMSS y al ISSSTE, toda vez que se requerirá el apoyo permanente del Gobierno Federal para salir de esta crisis.

Mientras que en el rubro epidemiológico, el gobierno de Colima ha tenido un desempeño plausible, toda vez que luego de confirmar dos casos importados de Covid-19, la Secretaría de Salud se dio a la tarea de realizar una exhaustiva tarea de monitoreo de los contactos, para atajar la propagación.

Solamente pudiera recomendarse que en los filtros sanitarios, colocados en los accesos a la entidad, tendrían que endurecerse las medidas de revisión a quienes ingresan a Colima, con el objetivo de localizar y canalizar a personas con síntomas de enfermedad.

Vienen días claves, en los que autoridades y sociedad deben realizar su mayor esfuerzo para enfrentar la emergencia; en Colima, hasta ahora, se ha procedido correctamente, es tiempo de redoblar las acciones y destinar todos los recursos necesarios a la atención de la pandemia, en este momento no existe asunto más importante que preservar la salud y la vida.

Lucro político


A la delegada estatal de Programas para el Desarrollo, Indira Vizcaíno Silva, no le importaron las Declaratorias de Emergencia Sanitaria emitidas por el Gobierno del Estado y el Gobierno Federal, ya que el martes de esta semana reunió a decenas de personas en el municipio de Coquimatlán para entregarles apoyos sociales, sin respetar en ningún momento la indicación de la sana distancia.

El pasado lunes por la noche, el Consejo de Salubridad General emitió la Declaratoria de Emergencia Sanitaria “por causa de fuerza mayor” para mitigar la transmisión de Covid-19. Entre las indicaciones, se insistió en no salir a la calle, quedarse en casa, no realizar eventos masivos de más de 50 personas y respetar la sana distancia.

Al día siguiente, el martes, adultos mayores y jóvenes se dieron cita en la Casa de la Cultura de Coquimatlán para recibir de manos de Indira Vizcaíno el subsidio que envía el Gobierno Federal y no se vio que en algún momento se tomaran medidas de sanidad por esta emergencia.

Ante la contingencia del coronavirus, el gobierno de José Ignacio Peralta Sánchez y la presidenta del DIF Estatal, Margarita Moreno González, han estado entregando despensas y apoyos diversos a personas vulnerables, pero lo han hecho acatando las recomendaciones de la Secretaría de Salud, cuidando todos los protocolos sanitarios, han acudido directamente a las casas de los beneficiarios a dejárselas. Eso es lo que se debe hacer, no especular con la emergencia sanitaria y menos aprovecharse de la pobreza y la condición de vulnerabilidad que enfrentan cientos de familias en el estado.

Se dice que “La palabra convence, el ejemplo arrastra”, y eso es lo que sucede con Indira Vizcaíno, quien ve al presidente Andrés Manuel López Obrador realizando permanentes giras a los estados y entregando apoyos, por lo que a ella se le hace de lo más normal acudir personalmente, reunir a numerosos grupos de personas y entregar esos beneficios que son producto del dinero de nuestros impuestos. Sin embargo, vale la pena aclarar que Indira no es Andrés Manuel.

Es más grande su ambición política y por ello le vale un cacahuate exponer a la gente al contagio, a los jóvenes, a los adultos mayores, a quienes cita en los municipios para entregarles las becas y pensiones. Sabe que a pesar de que la gente conoce el riesgo, por la misma necesidad económica va a acudir y ella podrá lucirse entregando dinero que no es de ella, sino producto de la riqueza que todos generamos.

Estas ayudas que manda el Presidente, Vizcaíno Silva quiere capitalizarlas con miras a su postulación al Gobierno del Estado en las elecciones del próximo año, sin embargo, le va a salir el tiro por la culata. Desde que llegó al cargo, se ha aprovechado de esa posición y la utiliza para sus ambiciones políticas personales. Es pública y manifiesta su actividad proselitista con recursos del erario gubernamental, sin que hasta ahora nadie le haya puesto un freno y menos la haya sancionado.

Una vez que pase esta contingencia sanitaria, los colimenses van a recordar la ambición política desmedida de la funcionaria. Su avaricia por la postulación al Gobierno Estatal la ha llevado a estos extremos, a especular con la pobreza de la población en medio de la emergencia de salud.

Con el mayor cinismo, la funcionaria se placea, se sabe impune, pues no obstante el cúmulo de denuncias que hay en su contra, inclusive penales, no le hacen nada. Ella es el ejemplo más acabado de que con el nuevo régimen, con la 4T, nada ha cambiado. Es una funcionaria que abusa del cargo, que ha cometido delitos y, sin embargo, tiene el manto protector del sistema gubernamental, como lo tuvieron priistas y panistas corruptos en el pasado reciente.

Lo peor es que los funcionarios y representantes populares ven lo que está haciendo y ninguno le marca un alto, ¿dónde están la secretaria de Bienestar, María Luisa Albores, y el coordinador de los delegados estatales y regionales del Gobierno Federal, Gabriel García Hernández, superiores de la Delegada Estatal; así como las senadoras Xóchitl Gálvez y Josefina Vázquez, y la diputada federal de Morena, Claudia Yáñez Centeno y Cabrera, que la denunciaron?

