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Psico-tips



GERARDO OCÓN DOMÍNGUEZ

Buena suerte


Domingo 17 de Mayo de 2020 6:51 am


LA mayoría de las personas hemos participado en algún juego de azar o hemos apostado en algún evento deportivo. También hay personas que religiosamente compran su boleto para algún sorteo nacional o local con alguna amistad. Como se trata de un negocio, un reducido porcentaje gana en cada sorteo y, muy excepcionalmente, alguien gana de manera frecuente, pero no regularmente. Muchos creen que se necesita suerte o el favor de los dioses, los santos, la intervención del universo, del karma o algún poder místico que nos otorgue un beneficio extraordinario. Sí, extraordinario. No le podemos llamar suerte suficiente si sólo nos encontramos una moneda. A no ser que sea la moneda del valor exacto que nos hacía falta para pagar la tarifa del autobús que nos lleva hasta casa.

Pero un marcado contraste en un golpe de mucha suerte, sería ganarnos el premio mayor de la lotería, que consta, en ocasiones, de varios cientos de millones de pesos. El premio tiene un requisito casi imperdonable: comprar un boleto de participación.

Ahora bien, como en muchas ocasiones, estamos disertando sin aclarar. La primera cuestión que hay que definir es el concepto de suerte. ¿Qué es? Para efectos de este artículo, la (buena) suerte puede ser definida como el resultado positivo de un suceso poco probable. Para clarificar más esto me gustaría establecer un ejemplo. En un juego de volados con moneda, sería una suerte ganar en ocho de 10 lanzamientos, incluso este suceso llega a pasar cuando la moneda, debido a que la densidad, es ligeramente variable en todas las monedas. Algunos apostadores incluso cargan su “moneda de la suerte” que, ahora sabemos, está más cargada hacia una cara y es por eso que cae, la mayor de las veces, de un lado.

Entonces, ¿qué es tener suerte? Comprar un billete de lotería cada semana y ganar, para empezar, y por poner un plazo, cuando menos lo que se ha invertido más el 10 por ciento, en un periodo de un año. Menos que eso, es recuperación. Aunque como está la vida, recuperar lo perdido es un gran golpe de suerte. Otro caso práctico sería encontrar una moneda (o billete) tirado por la calle, cada que uno saliera a la calle. Ejemplos podemos poner mil o un millón.

¿Existen personas suertudas? ¿Existen personas salitrosas o saladas? Conocemos, supongo yo, personas en cada familia que viven en polos opuestos: las que ganan en casi todo, casi nunca pierden, encuentran cosas, les regalan cosas, encuentran ofertas raras; en pocas palabras, les va bien. Por otro lado, viven las personas que les pasan todas las tragedias, pierden dinero que se les cae de las bolsas, extravían la cartera, tienen accidentes.

Hace mucho leí acerca de una investigación. Citaron tanto a personas que se sentían con buena suerte, como personas que se sentían con mala suerte. Los sentaron en una sala de espera y a todos les dieron un periódico con un anuncio en el que se leía “Felicidades, has ganado 50 dólares”. Con más frecuencia lo encontraron las personas del grupo que se autodenominaban suertudos. A contrario sensus, en el grupo de personas desafortunadas fueron pocas las que encontraron accidentalmente el anuncio.

¿Qué quiere decir esto? La suerte puede ser como un resultado del azar, hasta podemos tener explicaciones de fe, superstición o como la organización sobrenatural de los sucesos afortunados. En cuanto a la psicología, parece más bien una actitud ante la vida: mantenerse a la expectativa y con los ojos bien abiertos ante cualquier oportunidad. Evaluar las posibilidades para poder tomar una decisión informada ante cualquier circunstancia y estar preparado para lo peor, esperando lo mejor.

O como diría un gran amigo: “Suerte es levantarse temprano, prepararse, estudiar, trabajar duro, dar lo mejor de ti y cobrar bien”.

El pesimista ve en la lluvia un día gris, un día triste, un día perdido. El optimista ve una pista de baile, ve ríos rejuvenecidos, ve vida. La suerte es… más una actitud que un favor de los dioses.


*Psicólogo