Cargando



En Solfa



HÉCTOR SÁNCHEZ DE LA MADRID

Gobernar, no pelear


Miércoles 13 de Mayo de 2020 7:38 am


EN tiempos difíciles, como los que estamos sufriendo, es cuando las personas sacan lo mejor de sí mismas para ayudar a quienes están en desgracia, tal es el caso de los empresarios, el Tecnológico de Monterrey y la Fundación BBVA que donaron 13 mil 99 kits al Hospital Regional Universitario de Colima, así como a los Hospitales Generales de Manzanillo y de Tecomán, para “resguardar la integridad y el cuidado del personal médico” de los efectos del Covid-19.

Un caso contrario es el del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien el viernes reciente en su aparición mañanera arremetió contra los médicos, a quienes acusó de “mercantilistas” y los tildó de interesarse en el dinero y no en la salud de los pacientes, provocando la reacción de al menos 21 federaciones, colegios, sociedades, asociaciones y organizaciones de especialistas que le exigieron una disculpa pública y el derecho de réplica en el mismo espacio.

El Mandatario declaró ese día que durante el periodo neoliberal los médicos se convirtieron en “mercantilistas de la salud”, que “sólo buscaban enriquecerse y cuando llegaba el paciente lo primero que hacían era preguntarle: ‘¿qué tienes?’. ‘No, pues es que me duele acá, doctor’. ‘No, ¿qué tienes de bienes?’”. La cita fue injusta, imprudente e inoportuna, sobre todo cuando los profesionistas de la salud se están jugando la vida para atender a los enfermos de coronavirus.

Ante la respuesta mediática que le soltó el gremio de la medicina desde el día en mención, no le quedó de otra al Presidente que ofrecer este lunes una disculpa pública, en la que negó haber dicho lo que dijo, acusando de tergiversar lo que señala y prometiendo hablar más despacio para que no vayan a utilizar algo en su contra porque “me están viendo hasta con microscopio, escudriñan todo lo que hago”, autocalificándose como microbio. Se le olvidó que está videograbado.

La conducta del Mandatario es altamente preocupante, ya que en vez de unir a los mexicanos en el combate al Covid-19, se la pasa desobedeciendo las medidas ordenadas por su encargado de la contingencia, tratando de meter iniciativas para aumentar su control sobre el Presupuesto, nombrando delegadas de Salud en cinco estados del centro y sureste, así como agrediendo a los salvavidas del país y de él mismo, como lo señaló mi hija Paty en su columna Sentido común.

Ya casi transcurre mes y medio de la declaración de la Emergencia Sanitaria y el titular del Poder Ejecutivo no ha entendido la crisis espantosa que atravesamos y la función preponderante que le toca desempeñar, que es unificar los esfuerzos de todas y todos, de conjuntar el trabajo de las y los ciudadanos, de dejar para después las diferencias y los pleitos políticos para canalizar la capacidad, los conocimientos y el corazón para ayudar a quienes más necesidades tienen.

Nadie sabe cuándo ni cómo saldrá el país de la pandemia, menos cuántas personas serán víctimas del terrible virus, ni tampoco el número de millones de mexicanos que caerán en una situación paupérrima en la que muchos perderán sus negocios y bastantes más sus empleos, por eso considero irracional e irresponsable que el dirigente máximo del país se haga el gracioso con sus chistoretes sangrones o peleándose con quien arriesga su integridad para salvar vidas.

Por más que me empeño en encontrar aciertos de lo que hace o dice López Obrador, por más objetivo y razonable que lo observe y escuche, no puedo hallar sus logros, la frase correcta, el aplomo, el equilibrio, el discurso conciliador, el llamado a la unidad, a la cordura, a trabajar juntos para construir un México mejor, más justo, más fuerte, más rico, más igualitario que el que tenemos y empezamos a formar entre todas y todos los mexicanos desde antes de la Conquista de 1521.

Y si en el Poder Ejecutivo no localizo algo benéfico para la comunidad que de verdad ayude a la gente, particularmente a los pobres, para que dejen de serlo algún día y vivan mejor que durante el “neoliberalismo” y ahora, tampoco ubico en las Cámaras de Diputados y de Senadores las decisiones y posiciones positivas y dignas de los Legisladores de Morena, transformados en tapetes del Presidente de la República, convertido de facto en el jefe máximo de los dos Poderes federales.

El Poder Judicial es el único que se ha mostrado independiente y autónomo, al invalidar el lunes reciente la aberrante reforma del Congreso del Estado de Baja California que ampliaba de 2 a 5 años el mandato del lopezobradorista gobernador Jaime Bonilla. Arturo Zaldívar, presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, afirmó: “Se llevó a cabo toda una maquinación, a través de la cual, se pretendió burlar la voluntad popular, usando la Constitución (estatal) para violar la Constitución (federal)”.

Ya basta de pleitos, de confrontaciones, de divisiones entre las y los mexicanos, originados y provocados por el presidente Andrés Manuel, que se obstina en cambiar a México desde sus raíces, lo cual es innecesario y pocos quieren, pues lo que se requiere únicamente es quitarle lo malo, lo que no sirve, lo que no funciona desde hace varias décadas. Si al político tabasqueño no le gusta nuestro país, entonces que se vaya, si no puede gobernarlo y mejorarlo por las vías constitucionales y democráticas.