El gobernador José Ignacio Peralta debería exigir a la ex Alcaldesa que le pare a su proselitismo y no ponga en riesgo de contagio a la población.

Es deplorable la actitud de Indira Vizcaíno, a quien solamente le interesa el lucro político, no le importa poner en peligro a los adultos mayores que forman parte del grupo de más alto riesgo al que en estos momentos se debe proteger contra el Covid-19, sobre todo porque la mayoría padece enfermedades crónico-degenerativas y en ellos el virus es más letal.

El presidente López Obrador ha pedido en reiteradas ocasiones que se proteja a los adultos mayores, y en Colima, la Delegada Estatal no le hace caso, lo ignora olímpicamente, pues ella sigue trabajando para su proyecto político. En medio de esta tragedia humana, Indira ya demostró que está dispuesta a sacar la mayor raja política aun cuando vaya de por medio la salud y la vida de las personas.

A la postre…


UNA muy buena noticia en medio de tantas malas que se han tenido en días recientes, es la alta médica para los dos primeros casos confirmados de Covid-19 en Colima.

La Secretaría de Salud del Gobierno del Estado ratificó el lunes pasado lo que había informado Diario de Colima sobre la recuperación de estos dos pacientes, un hombre, alemán, de 46 años de edad, y una mujer, de Cuauhtémoc, de 34.

Ambos casos fueron asintomáticos y se recuperaron en lugares privados. No fue necesario hospitalizarlos y ahora, ya dados de alta, se mantienen respetando las medidas de la Emergencia Sanitaria.

Con esta excelente noticia, se confirma que esta pandemia que tiene en jaque al mundo entero, se está combatiendo y lo importante es que el virus no es necesariamente mortal, aunque su letalidad sí sea alta.

Nos debe llenar de esperanza y satisfacción a los colimenses que se haya dado esta noticia y que ambas personas hayan sido dadas de alta, después de acatar las disposiciones de las autoridades sanitarias.

Como señalamos, en estos tiempos aciagos una buena noticia es bienvenida, sobre todo por tanta información, buena y mala, con la que nos están bombardeando a diario, principalmente en redes sociales.

La recuperación de estos dos pacientes debió ser difundida en mayor escala por parte del Gobierno del Estado, precisamente para hacer contrapeso a tantas malas noticias, que lamentablemente son las atendidas y difundidas por la mayoría de la población, más que las positivas.

Hasta antier, luego de esa información, Colima estaba libre de casos de Covid-19, pero la misma noche del martes se informó de un nuevo caso positivo, un hombre mayor de 65 años que está hospitalizado, al parecer párroco.

Es muy importante respetar la Emergencia Sanitaria y mantenerse en casa el tiempo indicado por los Gobiernos tanto Federal como Estatal.

Lamentablemente en Colima, aunque la mayoría está respetando el aislamiento social, el lunes pasado se notó un movimiento mayor de personas en el centro de la ciudad.

Quizá los animó el anuncio hecho días antes por el alcalde Leoncio Morán Sánchez de que el lunes podrían abrir negocios que no estuvieran restringidos, en lo cual tiene la razón legal, sin embargo, no es lo conveniente ni lo recomendado. Ese día el Gobierno Federal decretó la Emergencia Sanitaria.

Las autoridades deben estar en concordancia y no enviar mensajes contradictorios y la sociedad debe respetar el aislamiento.

Morán Sánchez tiene que pensar en estos momentos en la salud de los colimenses y no en las consecuencias políticas de sus actos o anuncios. Se debe insistir hasta el cansancio: Hay que quedarse en casa hasta que pase la contingencia y aún después acatar las disposiciones de las autoridades de Salud, de lo contrario, podría haber muchos contagios.

Estamos ante un hecho inédito y a pesar de las proyecciones sobre el coronavirus, nadie sabe con exactitud lo que pasará, por eso hay que atender las recomendaciones. En el caso de la educación, a inicios de semana se dispersaron rumores (otra vez en redes sociales), de que se perdería el año escolar, lo que hasta el momento han negado tanto la SEP como la SE de Colima.

Bien por la API que en plena contingencia lanza sus convocatorias del concurso infantil “Reinventando el Planeta” y el concurso artístico “El Mar y su Entorno”. La vida sigue y a pesar de la pandemia todos debemos buscar la forma de continuar y este tipo de acciones contribuyen a seguir la vida.

Otro sector donde hay progreso a pesar de todo, es el de los salineros que este año esperan producir 37 mil toneladas de sal de Cuyutlán, con lo que superarán las 33 mil del año pasado.

Están trabajando bien en la cooperativa presidida por Mario Jiménez Cárdenas y ésta es otra buena noticia de un importante sector productivo de la entidad.

En una videoconferencia que 22 Gobernadores sostuvieron con la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, y otras autoridades federales, José Ignacio Peralta Sánchez pidió apoyos para el sector productivo de Colima ante la situación económica que provoca la pandemia.

También externó su preocupación por que los planes de reconversión hospitalaria del IMSS e ISSSTE están hechos con cálculos de contagio muy bajos y eso puede generar problemas en el estado. Ojalá y ambos planteamientos sean atendidos por el Gobierno de la República.