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Lucro con pandemia



LUNES POLÍTICO


Lunes 01 de Junio de 2020 7:46 am


“EXISTE un fondo para estabilizar el presupuesto de los gobiernos estatales y Hacienda les va a entregar ese fondo, es un extra a lo presupuestado y hay unas reglas de operación de ese fondo para que se entregue, creo que cada 3 meses y me consultó el secretario de Hacienda si se podía modificar la regla para proceder de inmediato a entregar los recursos”, afirmó el presidente Andrés Manuel López Obrador en su conferencia matutina del miércoles 27 del mes pasado.

Con ese dinero, los Gobernadores podrán solventar gastos provocados por la pandemia y evitar créditos que, a falta de fondos, iban a contratar en la emergencia. Desde la semana pasada, según información de la Secretaría de Hacienda, se comenzarían a transferir tales recursos financieros que forman parte de un fondo que debe entregarse trimestralmente, aunque esta vez se dará completo.

Hasta ahora, ese dinero permanecía en las arcas de Hacienda, lo que revela que al menos durante el primer trimestre del año, de enero a marzo, no se trasladó el dinero. Gobernadores de muchos estados, entre ellos José Ignacio Peralta Sánchez, solicitaron al Gobierno Federal la transferencia de fondos para enfrentar la pandemia y tuvieron que insistir durante varias semanas y reunirse entre ellos y con autoridades nacionales para que, finalmente, se obtuviera. No es una petición de dinero extra, sino exigencia de entrega de recursos financieros que por ley corresponde a los estados. Incluso, se había demandado que la entrega fuese mes a mes. No es un favor federal, sino una obligación de ley.

López Obrador pretendió que la opinión pública creyese que la transferencia de fondos era un gesto solidario y generoso de su gobierno con los estados. No es así. Ese dinero debía entregarse porque precisamente está reservado para estos casos. La evidente intención presidencial era que los Gobernadores se ahogaran en sus propios problemas para que la gente reaccionara contra ellos y luego aparecer el Mandatario como salvador, aunque fuese tarde y muchas personas hubiesen muerto por falta de atención médica.

Las obsesiones políticas del Presidente llegan, en ocasiones, a la perversidad. Sin embargo, se encontró esta vez con Gobernadores que alzaron la voz y demandaron la entrega del dinero legalmente previsto para este tipo de contingencias, o bien, que los Congresos locales les autorizaran la contratación de créditos de largo plazo –algunos ya lo hicieron–. Sin embargo, donde Morena es mayoría, como en Colima, obstruyen cualquier empréstito con el pretexto de “no endeudar” al estado, como si eso fuese más importante que la salud pública.

Tal es el tipo de lucro político que López Obrador y Morena pretenden en la pandemia, aunque se arriesgue la salud pública. Antes que transferir dinero a los estados, el Presidente aseguró el financiamiento de obras faraónicas que nadie ha pedido, como los trenes Maya y Transístmico, el aeropuerto de Santa Lucía y la refinería de Dos Bocas. Tampoco le ha importado el deterioro ambiental que provocarán estas obras, sobre todo los ferrocarriles, que atravesarán la selva lacandona y territorios de pueblos originarios, muchos de los cuales se oponen a esa agresión gubernamental. Con estudios a modo, el Gobierno Federal sostiene que no habrá afectación del medio ambiente ni social.

Tampoco ha entendido que más que los subsidios de los programas sociales, lo necesario es crear empleos permanentes y bien pagados, para lo cual se necesita inversión privada que el gobierno ha ahuyentado sin tener intención de rectificar una política de reyerta permanente con la Iniciativa Privada, nacional y extranjera. Generar puestos de trabajo, apoyando empresas privadas, organizando cooperativas y alentando la dignidad económica es lo que el país necesita, sobre todo ahora que ha perdido un millón de empleos y puede llegar a muchos cientos de miles más.

La reactivación económica demanda políticas económicas serias, que den certidumbre a los inversores; no privilegios, sino seguridad de que no les sucederá lo que a Constellation Brands o a las empresas de energías limpias y a muchos capitales más, nacionales o extranjeros.

