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Justicia ciega



MANUEL AHUMADA DE LA MADRID

¿Un salto evolutivo?


Jueves 21 de Mayo de 2020 7:33 am


HÉROES sin capa, el personal médico en México que ha tenido que mirar de frente al nuevo coronavirus y batirse cual guerreros para intentar salvar vidas, ahora deben lidiar además, con la violencia de algunos animales con cuerpo de humanos, al ser víctimas de agresiones e incluso homicidios. Y por si fuera poco, hasta el Presidente de México les tundió, aunque posteriormente aclaró que se refería a aquellos, que sí los hay, que cobran fortunas, sin escrúpulos, por sus servicios médicos. Afortunadamente no son mayoría y hay muchos que arriesgan su vida e incluso mueren por atender la de otros. Hacen bien en aplaudirles, cantarles y darles las gracias, pero mejor harían los gobiernos si en el futuro se destina más dinero de impuestos a mejorar los sistemas de salud pública, sobre todo en aquellos cuyas deficiencias salen a flote ahora en medio de la crisis sanitaria.

Pero si bien el personal médico y sanitario, entre otros, se llevan las palmas, es justo reconocer que la pandemia nos ha dado momentos de dolor pero también de asombro al ver cómo la naturaleza retoma sus espacios y la contaminación disminuye. Volver a las actividades normales implicará de nuevo continuar con la erosión ambiental. Mientras que el sobrecalentamiento global es tan real como el coronavirus y sus efectos en la salud, en algunos casos mortales necesitamos dar un salto evolutivo, aunque sea un pequeño brinco para buscar energías limpias que contaminen menos y minimicen esos efectos de gases de invernadero que nos están llevando camino a cosas peores, si no tenemos la capacidad de revertir el daño. Lo preocupante es que algunos de los líderes mundiales y gobernantes se aferran a no creer en el cambio climático o a ignorarlo, en aras de mantener una industria que afecta el entorno, pero que deja muchas ganancias. Si la enorme cantidad de videos de cielos limpios y animales salvajes en las ciudades no nos hacen recapacitar, tal vez ninguna enfermedad, viral o bacterial evite encaminarnos a una extinción segura, como lo decía ya Greta Thunberg, la niña ícono del cambio climático. Ahora es cuando, y sin embargo, parece que todavía nos aferramos a un pasado que no nos conducirá por buenos caminos.

En el otro aspecto que requerimos como especie dar un brinco evolutivo social, se encuentra la generación y distribución de la riqueza, ya que durante décadas tras la Segunda Guerra Mundial, con la famosa Guerra Fría, operaron dos sistemas económicos e ideológicos opuestos, el comunismo y el capitalismo, los cuales parece que agotaron sus alcances a finales de la década de los años 90, no sólo con la caída del Muro de Berlín, el bloque soviético y la desintegración de la URSS, sino con la enorme desigualdad social en la distribución de la riqueza generada por sistemas capitalistas plagados de corrupción, o por una deliberada mínima intervención estatal que tiene a individuos exageradamente ricos frente a millones de pobres o a fraccionamientos de super lujo en algunas ciudades colindando con cinturones de miseria.

Hasta hoy, nadie ha dicho que un sistema económico e ideológico sea mejor que otro, a pesar del supuesto fracaso del comunismo soviético, pero con el surgimiento, por otro lado, de la potencia asiática de China. Sin embargo, es evidente que socialmente ambos sistemas político-económicos no han hecho del ser humano algo más evolucionado. No se trata, desde luego, de que todos sean pobres y que los empresarios sean malos; o por el contrario, de que todos seamos ricos, pero a la par del cuidado del medio ambiente se debe pensar en un futuro humano más equilibrado en cuanto a su estratificación social y sus niveles de bienestar más uniformes, aunque no iguales, donde los extremos sean menos insultantes.

Esto podría comenzar a construirse a partir de este impasse que nos ha dado el Covid-19, ya que las relaciones económicas y tal vez de política mundial tendrán forzosamente que sufrir cambios y se espera que sea para mejorar y no para aumentar el sufrimiento de millones. No podemos imaginar un ser humano en evolución sin solucionar estas dos grandes disyuntivas, la del cuidado del medio ambiente y la del cuidado del semejante, aunque eso tal vez tome décadas o siglos, en vez de meses, o tal vez no.