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Trump y nuestras calamidades



LOURDES CARRILLO BERNAL


Sábado 01 de Agosto de 2020 8:00 am


“CADA uno de nosotros tiene la obligación moral de ponerse de pie, de alzar la voz. Cuando vean que algo que no está bien, deben hacer algo. La democracia no es un estado. Es un acto y cada generación tiene que hacer su parte para ayudar a construir una sociedad mundial en paz consigo misma”, palabras de Martin Luther King, recordadas en el último discurso de John Lewis, líder de derechos civiles desde los años 60 al lado de Luther King, y legislador bautizado como “la consciencia del Congreso”. Gente ordinaria con visión extraordinaria pueden redimir el alma de Estados Unidos al meterse en lo que yo llamo buenos líos, líos necesarios.

Votar y participar en el proceso democrático es clave. Lewis dijo que “El voto es el agente de cambio no violento más poderoso que se tiene en una sociedad democrática”. Instó a que se estudie la historia, puesto que como la verdad no cambia, las respuestas de otros tiempos podrían contener soluciones para los desafíos contemporáneos. Invitó a los estadounidenses a que “continúen construyendo unión entre movimientos que se extienden a través del mundo, porque debemos dejar de lado nuestra disposición de sacar provecho de la explotación de los demás”. Concluyó que esperaba que esta generación sea la que deje atrás la carga de odio para que la historia reporte que la paz finalmente triunfó sobre la violencia, la agresión y la guerra”.

John Lewis murió esta semana a los 80 años, tres ex presidentes le rindieron tributo en sus funerales en Atlanta: Barack Obama, quien declaró que cuando EEUU logre una unión más perfecta, John Lewis será un padre fundador de esa América más plena, más justa y mejor. George W. Bush y Bill Clinton enfatizaron sus contribuciones e inspiración a este país. (La Jornada 31-07-20)

Lógicamente, no asistió Donald Trump, quien contradice todo lo anterior. Combate el mayor movimiento civil “Black lives matter”, la nueva generación de la resistencia, despliega una amplia estrategia de sembrar dudas sobre la legitimidad de la elección, desesperado por postergar los comicios de noviembre. Cada día pierde más puntos y se conduele ante la prensa “Nadie me quiere, será mi carácter”.

Cierto, hasta la gobernadora de Oregon exigió la salida de “las fuerzas de ocupación” enviadas por Trump para reprimir las manifestaciones que tienen lugar desde hace meses en protesta por el racismo institucional y la brutalidad policíaca, las cuales fueron detonadas por el asesinato del afroestadunidense George Floyd a manos de la policía de Minneapolis a finales de mayo pasado. Esto constituye un nuevo revés para Trump, pero “no supone sino un breve alivio en medio de los intentos cada vez menos disimulados de ejercer un poder dictatorial sobre un país que, pese a todas sus contradicciones, se presenta ante el mundo como modelo de democracia. (La Jornada 30-07-20)

Los expertos alertan que los tres meses que nos separan de las elecciones de EEUU serán críticos para la vida en el planeta. Así lo reconocen hasta los dirigentes chinos interesados en neutralizar la ofensiva en curso de la Casa Blanca y el Pentágono. Se afirma que entre agosto y octubre haya agresiones desde la Casa Blanca para obligar a China a tomar represalias. Según Global Times, diario oficioso del Partido Comunista Chino, Hu Xijin publicó un llamamiento a que la nación construya más misiles nucleares a medida que enfrenta desafíos de seguridad sin precedente por parte de Estados Unidos. Mientras Trump asegura que si enfoca su campaña contra China puede lograr la reelección. Hasta se conocen los puntos de ataque: ahogar a Hong kong porque se debe impedir el acceso de China a la tecnología y al capital de Occidente, y construir una alianza regional con Japón, Australia, India y Vietnam, alrededor del mar del sur de China y el estrecho de Malaca. Ambas maniobras están en marcha, pero en opinión de Steve Bannon deben incrementarse hasta derrocar al Partido Comunista.

Aunque esto sea irrealizable, nótese la voluntad de derrocar al régimen chino por la fuerza. “EU no tiene miedo de una guerra fría con nosotros, tiene miedo de nuestro desarrollo”, respondió China, ¡y es cierto!

 

*Ex presidenta de la ACPE