Finalmente, López Obrador tampoco pasará por encima de la soberanía de los estados, como pretendía, y serán los Gobernadores quienes determinen las medidas de reactivación económica local, según esté para cada cual el llamado “semáforo” sanitario. Hoy, todo el país está en alerta máxima, salvo Zacatecas, que está en riesgo alto, pero no máximo. Conforme la pandemia se manifieste en cada entidad, se tomarán las medidas correspondientes. Y eso fue gracias a los Mandatarios estatales que se opusieron a las medidas autoritarias y centralistas del Presidente. Bien por ellos.

“Nueva normalidad”


UNA vez que concluyó la Jornada Nacional de Sana Distancia, vigente entre el 23 de marzo y el 31 de mayo, hoy comenzó en el país la etapa de “nueva normalidad”, una estrategia del Gobierno Federal para la reapertura de actividades económicas, sociales, culturales, educativas y escolares.

En pleno ascenso del número de contagios y muertes provocadas por la enfermedad Covid-19, la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador decreta la reactivación de la economía nacional, para muchos expertos, apresuradamente.

La “nueva normalidad” incluye una serie de instrumentos, etapas e indicadores para un regreso gradual, ordenado y cuidadoso, según lo explicó el subsecretario de Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, quien fue enfático al señalar que la epidemia de coronavirus no ha llegado a su pico y tampoco está en descenso.

A partir de hoy se implementará el Semáforo de riesgo Covid-19, principal herramienta de medición para determinar la reactivación de los sectores productivos y sociales en los estados, el cual se actualizará cada semana para guiar las decisiones gubernamentales.

El semáforo tendrá cuatro rangos: el rojo corresponde a un nivel de alerta máxima; el anaranjado, riesgo alto; el amarillo, nivel medio; mientras el verde representa un bajo riesgo. Para determinar los colores se tomarán en cuenta la tendencia de ocurrencia de casos, los porcentajes de ocupación en los hospitales, el número de personas hospitalizadas y la detección de nuevos casos.

Además, la semaforización también se expresará en un mapa de riesgo, con los mismos niveles de riesgo que el semáforo. Actualmente 31 estados, incluyendo Colima, se encuentran en color rojo; solamente Zacatecas aparece en anaranjado.

Respecto a las actividades escolares, el secretario de Educación, Esteban Moctezuma Barragán, anunció que la estrategia Aprende en casa se concluirá este viernes 5 de junio, en tanto que el regreso a las escuelas se planeó para el 10 de agosto, a un periodo de evaluación diagnóstica, siempre y cuando el semáforo esté en verde.

El presidente Andrés Manuel López Obrador, quien confirmó la reanudación de sus giras estatales a partir de hoy, señaló que la aplicación de las estrategias de la “nueva normalidad” se consensarán con los Gobernadores y ninguna medida se aplicará a la fuerza.

Parece que eso no fue cierto, pues el viernes, reunidos en Colima, Gobernadores de siete entidades rechazaron la aplicación del Semáforo de riesgo, precisamente por la falta de acuerdos con los Mandatarios, quienes ni siquiera fueron consultados.

Además, los gobernadores de Colima, Michoacán, Jalisco, Nuevo León, Coahuila, Tamaulipas y Durango señalaron, con total razón, que no puede aplicarse una medida general para la reapertura de actividades, cuando cada región del país tiene su propia realidad.

Por tal motivo, esas entidades tendrán su propio calendario de retorno a las actividades, según el comportamiento de la pandemia y el nivel de responsabilidad que muestren los integrantes del sector productivo y de la sociedad, pues se trata de una tarea conjunta.

Lo más sensato sería que el presidente Andrés Manuel López Obrador acordara con los Mandatarios estatales las medidas futuras, pero eso no sucederá; el Gobierno Federal está obcecado en darle un uso político a la emergencia, y en ese objetivo, las autoridades locales le representan un obstáculo.

Pero además, ya no se sabe qué tan conveniente es que la administración lopezobradorista intervenga en las entidades, dado su fracaso en el manejo de la pandemia. Es mejor que los Gobernadores tomen sus decisiones, aunque igualmente deben hacerse responsables de ellas.

En Colima, próximamente se anunciará el plan de reapertura, según anunció el gobernador José Ignacio Peralta Sánchez. Debe tomarse en cuenta que el número de contagios va en ascenso y que la infraestructura hospitalaria es endeble desde hace muchos años, lo que incrementa al riesgo para la población.

Cualquier decisión tiene que ser pasada por el tamiz de las prioridades, que en este caso son la salud y la vida de las personas. El tema de la economía es importante, pero secundario si la pandemia se sale de control y afecta a un mayor número de personas, lo que empeoraría la economía.

Fase crítica


MÉXICO está lejos de aplanar la curva de contagios de Covid-19 y Colima no escapa a esta realidad, pues todos los días se vienen incrementando los casos confirmados y se siguen presentando defunciones, principalmente en el municipio de Manzanillo, donde la alcaldesa emanada de Morena, Griselda Martínez, no ha querido o no ha podido hacer que se cumplan las medidas ordenadas de distanciamiento social y que las personas se queden en sus casas.

Desde que se empezaron a presentar los primeros casos de coronavirus en México y en el estado, Manzanillo despuntó en el número de contagios y defunciones, sin embargo, hay evidencias del relajamiento que ha prevalecido en ese municipio, donde mucha gente se ha comportado como si no pasara nada; no han atendido las recomendaciones de las autoridades de Salud del Gobierno Federal ni de la administración estatal.

Del total de casos del estado, a la fecha se tienen registradas en Manzanillo 19 muertes, 42 casos activos, 38 recuperados, 17 sospechosos y 91 negativos.

Griselda Martínez no ha hecho lo suficiente para evitar la propagación del virus en el municipio y, sin embargo, el pasado 28 de mayo salió a los medios de comunicación a decir que en Manzanillo, las clínicas y hospitales del IMSS no tienen suficientes camas, ventiladores mecánicos, ni personal, para atender a los enfermos de Covid-19.

Ella, al ser miembro de Morena, debe pedirles al presidente Andrés Manuel López Obrador, a los Diputados locales y federales, y a los Senadores de su partido, que apoyen a Manzanillo, antes de que colapsen los servicios hospitalarios y de salud.

Al igual que la alcaldesa de Manzanillo, los restantes nueve Ediles no han hecho algo positivo para evitar los contagios en sus municipios. En todas esas demarcaciones, en mayor o menor medida, no se ha respetado el distanciamiento social ni la orden de quedarse en casa, lo cual es lamentable.

La semana pasada, el ex gobernador Fernando Moreno Peña llamó a los tres niveles de gobierno a coordinarse para presentar un plan de contingencia especial para Manzanillo, al señalar que es el municipio donde se concentra el grueso de casos de Covid-19.

En entrevista con Diario de Colima, Moreno Peña dijo que las acciones implementadas por el gobierno que encabeza José Ignacio Peralta Sánchez funcionaron para evitar una propagación mayor, sin embargo, refirió que los números han cambiado y no son tan favorables como al principio, al comparar datos estadísticos donde la tasa de letalidad internacional es de 6.5 por ciento, la nacional de 10.6 y en Colima de 17 por ciento, tomando en cuenta los datos proporcionados hasta el domingo 24 de mayo, de 115 contagiados y 19 fallecidos, en todo el estado.

Tiene razón Fernando Moreno cuando señala que los aproximadamente mil traileros que entran y salen del puerto de Manzanillo todos los días, son un riesgo de contagio para la población, sobre todo para los habitantes de Manzanillo. El director de la API, Héctor Mora Gómez, aseguró que sí hay revisión médica a esos conductores de transporte de carga al entrar al recinto federal.

El ex Gobernador comentó que el filtro que colocó el Gobierno del Estado no está funcionando para los choferes de transporte de carga e insistió que debe establecerse uno especial a cargo de la SCT a la entrada de Colima, como a la entrada y salida de Manzanillo.

Ante la grave contingencia que estamos viviendo, no sabemos a ciencia cierta qué es lo que va a pasar en la entidad. Las proyecciones que ha elaborado la Universidad de Colima son muy buenas, sin embargo, aún se necesita más información para estar preparados.

Peralta Sánchez debe hacer lo necesario y preparar al Sistema Estatal de Salud para lo que viene, pues en estos días estamos entrando ya a la fase 3 de Covid-19, en que se proyecta un mayor número de contagios y de forma más acelerada.

Hace falta una mayor coordinación del gobierno de Peralta Sánchez con los 10 Alcaldes para atender la pandemia. El Mandatario debe convocarlos, para trabajar unidos, en un mismo sentido, sobre todo ahora que pueden registrarse brotes de contagios.

Si la alcaldesa de Manzanillo, Griselda Martínez, no puede con la Emergencia Sanitaria, entonces que pida ayuda a los Gobiernos Estatal y Federal, pues ya se comprobó que la contingencia se le fue de las manos.

En México y en Colima, estamos en la fase crítica del coronavirus. ¿El gobierno de Peralta Sánchez ya completó la reconversión hospitalaria, hay las camas, respiradores mecánicos, medicamentos, materiales, insumos y personal de salud suficientes para enfrentar el pico de la pandemia?

Si la administración estatal reconoce que estamos entrando a la fase 3, debe cerrar sus proyectos de obras y enfocarse al 100 por ciento a la atención del combate al coronavirus, pues su principal objetivo ahora es salvar la vida de la gente.

Políticos oportunistas


EN Colima, la semana pasada se reunieron los alcaldes de la zona conurbada, Leoncio Morán Sánchez, de Colima, y Felipe Cruz Calvario, de Villa de Álvarez, quien anunció su declinación a favor del primero para lograr, en 2021, la candidatura de Movimiento Ciudadano (MC) a la gubernatura.

Lo hizo para respaldar el proyecto de Leoncio Morán, quien por cuarta ocasión pretende ser Gobernador. En ese acuerdo, Felipe Cruz seguramente será el abanderado de ese partido a la diputación federal por el Distrito 1.

Sus aspiraciones políticas son respetables y naturales. Lo cuestionable es que hayan hecho ese pronunciamiento justo en medio de una pandemia que ha cobrado miles de muertes en el país y ha golpeado brutalmente a todos los sectores sociales y productivos de México, Colima y, obviamente, de los municipios que gobiernan.

Alguien debería decirle a Leoncio Morán, que la candidatura y eventualmente la gubernatura del estado se ganan con trabajo y servicio a la población y no se llega ahí por capricho u obsesión personales.

Una Emergencia Sanitaria como la que enfrentamos, es una gran oportunidad para que un gobernante con verdadera vocación de servicio ayude a quienes más lo necesiten y aproveche su preparación, creatividad y capacidad de gestión, para apoyar a todos los sectores de la demarcación que gobierna.

Es incorrecto que en plena emergencia, el Alcalde de Colima anteponga intereses personales y políticos a trabajar para garantizar la salud y el bienestar de los colimenses.

¿Qué ha hecho Morán Sánchez en la crisis sanitaria que atravesamos para ser candidato a la gubernatura y eventualmente Gobernador del Estado?

Lo más relevante de su actuación durante la pandemia, fue finiquitar la Procesadora Municipal de Carne (PMC), con lo que ha afectado a introductores de ganado, tablajeros, carniceros y a los consumidores que han resentido su decisión apresurada e inoportuna.

No le importó que en plena Emergencia Sanitaria, el Ayuntamiento que preside dejara de cumplir su obligación legal de garantizar el funcionamiento de un sitio salubre para la matanza de animales cuya carne se destina al consumo humano.

A pesar de las advertencias de los involucrados en esa cadena productiva de los perjuicios que acarrearía esa decisión, Leoncio Morán cerró el lugar. No tuvo interés ni capacidad para llegar a un acuerdo con los interesados para que el manejo de la PMC quedara a cargo de ellos, pues el argumento para cerrarla fue que le representaba al municipio un gasto de 25 millones de pesos al año.

Si para cumplir con la responsabilidad constitucional de velar por la salud de los colimenses, el Ayuntamiento tiene que hacer ese gasto, no le queda de otra que realizarlo, como lo hace con otros servicios públicos como la recolección de basura, seguridad pública o alumbrado, aunque lo mejor es entregar la PMC a quienes están relacionados con la misma.

Otra obsesión de Leoncio Morán, la Feria de Todos los Santos. En lugar de aprovechar que el máximo festejo de los colimenses se hace en la capital del estado y al Ayuntamiento nada le cuesta, el Edil se dedicó el año pasado a boicotearla, y recientemente propuso con demasiada anticipación la cancelación de la próxima, quizás para que si así se decidiera y en los meses próximos se encontrara la cura o la vacuna contra el coronavirus él pudiera organizar, ahí o en otro lugar, algunos festejos aprovechando la estructura del Festival del Volcán que este año se suprimió por la crisis sanitaria.

Morán Sánchez tiene la oportunidad de hacer mucho por los colimenses en esta época crítica, ayuda que de proporcionarla las y los ciudadanos se lo agradecerían en las elecciones del año próximo. Lo mismo va con Cruz Calvario en el Distrito 1. Para cosechar, primero tienen que sembrar y eso les falta hacerlo a los dos.